Cuando tomar café se vuelve una excusa CiudadPor Camila Francisca Barrueto Prieto - 24 marzo, 2017 En este último tiempo, las cafeterías y los distintos lugares donde las personas suelen ir a tomar o comer algún producto, han decidido reinventarse. Algunos clientes manifiestan que hoy el producto no es lo más importante, también valoran la buena atención y por sobre todo, sentirse como en casa. Bajo esta idea, es que los administradores de los distintos locales han tenido que innovar, y no solo ofrecer un café y mesas donde apoyarlos, sino que también una identidad y sensaciones. Es por eso que en esta nota se mostrarán algunos ejemplos de los lugares de consumo en Concepción, que más han ahondado en posicionar una identidad, las cafeterías. Lugares donde la gente suele compartir sus penas, alegrías, anécdotas divertidas, en fin, un lugar donde aflora el deseo de compartir con cercanos o no tan cercanos, parte de ellos mismos, acompañados claro, de un café. En Concepción hay muchas cafeterías, algunas emblemáticas, otras más recientes, y algunas con un concepto más marcado que otras. Pero en esta nota, se darán a conocer cuatro de ellas, todas con un elemento en común, una identidad que trasciende los muebles bonitos, gracias a una cosa, el deseo de los dueños de que sus clientes experimenten sensaciones, como la paz, amistad, y en uno de los casos, los recuerdos. Victoria Chocolate La primera es Victoria Chocolate, una cafetería ubicada en pleno Barrio Universitario, justamente en la calle Victoria n°1275. Al entrar, lo primero que se puede apreciar, es el contacto directo de los clientes con la naturaleza. La decoración además, está enfocada en los colores pasteles que provocan una sensación de paz y tranquilidad. La dueña de esta casa, que también parte de la cafetería, Marta Miranda, cuenta que la idea nació hace cuatro años gracias a la ayuda de su hijo, a quién se le ocurrió dar inicio a una cafetería ocupando todos los espacios naturales disponibles para otorgar esta identidad vintage. Algunas características del lugar son por ejemplo, que al fondo del patio, bajo un árbol, hay una gran mecedora, que las mesas están hechas de puertas viejas, y que los jugos de limón son de los limoneros que se encuentran en el patio de la misma casa, todo esto, para según la dueña, hacer pasar un rato agradable a sus clientes. Años Luz Otro lugar que desde la entrada hasta el final hace que los clientes se empaten en recuerdos, es Años Luz. Un lugar en donde el dueño, Antonio Astete, aparece con su melena canosa tan característica en cuanto llega la clientela. Se ubica en plena diagonal Aguirre Cerda, en un departamento pequeño en el cual para entrar no se tienen que subir, sino que bajar escalones. Ahí, en ese pequeño subterráneo, se encuentran infinidad de antigüedades, muchas no de gran valor monetario, pero si con el valor de transportar a los clientes hacia épocas pasadas. El dueño es un personaje, un hombre amable, gracioso, que camina de allá para acá para atender a sus clientes a quienes considera sus invitados en su segundo hogar. Bird Café Por último, algo un poco más diferente, pero no menos agradable, una combi, en plena Plaza Peru, sí, es una cafetería, Bird Café. Cada mañana desde las siete de la mañana Simón Gonzalez, el ideador de esta novedosa propuesta luego de quedar sin trabajo, se coloca a recibir con una sonrisa a todos los transeúntes que pasan por el lugar, dice no solo ofrecer café, sino que también buena onda, una pequeña conversación a primera hora del día, donde los ánimos no suelen ser los mejores. Coyoacán Pero lo que no puede faltar dentro de esta nota es un lugar que ofrezca el producto. Ubicado en la calle Chabacubo con Orompello, se encuentra Coyoacán, que significa, “lugar de coyotes” y que en México es un barrio bohemio muy famoso. Su dueño, Rafael Bermudez, tiene el objetivo de entregar un producto de la mejor calidad. Esto lo lleva a cabo muchas veces en frente de los clientes, a la entrada del local hay una gran maquina cafetera donde se lleva a cabo el proceso para que el café verde que traen, pase a ser el café en grano que cada día los clientes se llevan tan ansiosamente en unos novedosos envases sustentables hechos por él mismo. El lugar, al igual que los otros locales, mantiene una identidad, pero a diferencia de las otras cafeterías, al entrar, la primera percepción no es visual, sino que es olfativa. El fuerte olor a café que se siente al ingresar, hace que los clientes más que recordar la decoración enfocada en el país de México, recuerden el aroma de lo que se van a llevar hasta sus casas. Publicista Myriam Cáceres Para identificar si la decoración, o el concepto de adoptan estos lugares, influye en la llegada de más clientes, es que se entrevistó a Myriam Cáceres, publicista de “Myra publicidad”. La profesional mencionó además que es un fenómeno que viene desde hace no muchos años, con el fin de generar un recuerdo en los clientes y que así estos vuelvan. Estrategia económica o no, sin duda lo que provocan estos lugares queda en la mente de cada persona que los visita, y eso, tanto el lugar como la atención hace que la gente, los prefiera.