La humanidad está acelerando su propio fin

El cambio climático es una realidad que vive el planeta Tierra en este mismo instante, es algo que está pasando y múltiples son los factores causales, incluso naturales, pero su acelerado paso apunta a un solo responsable: el ser humano.

Comprender qué es el cambio climático global ayudará a estar un paso más adelante respecto de la consciencia que se tiene del entorno en donde vivimos y también del que nuestros sucesores vivirán. Lo que también contribuye a pensar en las decisiones que se toman en la cotidianidad, con mayor rigurosidad. Sin embargo, si bien es cierto que las personas tienen en sus manos herramientas que ayudan o no a acelerar el cambio que enfrenta el planeta, (por ejemplo no botar colillas de cigarro en cualquier parte o, idealmente no fumar, así como además no utilizar bolsas plásticas) también las industrias y grandes empresas deben asumir esta responsabilidad con mayor rigurosidad aún.

Durante los días 23, 24 y 25 de octubre se desarrolló el congreso Biobío Energía 2018, en el cual convergen distintos empresarios de todo el mundo, para exponer acerca de la transición que vive el mundo de las energías, para dar paso hacia una renovable y más amigable con el medio ambiente, tal como son las eólica y fotovoltaica (solar), que fueron el enfoque principal del seminario. En este sentido, no solo los individuos implementan medidas en su cotidianidad, sino también el mundo empresarial se está adentrando en el tema.

El Congreso Biobío Energía (CBBE) tuvo su 7ma versión en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Concepción, la cual se caracteriza por contar con expositores de distintas partes del mundo, como Colombia, China, Brasil, España, Perú y por supuesto, Chile; Quienes representan entidades e instituciones del mundo empresarial, entre ellos Rodrigo Oyarzún Muñoz socio director de Ignous Consultoría Energética I+D quien, entre todas las presentaciones, dió un enfoque regionalista al cambio climático y quiso enfocarse en algo que, además de afectar a Chile y el mundo entero, se vivió en el Gran Concepción durante el verano del año 2017: los incendios forestales.

“Los incendios forestales de grandes magnitudes, que antes se daban cada cinco años o cada 7 años era aproximadamente el promedio, hoy día se están dando cada dos años. Eso es una realidad y nosotros tenemos un espejo que ver, que son nuestros vecinos del norte: Estados Unidos o Australia, que son contracíclicos nuestros. Ellos presentan las estaciones climáticas de verano, que es cuando se presentan los incendios forestales justamente, mientras que nosotros estamos en invierno. Entonces debemos mirar qué está pasando con ellos para saber qué nos va a ocurrir a nosotros y, este año, vimos que en California fueron los eventos forestales más grandes de los últimos 25 años. Entonces ¿qué está pasando hoy día cómo nos estamos preparando para ese escenario? Hoy día lo importante es tomar todas las acciones y medidas para la contención de los incendios, porque incendios vamos a tener. La cantidad de eventos a nivel mundial, se ha mantenido, pero lo que va a cambiar, es la magnitud de aquellos, eso es lo que hay que mitigar y ¿cómo se mitiga? desde la industria eléctrica las empresas forestales deben hacer su parte: los cortafuegos, manejarlos con distancias apropiadas para que estos no puedan propagarse. Laz zonas deben estar acotadas para poder controlarse y no volvamos a sufrir eventos como los del 2017 que fueron casi 500mil hectáreas. Lo que estamos diciendo es que el cambio climático es una realidad, la temperatura ambiente está aumentando y va a seguir aumentando, las consecuencias que estamos viviendo hoy día son solamente el aumento de 1,2°, vamos a llegar a los 3° antes de declinar y para eso, vamos a sufrir muchas otras consecuencias. No solo los incendios forestales, vamos a tener inviernos más crudos, cambio de estacionalidad, desertificación (…) esto se está viviendo hace mucho tiempo”.

Según el Sistema de Información Digital para el Control de Operaciones (SIDCO) de la Corporación Nacional Forestal (CONAF) la región del Biobío sufrió nada menos que 70 incendios forestales en los últimos 5 años. Cifra alarmante y que confirma la necesidad y urgencia de ponerle atajo a esta situación que está matando la flora y fauna de los bosques y plantaciones, dejando sin hogar a los animales, acabando con los árboles que significan sombra, viento, oxígeno y por ende vida.

A menor escala se puede hablar de que los incendios entre otras consecuencias, dejan en cada evento a muchas personas sin hogar y alojandose en albergues hasta encontrar donde vivir nuevamente. No obstante, el hogar que se ve más afectado es el planeta Tierra, ese lugar en el que todos los seres vivos compartimos.

Según el sitio web www.altoincendio.cl “Cuando se quema el bosque, se daña en primer lugar el ecosistema que existe en él. También hay deterioro en términos cuantitativos de hectáreas, productos madereros, cultivos agrícolas, cercos, corrales, instalaciones, construcciones y viviendas, pérdidas que pueden materializarse en millones de pesos. Pero los daños no solo son económicos; el impacto social y ambiental de un incendio forestal es considerable. Se daña el paisaje, los terrenos, los cultivos, el aire e incluso sube la temperatura ambiental a nivel suelo, provocando el temido “Efecto Invernadero”.”

Una realidad que se está viviendo, que arrastra todo consigo a su paso y que urge ponerle freno. El cambio climático está ocurriendo y una de las formas que lo mitigan en cierto grado es tomar todas las precauciones para no desencadenar uno y contar con las precauciones para controlarlo si esto llega a suceder.  

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