Violenta y silenciosa: la invisibilización hacia la mujer en distintos aspectos​

Probablemente todos alguna vez se han sentido discriminados,  sin embargo existe un grupo de personas a nivel mundial que a pesar de jugar un rol importante en la sociedad, es segregada y abiertamente discriminada: las mujeres.

La desigualdad es una palabra que se hace latente en estos días. Desigualdades sociales que vienen de la mano con prácticas que se replican todos los días y que existen en distintas formas, en niños y niñas, en ancianos, en posibilidades laborales o en acceso a la educación por nombrar algunas. Un ejemplo es las distintas posibilidades para un mismo niño en un mismo país, como Chile, lugar en el que un menor que queda en manos del Sename probablemente no tendrá las mismas oportunidades que un menor que crece en una familia, que se encarga de darle educación, valores y el cariño de un hogar. Así como este ejemplo, existen una variedad de tantos casos más, asociados a la pobreza, a la calidad de vida, a la esperanza de vida, a la salud y añadido a todas esas lamentables discriminaciones que debe sufrir un humano al nacer, se le agrega que por el solo hecho de ser mujer, asume una doble discriminación.

La idiosincrasia del país en que una mujer nazca, puede limitar sus posibilidades para desarrollarse en todas sus expresiones como humana, particularmente si se nace en una sociedad profundamente marcada por el machismo, como lo es en lugares extremos como Yemen, un país donde las mujeres no tienen participación política activa en el parlamento, no existen representantes femeninas y por lo tanto no hay quien legisle para ellas. Cómo si esto fuese poco los hombres se casan con niñas y las mujeres no tienen independencia alguna como persona.

Discriminación laboral 

Según datos arrojados por el Foro Económico Mundial “tanto en Microsoft como en Google menos de un tercio de sus trabajadores eran mujeres” y lo mismo ocurre con las redes sociales un poco más recientes como Facebook y Twitter.

Mujeres trabajadoras en Microsoft
18%
Mujeres trabajadoras en Google
24%
Mujeres trabajadoras en Twitter
30%
Mujeres trabajadoras en Facebook
27%

El porcentaje más alto corresponde a Twitter con un 30%, lo que sigue siendo preocupantemente bajo y lamentablemente esta realidad se replica a nivel mundial en el ámbito laboral y económico. Ésto, porque las mujeres suelen ganar menos dinero que un hombre por realizar un mismo trabajo, tienen menos acceso al mundo laboral que los hombres y existen mayores barreras para la dirección de una empresa o emprender en el mundo de los negocios.  

Baja participación política

El Foro Económico Mundial realizado en 2017, indicó que las mujeres representan menos del 20% del congreso en Estados Unidos de Norte América. Éste, es otro ejemplo que se suma al caso de Yemen y que deja en evidencia que esta situación es de carácter mundial, pues según los datos del mismo foro, esta es la participación política de las mujeres a tal escala:  

Participación política de las mujeres a nivel mundial
Puestos parlamentarios 20%
Ministras o secretarias de Estado 18%

El liderazgo y la participación política de las mujeres están en peligro, tanto en el ámbito local como mundial. Las mujeres tienen poca representación no sólo como votantes, también en los puestos directivos, ya sea en cargos electos, en la administración pública, el sector privado o el mundo académico. Esta realidad contrasta con su indudable capacidad como líderes y agentes de cambio, y su derecho a participar por igual en la gobernanza democrática.

Las mujeres se enfrentan a dos tipos de obstáculos a la hora de participar en la vida política. Las barreras estructurales creadas por leyes e instituciones discriminatorias siguen limitando las opciones que tienen las mujeres para votar o presentarse a elecciones. Las brechas relativas a las capacidades implican que las mujeres tienen menor probabilidad que los hombres de contar con la educación, los contactos y los recursos necesarios para convertirse en líderes eficaces.” Fuente: Organización de las Naciones Unidas (ONU) Mujeres.

Violencia simbólica: estereotipos e inseguridades 

 La mente y el cuerpo de una mujer están constantemente siendo atacados por ideas y estímulos que van en contra de un cuerpo natural y que genera frustraciones para la persona. Ésto está dado principalmente por la publicidad dedicada a mostrar cuerpos ideales y “perfectos”, pero al mismo tiempo inalcanzables o que responden a un concepto que estandariza el cuerpo de la mujer cuando, en realidad, cada humana es diferente a otra y ello es totalmente válido.

Aquello señalado, constituye violencia simbólica, es decir una violencia que pareciera no ser visible o tangible, pero que produce en las mujeres, principalmente aquellas en crecimiento y formación como las niñas y adolescentes, inseguridades, frustraciones y pérdida de autoconfianza. La industria del marketing y publicidad que promueven estos valores, juegan un rol fundamental en cómo las mujeres se perciben a sí mismas y respecto del mundo. Esta insegurización, por desgracia, sólo perpetúa a la mujer como ente secundario en la participación política, social, cultural y económica, pues se valoran más características físicas y banales que el aporte intelectual que la mujer pueda hacer. En este sentido, se trata de una sutil e indirecta, pero violenta, forma de dominación en la que el hombre, al no ser criticado por su aspecto tiene mayores posibilidades de ser un activo en la política pues los aspectos superficiales en este caso, pasan a segundo plano. Un ejemplo más cotidiano son las mujeres que conducen noticieros en televisión, quienes son delgadas en relación a los hombres que conducen, estos pueden ser gordos y aún así ser rostro televisivo. No ocurre lo mismo con las mujeres.

 Afortunadamente estas situaciones son reversibles, sin embargo requiere la organización, trabajo colaborativo y persistente, pues aún hay otras brechas, diferencias y violencias hacia la mujer por las cuales trabajar. «La violencia de género es algo que se vive en situaciones cotidianas y que además de lo político y económico -reconociendo al cuerpo y los estereotipos sobre éste como un territorio político también- está presente en aspectos sexuales, psicológicos y patrimoniales, además de lo físico y laboral que también entra en la categoría de lo económico», señala Laura Martínez, socióloga con enfoque de género.
make connections
Top