El poder de la poesía feminista en Concepción

La poesía, una composición literaria que es concebida como arte, ha existido desde hace muchos años y se expresa como una manifestación de la belleza por medio del lenguaje. En Concepción, Amanda Varín escribe de forma autónoma junto a Rosy Sáez. Su primer libro, “Crisálidas”, fue lanzado en 2015 e impulsó el comienzo de otras publicaciones en revistas, antologías y páginas web.

Chile tiene una diversidad de exponentes literarios. Pablo Neruda, Pablo de Rokha, Vicente Huidobro, Gonzalo Rojas y Gabriela Mistral son sólo algunos de los poetas más reconocidos en el país. Pero hay un detalle importante que se puede notar en los talentos que han hecho historia: los nombres de mujeres son casi desconocidos para gran parte de la gente. Si bien Gabriela Mistral es la mujer que ha ganado más popularidad en la literatura, generalmente el resto de los reconocimientos son hacia hombres. El machismo que nos acuna como sociedad influye en la poesía y su historia, ya que desde siempre se le ha dado más valor al poder masculino, incluyendo las obras artísticas. Sin embargo, hay quienes intentan poner fin a esto.

Amanda Varín es una mujer de Concepción que escribe poesía de forma autónoma y en conjunto con Rosy Sáez. “Crisálidas” fue su primer libro y se publicó en el año 2015. A su juicio, sirvió como un “empujón” para el comienzo de publicaciones en revistas, antologías y en páginas de internet. Este año lanzará su segundo libro, el cual se titula “Transmutaciones” en la editorial Mujeres de Puño y Letra. 

“Elegí mi seudónimo Amanda Varín como homenaje a la poeta chilena Stella Díaz Varín. Su escritura me impactó, también su vida. Primero fue un nombre de Facebook, luego todos comenzaron a llamarme Amanda y me acostumbré, por lo que me agradó ser otra persona al escribir“, confiesa.

Amanda opta por dedicar su escritura y entrega a publicaciones femeninas, leyéndolos en espacios gestionados por mujeres en sororidad. Lo anterior, ya que es una decisión política y como militante autónoma feminista decide hacerlo de esta forma, porque para ella esa es la manera correcta para posicionarse desde la escritura. Actualmente está dictando un taller de escritura creativa para mujeres de todas las edades en Shakti, una casa de yoga ubicada en el Barrio Universitario. También dicta talleres personalizados a domicilio.

Ella explica que descubrió la poesía de niña y que sus estudios de Pedagogía en Español también la ayudaron a aprender más sobre grandes escritoras. “Creo que a la mayoría de las personas no le interesa la poesía porque se aprecia como algo alejado de la realidad o propio de gente académica o que fue a la Universidad, lo que se aleja de la verdad. Igualmente creo que en general todo lo que tenga que ver con la abstracción no es tan popular porque no es inmediato, requiere pensar y sentir, conceptos que cuesta desarrollar en la actualidad de forma masiva dado el ritmo acelerado de vida que llevamos”, relata.

Derribando estereotipos

Lo cierto es que escribir poesía, siendo mujer, requiere enfrentarse a diversas críticas y aprendizajes que tienen que ver con el machismo cultural. Amanda percibe que la literatura femenina “se enfrenta al mismo reto que tiene cualquier tipo de poesía. Caer en la belleza del lenguaje frívolo y despolitizado, autoflagelante y lastimoso, que tanto le encanta al patriarcado. La figura de la poeta suicida, suave, medio loca pero loca linda y que no cuestiona. O bien, está la opción de posicionarse, defender algo, escribir por convicción sobre algo que no sea una misma, bajo el riesgo de caer mal, de no cumplir con las normas de concursos, de no ser seleccionada para los premios, etcétera”.

La poeta manifiesta que los hombres tienen acceso al poder, al manejo del dinero, a los puestos importantes y que todo es pensado desde la masculinidad. En el sentido de que muchas veces las mujeres son postergadas, aunque sean grandes talentos, por ser vistas bajo un ojo misógino que no considera el trabajo femenino suficientemente bueno.

“Con la poesía pasa lo mismo que en las ciencias, la pintura y la música. El machismo se manifiesta en la poesía de forma concreta cuando le dices esto a los gestores culturales y creen que incluir la misma cantidad de mujeres es favoritismo. Yo digo que no es favoritismo, sino que es justicia abrir su espectro. Pues de que hay mujeres que escriben fantástico, las hay y por montones. No es un favor, es igualdad”

– Amanda Varín.

El separatismo y el feminismo son una opción política y práctica de emancipación para las mujeres, que permite compartir los procesos creativos bajo los mismos criterios, gozando de autonomía suficiente como gestoras y administradoras de la escritura. El sentido es no acomodarla para ser vendida, no comercializarla ni entregarla con un fin de este tipo. Varias mujeres optan por esta postura más radical. Si bien no es algo que les garantice popularidad para ser visibilizadas en grandes publicaciones, sí es algo que les entrega libertad de expresión y comodidad desde su arte.

La poesía y su mundo de intensidad

Muchos se pueden preguntar qué es lo que encuentran en la poesía aquellos que deciden dedicarse a esto. Amanda responde a esta pregunta con toda la majestuosidad del amor que siente por este arte: “no puedo no escribir poesía. En ese sentido, es una necesidad. En otros sentidos, es una forma de mantenerme sana, aunque siempre pisando la orilla del desborde emocional. Escribir poesía es un riesgo si te lo tomas en serio. Un riesgo de no poder salir de ti misma, un riesgo de vivir marginada, también”.

También, explica que cuando las personas aprenden a dominar el riesgo de caer rendido en el mundo interno de la poesía, ésta puede transformarse en una herramienta de reflexión importante, de análisis, de expresión y no sólo de interioridad, sino de lo que sucede alrededor como una forma de sanación y comprensión de la realidad. “Es una herramienta que construye libertad pero también puede significar una cárcel. La necesidad de escribirlo todo, no parar nunca y perderse dentro en los dolores, los recuerdos y la auto compasión”, agrega.

Finalmente, su libro “Transmutaciones”, que será publicado este año por la editorial feminista Mujeres de Puño y Letra, incluirá sus ilustraciones al igual que «Crisálidas».

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Infografía Poesía

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