La ciencia cuestiona el remedio a la enfermedad Salud Tiempo libre por Bárbara Javiera Bustos Neira - 25 agosto, 201725 agosto, 20170 El azúcar, presente en una diversa gama de productos, podría provocar los mismos efectos que la cocaína. En este contexto, los edulcorantes artificiales como la sacarina, la stevia y la sucralosa llegaron a perfilar un nuevo estilo de vida saludable. Sin embargo, antes de cantar victoria la comunidad científica puso en tela de juicio los beneficios de dichos endulzantes. Hace años que la ciencia estudia en profundidad los perjuicios del azúcar en el organismo; contándose entres ellos la obesidad, la diabetes, resistencia a la insulina, hipertensión arterial y otros padecimientos. Dentro de la extensa lista de daños, destaca que el consumo de azúcares favorece la malnutrición, pues quienes consumen un 18% de sus calorías en azúcar sufren falta de elementos como el calcio, hierro, ácido fólico y vitaminas A y C. Además, dentro de las posibles consecuencias está la adicción; si bien solo se han trabajado experimentos en ratas, existe un gran respaldo a esta teoría. Uno de estos apoyos es el estudio publicado en 2013 por Connecticut College (EEUU), que arrojó resultados alarmantes respecto al azúcar, describiendo que esta puede tener un impacto en las funciones neuronales al igual que la cocaína y la morfina. Dicha investigación sustenta la creencia de que el azúcar pueden estimular el cerebro tal como las drogas. Así también recientes estudios, indican que la adicción al azúcar, la heroína y la nicotina están en la misma categoría. Fotografía de Sinazucar.org. Este proyecto fotográfico retrata la cantidad de azúcar en los productos, en esta imagen se muestra una botella de CocaCola de 500 ml que contiene 53 gr de azúcar. La ciencia cuestiona el remedio En este contexto es que los edulcorantes o endulzantes artificiales , surgen como la gran alternativa al azúcar refinada. Es así como todos los productos dulces que sirven para dar la consistencia o sabor a las preparaciones culinarias, se dividen en dos tipos: endulzantes calóricos, como el azúcar y la miel, y no calóricos como la sacarina, la sucralosa y la stevia. En relación a lo anterior, Daniel Gaete Rivas, nutricionista y profesor del Departamento de Nutrición y Dietética de la Universidad de Concepción, señaló que “en el último tiempo han tomado fuerza los endulzantes no calóricos, sobre todo por el aumento de la obesidad y la diabetes. Lo que pasó es que se vio que podíamos encapsular todos estos edulcorantes no calóricos y dárselos a nuestros pacientes diabéticos; incluso algunos de ellos se entregan en los Cesfam, tipo sacarina específicamente”. Respecto a los beneficios de estos endulzantes han surgido diversas posturas en la comunidad científica. Si bien se publicaron estudios sobre los posibles riesgos de los edulcorantes, Daniel Gaete destacó que “sí son efectivos; sirven bastante sobre todo en el control de lo que es la diabetes, porque así evitamos que se produzcan alzas de glicemia en nuestros pacientes”. Fotografía de Sinazucar.org. En la imagen se muestra un café Starbucks Mocca Blanco venti, que contiene 20 terrones de azúcar. Ahora bien, en cuanto a los peligros que pueden acarrear el consumir edulcorantes artificiales, el nutricionista Daniel Gate dijo que “la evidencia todavía no es concluyente respecto de cuáles son los perjuicios que tienen estos edulcorantes. Actualmente como falta la certeza negativa aun podemos recomendarlos, sin embargo, de acuerdo a los estudios se ha visto que por ejemplo la stevia aumenta la secreción de insulina, lo que para una población no diabética es bueno, pero quienes padecen resistencia a la insulina resultarían afectados” Así también, continúa Gaete, “otros efectos que se han observado con los edulcorantes, es que estos modifican la flora de nuestro tracto digestivo, que son estos probióticos que se encuentran en el intestino y que poseen diversas funciones positivas. Por tanto, algunos edulcorantes pueden llegar a cambiar esta microbiota, contribuyendo así de alguna manera a la obesidad. Sin embargo, se debe aclarar que esto se ha visto en estudios muy específicos, sobre todo en animales, pero todavía no se ha comprobado en humanos.” Conciencia de vida saludable De acuerdo a la enfermera Bárbara Ávila, funcionaria de un Cecosf (Centro Comunitario de Salud Familiar) no existen protocolos acerca del consumo del azúcar, pero sí se trabaja “la promoción de la salud y prevención de enfermedades. Para ello se realizan actividades de educación, donde se acude a escuelas y lugares de trabajo y se realizan presentaciones sobre las consecuencias del consumo de azúcar, y se muestra la cantidad de azúcar de algunos alimentos en los controles de salud. Se hace énfasis en la alimentación saludable, al igual que en los exámenes preventivos.” Infografía de Bárbara Bustos. En relación a lo anterior, Ávila advirtió que “las principales consecuencias del abuso en el consumo de azúcar son la aparición de enfermedades como la diabetes, pre diabetes , dislipidemia, y patologías crónicas que son la antesala de enfermedades cardiovasculares que son la primera causa de muerte en Chile”. Respecto a la disyuntiva de los edulcorantes artificiales, Bárbara Ávila opinó que “todo lo artificial puede llegar a ser perjudicial en grandes cantidades, por ello se debe mantener un consumo moderado y tratar de utilizar productos naturales, como por ejemplo la stevia natural (en hojas)”. Ojo con las etiquetas Si bien las investigaciones recientes apoyan la idea de que los edulcorantes artificiales podrían producir efectos adversos, Daniel Gaete aseguró que “a mi parecer todos los endulzantes son igual de recomendables, pero sí con ciertas consideraciones específicas, como la estevia en el caso de la resistencia a la insulina. Por su lado, para un control calórico se comienza de manera creciente desde los edulcorantes como la sacarina, la sucralosa y la stevia, seguidos por la tagatosa y terminando con el azúcar refinada y la miel”. Por último, y en el marco del creciente interés por la vida y alimentos saludables, junto con las políticas públicas como la ley de etiquetados, las recomendaciones del nutricionista Daniel Gate son que al momento de revisar los ingredientes de los productos se debe prestar atención a la presencia de carbohidratos simples, los cuales están más procesados y por tanto son absorbidos más rápido por la sangre; aunque no se comportan idénticos al azúcar en el organismo, sí son muy similares.