El desafío educativo y cultural para la integración en Concepción

Según datos del ministerio de Educación, actualizados en noviembre de 2016,  en Concepción hay 65 establecimientos educacionales que cuentan con el Programa de Integración Escolar (PIE). Sin embargo, hay varios casos de colegios que no figuran en la lista pero que sí implementan programas para integrar estudiantes. Algunos ejemplos son el Kingston College, el Instituto Humanidades y el Colegio Salesiano.

Contradicciones en los esquemas educacionales y culturales

Primero hay que familiarizarse con la diferencia entre los conceptos de integración e inclusión. En educación, el primero alude a modelos de aprendizaje personalizados para traspasar barreras que impiden el aprendizaje, dependiendo de las dificultades del estudiante. En tanto, el segundo implica que, por medio de las mismas herramientas, todos puedan alcanzar el mismo objetivo.

Una vez entendido lo anterior, es posible notar una contradicción cultural en los establecimientos educacionales. Por ejemplo, a nivel de infraestructura no es conveniente hablar de inclusión, pues es imposible que un estudiante o docente en silla de ruedas pueda usar la escalera.

La contradicción educacional tiene que ver con los profesores de asignaturas “comunes” y la relación  con sus pares expertos en educación diferencial. En el caso del Colegio Salesiano, al principio era muy complicado llevar a cabo el estilo de enseñanza que implementan actualmente, pues, era difícil compartir la sala de clases, ya que los profesores sentían que se entorpecía el proceso de aprendizaje. Sin embargo, con el tiempo se fueron dando cuenta de que efectivamente ciertos estudiantes necesitaban ayuda para continuar a la par de sus compañeros. En ese entonces se produce un cambio de pensamiento, en donde gradualmente el educador diferencial pasó de estar 45 minutos de la clase a estar presente durante 90 minutos. A eso hay que sumarle que se agregaron instancias fuera de las aulas para reforzar las complicaciones de los jóvenes.

Una alternativa para nivelar y reinsertar

Lamentablemente, el ritmo que llevan los colegios en su proceso educativo sigue siendo muy rápido. Es por eso que los centros psicopedagógicos ofrecen una alternativa diferente para entregar las herramientas necesarias para un buen desenvolvimiento académico.

Es el caso del centro psicopedagógico “Libre Piensa”. Desde que inició en 2016 se mantiene firme en su idea de que los colegios aún no han podido superar algunas barreras de aprendizaje que puedan tener ciertos estudiantes. Para la educación diferencial el ritmo que mantienen los colegios impide la elaboración de estrategias para aportar en términos de integración. Esto pasa porque los establecimientos esperan que los profesores de educación diferencial hagan el trabajo de un mes en un plazo mucho más corto, como lo puede ser sólo una semana.

Así lo entiende el director de Libre Piensa, Juan Sáez Mancilla, quien además mencionó que su organismo se enfoca en cuatro áreas importantes dentro de la educación personalizada. Se trata de la fonoaudiología, psicología, educación diferencial y terapia ocupacional. Entonces, a partir de las necesidades del cliente se refuerzan habilidades y contenido escolar.

Caso por caso

  • En 2015, el Kingston College implementó un programa de integración para brindar ayuda a los estudiantes que presenten dificultades que afecten su rendimiento académico. Con el nombre de Programa de Necesidades Educativas Especiales, el establecimiento busca una activa participación de las familias en los procesos educativos de sus hijos.
  • Si bien el Instituto Humanidades no se encuentra en el archivo del Mineduc, sí estipula en su proyecto educativo que pretenden caracterizarse por «la consideración por las diferencias individuales en capacidades y ritmos de aprendizaje, sensibilidades, intereses o conocimientos previos, como asimismo en los procedimientos evaluativos».
  • El colegio Salesiano tampoco está en la lista. No obstante, desde 2013 se encuentran trabajando con el PIE. Lo más interesante de esto es que el establecimiento ha dispuesto de dos profesores en el aula durante el tiempo que dura una clase, es decir, un educador de la asignatura en sí; y otro especializado en educación diferencial, cuya función es brindar una atención personalizada al estudiante que así lo requiera.

 

Además, Sáez es parte del Programa de Integración Escolar en el colegio Salesiano. Allí se tratan casos que van desde el síndrome de Asperger hasta el déficit de atención. Los encargados de integración se encuentran permanentemente en las salas de clases para ayudar a los estudiantes que son parte del programa.

 

Uno de los participantes del programa de integración escolar es Jimmy Chandía. Actualmente cursa segundo medio y está diagnosticado con déficit de atención. El estudiante indicó que su rendimiento académico se trata de un tema personal y de interés.

 

Sin duda, el desafío de los colegios de adaptarse a nuevas prácticas educativas va a requerir una colaboración a nivel social, para cambiar en términos de cultura y así obtener mejores resultados en el aprendizaje de los niños, jóvenes y adultos con ciertas complicaciones que lo priven de tener una buena experiencia social y académica.

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