Seguridad vial: una tarea de todas y todos Cultura por Nicolás Fajuri Clarke - 22 octubre, 201824 octubre, 20180 Chile igualó a sus compañeros de la OCDE en limitar el tránsito vehicular motorizado a 50 km/h en zonas urbanas. La evidencia científica señala que esta medida reduce significativamente la cantidad de accidentes por año y aquellos con consecuencias graves y/o fatales. Hoy, lo necesario es generar la conciencia del respeto en los conductores de vehículos motorizados por aquellos que prefieren caminar o utilizar medios de transportes sustentables, como la bicicleta. El 4 de julio del presente año se aprobó en la Cámara de Diputados la reducción de velocidad máxima de circulación por zonas urbanas para vehículos motorizados, disminuyendo desde los 60 km/h hasta los 50 km/h. Y exactamente un mes después, el 4 de agosto, se publicó en el Diario Oficial y entró inmediatamente en vigencia esta normativa, que busca reducir la cantidad de accidentes que se producen en las calles de las urbes de Chile, y sobretodo, aquellos accidentes con consecuencias graves, como lesiones físicas irreversibles y/o la muerte de las personas. De acuerdo con las cifras de la Comisión Nacional de Seguridad del Tránsito, la distancia de reacción del conductor de un automóvil que transita a 60 km/h es de 16 metros, mientras que la distancia de detención total (la suma de la distancia de reacción más la distancia de frenado), equivale a 36 metros. Por otro lado, la distancia de reacción del conductor de un automóvil que transita a 50 km/h es de 14 metros y la distancia de detención total llega a 27,5 metros. Estos datos se vuelven especialmente relevantes cuando se producen accidentes de tránsito, ya que, por ejemplo, un peatón que es atropellado por un automóvil que transita a 60 km/h, tiene solo un 3% de probabilidad de sobrevivir, mientras que si lo hace un auto que transita a 50 km/h, el porcentaje de sobrevivencia aumenta a 20%. Según dos estudios, uno realizado en Australia y el otro en el Reino Unido, sobre el impacto de la disminución de 10 km/h en el límite de velocidad urbano, arrojó que esta medida está correlacionada con una disminución de 2.5 km/h en la velocidad promedio de tránsito, y es esa disminución de velocidad la que salva vidas. En el Reino Unido encontraron que una disminución de 10 km/h en la velocidad de tránsito en una vía urbana genera una disminución aproximada de entre 0.6 y 1.8 accidentes por año en cada vía. Y en Australia el resultado obtenido cuando distintos estados disminuyeron el límite de velocidad urbano de 60 a 50 km/h, no dejó margen de dudas sobre los efectos beneficiosos de la medida: una disminución de entre 8 y 21 por ciento del número de accidentes con heridos o muertos y una disminución de entre 25 y 51 por ciento del número de atropellos a peatones. Philipo Correa, director de Movimiento Furiosos Ciclistas, agrupación ciudadana originada en Santiago y con presencia en varias ciudades del país, que reúne cada primer martes de cada mes a miles de ciclistas en los principales núcleos urbanos de las urbe para participar en la reconocida «Cicletada del Primer Martes de Cada Mes», en las cuales exigen respeto vial para el tránsito de los ciclistas, explica que «toda medida que vaya en el sentido en que nuestras ciudades sean cada vez más a escala humana, para nosotros es una medida que va en el sentido correcto. La reducción de la velocidad máxima en zonas urbanas fue un gran logro ciudadano, al igual que la ley de convivencia de modos, que comenzará a regir este 11 de Noviembre. Aquellos logros nacieron y fueron promovidas por la acción conjunta de más de 100 organizaciones de la sociedad civil, reunidas en la Red Nacional por la Convivencia Vial, que agrupa peatones, automovilistas y ciclistas.» Hasta antes de la aprobación de la disminución de la velocidad máxima de tránsito, Chile era el único país de la OCDE que mantenía como límite de velocidad los 60 km/h. Hoy el país igualó la reglamentación promedio de límite de velocidad que tienen el resto de los miembros. La realidad local Alrededor de 3.000 ciclistas por día, divididos en 900 por la ciclovía de Roosevelt, 600 por la de O’higgins, otros 600 por la de Manuel Rodríguez, 400 por la Ongolmo y los restantes por el resto de Concepción, es la cifra de tránsito diario de ciclistas que se mueven en dos ruedas por el núcleo urbano de la capital del Bío Bío, a través de sus 17 kilómetros de ciclovías, que conectan Concepción con San Pedro, Hualpén y Talcahuano. Andrés Vial, coordinador de la Oficina Ciudadana de la Bicicleta de la Municipalidad de Concepción (OCBI), comenta que «era una medida necesaria, ya que entrega mayor seguridad evitando accidentes fatales, considerando que la bicicleta es un vehículo, y como tal, debe transitar únicamente por la calzada o la ciclovía, en caso que la hubiera. Esta reducción de velocidad máxima urbana permite, además, mejorar la convivencia vial entre los usuarios de la vía pública.» Concepción es una ciudad que concentra diversos servicios y como capital regional, recibe día a día a miles de personas que llegan al centro de la ciudad desde sus alrededores, los cuales son, en su mayoría, peatones y usuarios del transporte público. La reducción de velocidad tiene directa relación con la seguridad vial, mejor experiencia al transitar por las calles de la ciudad y una mejor calidad de vida. Respecto al comportamiento de los automovilistas ante esta nueva normativa y a la fiscalización por parte de Carabineros de Chile, Fabiola Garrido, presidenta de Cicloturismo Bío Bío y miembro permanente de la OCBI, considera que «en Concepción se ha notado levemente el cambio, ya que al ser una ciudad pequeña, en comparación a Santiago, donde los conductores alcanzan altas velocidades en las calles, acá no acostumbran a manejar rápido. Pese a esto, he visto mucha fiscalización por parte de Carabineros y eso sin duda ayuda a crear una costumbre y un compromiso de un correcto conducir y de respeto en los conductores». ¿Qué es la OCBI y cuál es su relevancia? La OCBI es la mesa de trabajo permanente en la que confluyen distintos actores sociales de Concepción: universidades, organizaciones ciudadanas y autoridades, y es el lugar en el que se originó el proyecto de construcción de ciclovías que hoy atraviesan Concepción en sus cuatro sentidos, lo cual es una experiencia única en Chile. Actualmente, esta oficina se encuentra trabajando en tres frentes: 1) Educación vial, pensando en un masivo aumento de ciclistas y los posibles problemas que se pueden generar por la falta de conocimiento respecto a sus derechos y obligaciones; 2) Están en etapa de estudios para ampliar la red de ciclovías en la intercomuna y 3) Un proyecto para incorporar en Concepción un sistema de bicicletas públicas, cuyo objetivo es fomentar el uso de este medio de transporte, con la intención de disminuir la cantidad de usuarios del vehículo motorizado particular. Todo lo anterior, con ejecución fijada al corto y mediano plazo. A largo plazo, la meta es mejorar la calidad de vida, a través de un equilibrio del sistema de transporte, en general, en la que convivan de manera sana los distintos actores que viven y transitan en ella: el peatón, los medios de transporte sustentables, el transporte público, y por último, los automóviles particulares.