Tatuajes: La sublimación artística de un lienzo vivo

Tener un tatuaje significa varias cosas, entre ellas una expresión de moda, arte o tradición. El arte del tattoo es una práctica milenaria que sigue viva en diversos grupos y clases sociales.

En Concepción existen expositores de tatuajes que proponen una nueva forma de relacionar el arte con el cuerpo, existen diferentes técnicas y en ocasiones, la relación entre artista y cliente se ve reflejada en el trabajo final. Este enfoque de la disciplina se aleja de los tatuajes triviales que se repiten en miles de cuerpos por mera tendencia.

Uno de los beneficios de este arte es que otorga independencia a jóvenes emprendedores penquistas, específicamente a universitarios que buscan una actividad complementaria a sus estudios y que la practican como un nuevo estilo de vida.

Estos son los dos casos de aprendiz de Daniel Campos de 13agujas estudio, ubicado en San Pedro de la Paz: Pilar Meduza, licenciada en Artes Plásticas de la Universidad de Concepción y Joaquín Laage, estudiante de Arquitectura en la Universidad del Desarrollo.

Joaquín, fue impulsado al mundo del tatuaje por sus profesores de Universidad, ya que en algún punto de la carrera les aconsejaron que tuvieran una actividad extracurricular porque Arquitectura era muy demandante, luego de que Laage incursionara en la carpintería haciendo muebles, decidió probar en el tatuaje por lo que habló a Daniel Campos, la persona que le dibujó las primeras líneas en su piel.

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Pocas son las mujeres ligadas el mundo del tattoo porque esta disciplina se asocia principalmente a hombres como al motoquero rudo, pero sin olvidarse que sus raíces en la India o Asia.

Pese al machismo que rodea al tatuaje, Pilar Meduza, ve el arte del tatuaje de otra forma para ella es un dar y recibir, de transmitir porque cada artista tiene su propia filosofía “El Dani siempre me llevó también por ese lado, me enseñó a meditar, me enseño que la técnica también es magia y que cada línea es una respiración porque a veces yo estaba muy nerviosa y al principio me costaba hacer líneas”, destacó.

Existen varios estudios de tattoo en Concepción y hay jóvenes con sus prioridades y estilos bien definidos. Todos apuntan a lo mismo, ser reconocidos, pero el escenario penquista no permite tales oportunidades y debido a lo mismo deciden salir del nido y probar en otras ciudades o simplemente salir del país.

En Otix Estudio,  se encuentra Felipe Guzmán, un joven de  Tomé que se dedica a tatuar desde el año 2011, pero desde febrero de este año, trabaja en Otix. Es especialista en acuarela y a la vez realiza tatuajes minimalistas,  pero se adecua al cliente «Aprendi solo a tatuar, a diferencia de otros tatuadores aprendí solo, no tuve la necesidad de ir a la Universidad a estudiar Artes, nací con la habilidad de dibujar» , recalcó.

En Crew Art Tattoo Estudio, hay cinco jóvenes que hace un poco más de un año se dedican a tatuar en conjunto,  todos con un estilo definido y una técnica en particular, lo que hace que el estudio sea más completo porque abarca diferentes áreas del tattoo

Mauricio Álvarez, empezó a tatuar desde el año 2005 y se dedica especialmente al realismo y al oriental «he estudiado esas dos técnicas y son las que se me dan mejor, acá en Crew Art Estudio cada uno se dedica a algo en especifico, pero se de todo», indicó.

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Existen varios prejuicios en torno al tatuaje, para quien los realizan y para quienes deciden plasmar este arte en sus pieles. La gente relaciona esta práctica con la delincuencia y es probable que las generaciones mayores continúan viéndolo así. Lejos de este prejuicio viven loa artistas del tattoo y quieren que en Concepción se les den los espacios pertinentes para mostrar esta disciplina y acercarla cada vez más a las personas.

 

 

 

 

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