Generación del Trece: Un legado artístico en Concepción

El arte chileno lleva doscientos años de vida. Periodo que se ha visto influenciado por corrientes y artistas extranjeros. Pero desde la Región del Bio Bío, la Generación del Trece logró romper esta dinámica y dejar una huella.

En 1913 nació una promoción de artistas que, bajo las enseñanzas del gallego Fernando Álvarez de Sotomayor, realizaron una exposición en los salones del diario El Mercurio. Siendo apodados posteriormente como: la Generación del Trece, Generación Trágica, Generación del Centenario y la Generación Sotomayor.

Los artistas dentro del grupo son más de veinte, entre los que destacaron: Exequiel Plaza, Pedro Luna, Arturo Gordon y los hermanos Alfredo, Enrique y Alberto Lobos. Se caracterizaron por compartir el estilo realista de los relatos, escenas costumbristas con contenido social, de interiores y paisajes. Todos provenían de familias de clase media y quisieron mostrarlo en sus obras. Además, sus finales fueron marcados por lo trágico, tuvieron muchas dificultades económicas y varios murieron de hambre, malaria o tuberculosis.

Estilo de la Generación del 13 

Ellos logran marcar un antes y después en el arte chileno, en una época marcada por corrientes extranjeras, el mundo de la pintura considerado sólo de la aristocracia y propia de una élite. Crean un espacio para las generaciones posteriores, introducen el tema de mostrar lo mundano, ocupan otro lenguaje y con una paleta de colores grises.

Pintaron en sus obras a la clase humilde, el campesinado, el obrero, lo rural y lo popular de otras capas sociales. Pusieron la mirada del artista al mundo, mostrando la diversidad de la sociedad y apostaron por lo que nadie veía hasta ese minuto. Mérito que les costó no ser reconocidos en su momento, junto con la precariedad de materiales y soportes que utilizaron, como cartón y envoltorios de cajas de cigarros, hicieron que muchas de sus obras actualmente están completamente perdidas.  

Detalle colores de la obra «Puente La pirámide» de Pedro Luna – Foto: Ferlly Varela.

¿Dónde visitar las obras en Concepción?

Los cuadros están expuestos en diversos espacios artísticos del país. Siendo la colección más completa en la Casa del Arte de la Universidad de Concepción, con un registro de más de 500 obras y una sala de exposición propia de forma permanente. Logrando que la comunidad penquista no olvide que existió un grupo que cambió para siempre el mundo artístico nacional.

En la Pinacoteca la colección lleva el nombre de Julio Vásquez Cortés, quien fue funcionario público y mecenas de la Generación del 13. Cuñado del artista Exequiel Plaza, decidió ir adquiriendo parte de su obra y las del resto del grupo, hasta que por su vejez, ofreció las pinturas en diferentes universidades. Pero fue sólo en la Universidad de Concepción, donde el académico Tole Peralta (que sería luego el primer director de la Casa del Arte) vio un valor invaluable y decidió adquirirla en enero de 1958.

La sala Generación del Trece expone permanentemente el 10% de la adquisición del grupo pictórico, donde aparte de óleos sobre tela, hay dibujos y grabados de los artistas. Entre las que destaca el cuadro “Pintor bohemio” de Exequiel Plaza, que es considerado una obra bien lograda, excedente en tamaño de lo común y representante fiel de lo que fueron estos pintores.

De la colección total, 162 son de Pedro Luna y 150 de Exequiel Plaza, por nombrar algunos. Son 48 los cuadros expuestos permanentemente en la sala de la Casa del Arte y muchas veces se van rotando estas obras para que la comunidad penquista conozca la amplia muestra existente.

Sala Generación del 13 en Pinacoteca UdeC – Foto: Ferlly Varela.

Opiniones

La curadora de arte de la Pinacoteca de la Universidad de Concepción, Sandra Santander, señaló que, “la colección tiene un valor en sí misma, su gran fortaleza era el pequeño formato, pintaban en terreno y no con recursos de grandes telas como era en la época. Aspiraron a vivir del arte y renovar los discursos, cosa que se sigue viendo hoy en el día a día con el arte contemporáneo”.

En las carreras de Artes Visuales y Pedagogía en Artes Plásticas de la Universidad de Concepción, existe en sus mallas curriculares un ramo de arte chileno en donde se enseña sobre la Generación del Trece. Asignatura que intenta resaltar su importancia, para que las próximas promociones de artistas sigan soñando e inspirándose en nuevas formas de ver la pintura y mostrarla al mundo.

Uno de estos casos fue la artista visual María Enriqueta Pavéz Carvajal, licenciada en artes con mención en grabado y magíster en Conservación y Restauración de Patrimonio, quien trabaja en El Centro Regional de Restauración y Estudios de Bienes Culturales de la Universidad de Concepción (CREUDEC). Proyecto que surgió como forma de potenciar la restauración y rescate patrimonial en la Región del Bio bío.

Una de las obras que ha restaurado es el “El velorio del angelito” de Arturo Gordon. Obra que la ha conmovido completamente y desde su mirada comentó, “para mí esta generación es valiosa, es la primera que crea un punto de inflexión de lo que es el arte en Chile, hasta la época eran muy afrancesadas, propia de pintores de situación acomodada, aristócrata que viajaban a Europa, en cambio, la Generación del 13 es formada por pintores de clase humilde y de esfuerzo”.

La Generación del Trece dejó un legado incalculable en el arte nacional, le dieron un nuevo respiro a lo existente y demostraron perseverancia en no dejar de luchar por sus sueños. A pesar de que en vida no fueron reconocidos, hoy en día, las nuevas promociones de artistas y la sociedad chilena en general, puede seguir inspirándose y deleitándose con las obras de este un grupo pictórico único.

 

 

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