El movimiento que surgió en Argentina ha traspadado todas las fronteras de América Latina, dejando de lado resentimientos, prejuicios y racismo. Son millones de mujeres empoderadas luchando por una sola causa: terminar con los femicidios.

En Concepción la realidad no es distinta, para la marcha «ni una menos» convocada el pasado 19 de octubre, se estimaron entre cuatro a cinco mil las personas vestidas de negro que apoyaron la causa.

María Lillo, estudiante de Ciencias Políticas de la UdeC y quien lideraba la marcha, aclara que la convocatoria no fue llevada por una organización en particular, sino que «esta organización por el momento es coyuntural, tiene que ver principalmente como una manera de organizar nuestra rabia por las, hasta ahora, 39 mujeres que han sido asesinadas por quienes decían amarlas». Cifra oficial de Red chilena contra la violencia hacia las mujeres.

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Lillo señala que la consigna «ni una menos» es transversal al movimiento feminista latinoamericano. El año pasado murieron más de 50 mujeres en Chile (cuatro de ellas eran de la Región del Biobío) realidad que se repite en los países vecinos. «No son asesinatos comunes, sino que lo que motiva estos asesinatos es la cultura patriarcal de la violación y de la violencia», afirma María.

El inicio de algo más es lo que muchos esperan de este nuevo movimiento social que ha alcanzado, en pocos meses, millones de adeherentes. Es así como el pasado lunes 24, en Concepción, se organizó una reunión para evaluar lo vivido en la marcha y las posibles actividades que se realizarán en Concepción para seguir con el movimiento. Al respecto, Moni Lancuyen, una de las organizadores de la reunión e integrante de «Acción violenta», señala que «quedamos de reunirnos prontamente para proyectar los trabajos, pero aún no se llega a ninguna conclusión definitiva del espacio».

Nicolás Diez, ingeniero comercial, uno de los asistentes al evento, dice que «vine porque la mujer es el patrimonio de la humanidad más importante que existe en este universo, y lamentablemente ha sido históricamente socavada por varios elementos que pueden llamarse cobardes dentro de una falsa excusa como es la cultura».