Embarazada de mi mujer: Método de fertilidad asistida permite que parejas compartan su maternidad

Durante largos años, las parejas del mismo sexo debieron relegar su proyecto de familia a un segundo plano. Algunas lo hicieron de manera consciente, mientras que otras debieron respetar las normas impuestas por una sesgada sociedad. Afortunadamente eso está cambiado, y el Método ROPA apareció como una solución viable para todas aquellas mujeres que quieren cumplir y compartir su deseo de ser madre.

El Acuerdo de Unión Civil trajo un sinfín de beneficios para las parejas del mismo sexo y de eso ya no quedan dudas. Y es que la ley que un día surgió como respuesta a la necesidad de amparo legal frente a determinadas situaciones de la vida cotidiana, llegó para modificar o cambiar el concepto tradicional de familia que imperó por muchos años tanto en nuestro país, como en el mundo entero.

Uno de los cambios, y tal vez es el más sustancial, es el que tiene relación con la existencia de variadas formas o posibilidades para que las parejas homosexuales puedan tener hijos. Esto último, puesto que mientras la adopción está comenzando a pasar a un segundo plano, las técnicas de reproducción asistida comienzan a ganar adeptos y seguidores todos los días.

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Dentro de este contexto apareció el Método Ropa o Recepción de Óvulos de la Pareja, tratamiento que se ha ido popularizando entre las mujeres con pareja femenina por una razón bastante particular: permite que ambas sean parte del proceso mismo de maternidad.

«El método ROPA o Maternidad Compartida es una alternativa que está comenzando a cobrar mucha fuerza en las parejas lesbianas, ya que permite que una entregue sus óvulos para fecundarlos y que la otra lo reciba para engendrarlo. De esta manera, ambas mujeres pueden sentirse protagonistas y partícipes del proceso de concepción de su futuro hijo o hija», indicó la obstetra y especialista en fertilidad, Marisol Aoun.

Agregando que con en este proceso «ambas actúan como madres biológicas: la primera como madre genética y la segunda como madre gestante».

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                               Fuente: Reproducción Asistida ONG

¿Quién es la madre genética y quién será la madre gestante?

Esta debe ser una de las interrogantes más populares respecto a este tema. Y es que aún cuando la información es más que clara, para muchos existe una dicotomía al momento de pensar en que si bien, una entregará la carga genética, no será si no la otra la que finalmente de a luz.

La decisión respecto al rol que jugará cada una es absolutamente personal y dependerá de cada pareja. Sin embargo, se recomienda que sea un especialista en reproducción asistida el que, además de valorar la mejor opción, de luz verde definitiva al proyecto.

Crédito: Burdas / Sitio Oficial

En nuestro país existe un caso emblemático y las protagonistas son Rossana Malchuk y María Inés Espinosa. 

Ambas son pareja desde hace poco más de cinco años, sin embargo, su relación tuvo un punto de inflexión cuando se habló sobre la posibilidad de agrandar la familia. Una quería ser madre, mientras que para la otra era algo impensado o eso hasta que el Método Ropa tocó la puerta de su hogar.

Hoy, año más tarde, no solo son una de las primeras parejas chilenas en concebir mediante esta técnica de reproducción asistida, sino que además ya se pueden jactar -con el mayor de los orgullos- por haber traído a la vida a un niño sano y sano.

«Fue un momento que, aunque siempre supimos que iba a ser muy especial, jamás imaginamos que iba a ser así de mágico y que íbamos a conocer al amor de nuestras vidas», comentó Rossana, quien para efectos de este caso es la madre gestante.

Sentenciando con que «nuestras familias estuvieron ahí todo el tiempo, acompañándonos y esperando la llegada del nuevo integrante súper ilusionados junto a nosotras. Fue una experiencia de otro mundo».

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Elitista y clasista: el derecho a ser madre sigue estando restringido

La salud pública en Chile vive en un constante vacío legal y de eso no hay dudas. Por consiguiente, y como era de esperar, las técnicas de reproducción asistida no son la excepción, ya que los programas de salud pública no las cubren o al menos eso no ocurre con el Método Ropa.

                                   Fuente: Reproducción Asistida ONG

Ante esto, a las parejas no les queda otra que hacerlo a través de la vía privada, recurriendo a clínicas y pagando los altos costos que un tratamiento de esta magnitud puede acaparar. Estos valores dependerán de cada recinto y de cada caso, pero podrían oscilar entre los $3.000.000 y 4.600.000 pesos chilenos.

De esta manera, se vuelve casi indispensable que nuestro país abra sus redes de contactos, se expanda a todos los sectores y elabore políticas públicas que le garanticen a todas las mujeres su derecho a ser madre, siempre y cuando estas quieran.

    ¿Cómo y dónde?: estos son los pasos que debes seguir

En palabras simples, este proceso corresponde a una fertilización in vitro como cualquier otra. La diferencia radica en que mientras la que aporta los óvulos –o donante- se somete a una estimulación hormonal, la otra -o receptora- está recibiendo un tratamiento hormonal con el objetivo de preparar el endometrio antes de que se transfieran los embriones a su útero.

Tras esto, se procede a fertilizar los ovocitos con una muestra de semen de un donante que puede ser elegido con anterioridad y libremente por la pareja. En nuestro país, por ejemplo, existen diversos bancos en los que figuran registros con las características físicas del donante, así como con su historial médico y familiar.

Cinco días más tarde, los embriones están listos para ser transferidos al útero de la madre gestante, dando inicio así a la segunda etapa del proceso. Aquí es de suma importancia considerar que el éxito de este tratamiento dependerá, ente otras cosas, de la edad de la madre, ya que mientras más joven sea esta última, mayor será la tasa de fertilidad.

Finalmente, la tercera etapa tendrá una duración de entre 12 y 15 días desde la transferencia de los blastocistos al útero de quien será la madre gestante –llamado también período de beta espera- para luego proceder a la prueba de embarazo.

 

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