Las fases de la luna y su relación con las mujeres

La luna es el cuerpo celeste más cercano a la tierra y durante mucho tiempo se han elaborado informes científicos que describen sus efectos en los seres humanos. Pero lo que mucha gente no sabe es que los ciclos de la luna y los períodos menstruales tienen una estrecha relación que puede incluso sincronizarlos.

Actualmente, se ha demostrado que la luna afecta a las mareas y a los cultivos, por ende, también debería afectar el cuerpo humano, que está compuesto por un alto porcentaje de agua. Incluso, la gente la relaciona con los partos, planteando que aumentan en el período de luna llena. Lo cierto es que la influencia de ésta afecta la mente humana, provocando diversas emociones, deseos o sensaciones. Así como se han descubierto sus efectos, muchas mujeres han logrado encontrar la asociación entre las fases lunares y menstruales, comprendiendo así que esto sirve para conocer sus propios ritmos.

El cuerpo y sus energías van cambiando a lo largo del ciclo, de la misma forma en la que cambia la luna en sus fases. Andrea Becas realiza terapias menstruales con estas fases, además de facilitar círculos de mujeres en los distintos ciclos lunares. Esta terapia menstrual consiste en un trabajo en la totalidad de la mujer, entendiéndose como emocionalidad, espiritualidad y cuerpo físico.

Según esta terapia, cuando se menstrúa se habla de que se está en la fase de luna nueva, porque esta etapa está conectada a una energía femenina. Luego de este período, continúa una fase estimulante que se rige por una luna interna creciente, ya que provoca un aumento de energía y motivación, siguiendo por la fase de ovulación que se asocia con la luna llena por su energía creadora.

Finalmente, se vive la fase lútea premenstrual que se asocia a la luna menguante.

“Así este ciclo se repite de mes a mes y es importante reconocer en qué fase nos encontramos para conocernos mejor y sanar nuestros cuerpos. Por ejemplo, es normal que una mujer que menstrúa durante la luna llena se sienta con ganas de salir, crear y moverse, a diferencia de un ciclo que se produzca durante una luna nueva, que daría un efecto contrario, de quietud y ganas de resguardarse”, cuenta Andrea. Para ella lo hermoso  del ciclo femenino radica en que cada mujer es distinta.

Sacando provecho al ciclo lunar

Las diferentes fases lunares sirven para conocer mejor nuestra naturaleza. Durante la luna nueva se produce un momento introspectivo, donde el cielo está oscuro y se genera un deseo de permanecer en nuestro mundo interior. Es por eso que esta fase se asocia a la menstruación y a la reflexión. Es importante cuestionar las relaciones, situaciones o malos hábitos durante esta fase. Luego, en la luna creciente la energía crece junto con ella. El cuerpo se prepara para la ovulación, por lo que es un buen momento para sembrar y empezar a crear cosas.

“La idea es reconocer nuestro propio ciclo y conocer sus días. Entender la forma en la que nos sentimos en las distintas fases, es decir, ver qué tipo de sentimientos tenemos y conectarlos con la espiritualidad y el hecho de ser mujer”

– Andrea Becas.

Después, cuando llega la luna llena, comienza un exceso de energía que se percibe en muchos ámbitos. Esta luna se asocia a la fertilidad, es decir a la ovulación. Hay una intensidad en las sensaciones y se recomienda no tomar decisiones, ya que a veces los cambios energéticos generan confusiones.

Finalmente, la luna menguante que se asocia a la etapa pre-menstrual, provoca una disminución de la energía. Es bueno limpiar y sanar en esta etapa. La luna también acaba su ciclo en esta fase y se prepara para comenzar el siguiente.

Infografía lunas

Creando espacios para mujeres

Antiguamente, las mujeres de las aldeas menstruaban todas en la misma fecha. A diferencia de la actualidad, era un momento que se consideraba sagrado, ya que se generaba mayor sabiduría, ingenio, intuición y creación.

Sangrar al mismo tiempo provocaba una sintonía entre sus cuerpos, alimentando juntas la energía femenina, dejando fluir entre ellas la conexión y el amor de la naturaleza. Es que se dice que las mujeres cuando están juntas generan oxitocina y provocan felicidad interior.  

A raíz de esta sensación es que surgen los círculos de mujeres. Estas son instancias creadas por mujeres para unirse y conocerse desde el fluir de sus vibraciones en conjunto con la luna, ya que el poder de estos círculos está ligado a la sincronía del ciclo lunar y menstrual, despertando la conexión con la naturaleza y la Tierra. La idea es reunirse en cada luna ya que cada una posee su propia energía. En estas instancias se fortalecen los lazos creativos y emocionales. 

Es un espacio o reunión de mujeres en dónde se celebra y se crea sanación, se lucha contra el patriarcado que busca separar a las mujeres. La idea es reunirse para nutrirse de amor y sentir orgullo de ser hembra. Andrea Becas que también ha facilitado muchos círculos de mujeres cuenta que la idea es que se genere una instancia para compartir y conocerse.

“Los círculos son para mujeres de todas las edades y tiene una finalidad de ir conociendo las historias de cada mujer ya que cada una es un mundo. La gracia de que sea un círculo es que nadie tiene más poder que otra ya que todas son importantes y no adquieren protagonismo. A la luna se le hace una referencia por su ciclo, que se junta con nuestro cuerpo. Es una instancia para compartir poesía, cantos, vivencias, alimentos y sobre todo para honrar el ser mujer”, cuenta.

Finalmente, Andrea hace hincapié en que las mujeres tienen el derecho de apropiarse de sus propios cuerpos e higiene, pues se ha vuelto una costumbre que otros quieran intervenir por ellas.

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