Salud infantil: la nueva tendencia de los padres antivacunas

Mucho se ha escuchado hablar últimamente de los padres que deciden no vacunar a sus hijos. Esto debido a una serie de miedos relacionados con los componentes de las vacunas, los efectos secundarios que éstas pueden causar y la aparición de medicina alternativa y terapéutica. El movimiento es fuerte, y sólo en Chile reúne a miles de personas que luchan por esta convicción, mientras que en todo el mundo suman millones.

Lamentablemente, las consecuencias de esta iniciativa han sido más negativas que positivas. En España, un niño de 6 años falleció de difteria, enfermedad por la que no había sido vacunado y que, actualmente, se considerada extraordinariamente rara en Europa, gracias al control que logró la vacunación preventiva. En Estados Unidos, el sarampión había sido prácticamente erradicado hace 15 años. Sin embargo, durante el 2014, hubo 667 casos notificados de niños no vacunados contra esta enfermedad, cifra que siguió incrementándose en 2015. Entonces, ¿por qué hay gente tan convencida de que lo mejor es no vacunar a sus hijos?

Estudiantes de Medicina de la UdeC trabajando en laboratorio de inmunología. Fotografía: Catalina Álvarez.
Estudiantes de Medicina de la UdeC trabajando en laboratorio de inmunología. Fotografía: Catalina Álvarez.

Paula Villanueva, periodista y terapeuta de Concepción, optó por esta postura incluso desde antes de ser madre. En un grupo espiritual gnóstico, conoció a un maestro que compartió sus experiencias con una vacuna que había resultado muy dañina para su cuerpo físico y astral. Ese momento, le ayudó a determinar una decisión para cuando fue madre: no vacunar a su hijo. Sin embargo, por presión de su familia materna, tuvo que vacunarlo de igual forma. Tiempo después, conoció acerca de la Nueva Medicina Germánica, lo que le dio un respaldo aún mayor a su postura que, hasta entonces, era más bien espiritual. Gracias a esto, Paula está más convencida que nunca de que lo mejor es no seguir vacunando a su pequeño, ya que, dentro de todo, es un niño muy sano, que «se ha enfermado y resfriado como alguien normal, lo que es parte de un proceso natural de limpieza», asegura. Por otra parte, declara que ha tenido la fortuna de tratar esos episodios de su hijo con medicina natural como el reiki, el biomagnetismo y la sanación chamánica.

Firme a lo que ha demostrado la ciencia en años de pruebas e investigación, el inmunólogo de la Universidad de Concepción, Ángel Oñate, asegura que es muy importante vacunar a los niños y niñas. «Las vacunas son necesarias e importantes porque son un medio de prevención. Si no existiesen, los contagios se darían mucho más fácil y las muertes serían más elevadas», asegura el profesional. También, asegura que hay gran responsabilidad en los medios, al hacer circular una importante cantidad de información que no está respaldada científicamente y la gente comete la irresponsabilidad de no vacunar por ignorancia. Si bien existen efectos colaterales al vacunarse, el porcentaje de quienes las sufren es tan bajo que sigue siendo primordial vacunarse. Respecto a uno de los mitos más potentes en cuanto a las vacunas, Oñate aclara que «está científicamente comprobado que la cantidad de mercurio que poseen las vacunas, que es muy bajo y se usa para poder conservarlas, no es causa de que a los niños les dé autismo. En Holanda se eliminó el timerosal, que es el compuesto del mercurio que se encuentra presente en las vacunas, y en vez de disminuir la cantidad de niños autistas, la cifra aumentó».

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