El sistema escolar chileno genera altos niveles de estrés en profesores y estudiantes

Un aspecto fundamental para llevar una vida sana es el estado mental. Lamentablemente, para muchos docentes y alumnos, el ambiente en el que se ven envueltos día a día ocasiona situaciones de estrés constante que atentan contra su salud.

Tanto los educadores como sus pupilos se ven afectados por el actual sistema escolar chileno. La cantidad de horas que se deben dedicar a la vida académica generan situaciones de alto estrés con las que deben lidiar a diario. Sin embargo, muchas veces no poseen las herramientas necesarias para hacerlo.

Osvaldo Lagos Valeria es profesor de matemáticas en el Colegio María Inmaculada y enumera algunos elementos que generan estrés en la vida de los docentes: “Hay muchos factores de estrés para los profesores. El bajo sueldo, la gran cantidad de alumnos que hay en la sala, los trabajos y pruebas que hay que corregir, que las notas estén puestas al día, la planificación de contenidos, atención de apoderados y un sinfín de otras cosas que son parte del trabajo diario”.

Más que sólo profesores

Es necesario considerar que, muchas veces, los profesionales de la educación cumplen tareas que van más allá de lo establecido en su contrato. Tienen que hacer de consejeros, psicólogos, orientadores, entre otros. Además, hay que tomar en cuenta la gran cantidad de horas semanales que se deben dedicar a esta profesión.

Fotografía de Garuyo.com

Elena Cautivo Baltierra es profesora de Lenguaje y Comunicación y actualmente se desempeña como inspectora general del Liceo de Niñas de Concepción. Ella explica que el trabajo docente se extiende más allá de la sala de clases, lo que influye en los niveles de estrés de los educadores. “La carga horaria y el tiempo que tienen que destinar los profesores a su trabajo es un factor desencadenante del estrés, porque hay que considerar que en la profesión docente, el trabajo no termina cuando se acaban las clases, sino que hay empieza la planificación para el día siguiente, la revisión de trabajos, preparación de evaluaciones, documentos para los equipos técnico-pedagógicos”, afirma.

Además de la carga horaria, la inspectora sostiene que:   “La resolución de conflictos en el aula es uno de los mayores problemas que se le presentan a los profesores y es un detonante para generar estrés. Esto se puede deber a que los profesores no poseen las competencias profesionales para resolver estas situaciones en la sala de clases”. Además explica que, al provenir de entornos vulnerables, las estudiantes tienden a reaccionar en modo defensivo ante cualquier situación. “Nuestras estudiantes vienen de ambientes en que la agresividad es parte de la vida cotidiana. Entonces, cuando se enfrentan a las normas de convivencia que se imponen en el liceo, reaccionan con agresividad. Los profesores se ven sobrepasados por esto y no son capaces de resolver el conflicto”, comenta.

¿Y qué pasa con los niños?

Fotografía de psicologosysalud.cl

No son sólo los profesores quienes se ven afectados por el sistema educativo, sino que los estudiantes también son víctimas del estrés debido a las exigencias escolares. Rocío Alarcón es alumna de cuarto medio en el Colegio del Sagrado Corazón y afirma que no hay un sistema de apoyo eficaz para lidiar con esta situación. “La red de apoyo que nos presta el colegio, que es más que nada la orientadora, no es muy eficiente a la hora de hacer su trabajo. Entonces, yo me veo más perdida respecto a mi futuro, en el fondo. Aparte, esa presión que se siente se ve reflejada en mis notas, porque estoy bajo más estrés y preocupaciones, lo que no me deja centrarme en mis trabajos”, explica.

La opinión de Rocío no es un caso único ni que sólo se remita a estudiantes, pues Osvaldo expresa: “No hay un mecanismo que esté pensado para relajar a todos, pero sí existen psicólogos y un equipo de convivencia que da charlas. No hay ninguna instancia que el colegio otorgue, a no ser que lo propongamos los profesores”.

¿Qué se puede hacer?

En cuanto a las posibles soluciones a esta situación, Elena opina: “Yo creo que la manera de resolver este problema, primero, es con la contención que puedan realizar los equipos multidisciplinarios y de convivencia escolar que existen en los establecimientos, pero también esto es un trabajo a largo plazo. Deberían existir políticas y lineamientos claros en las instituciones escolares que apoyen a los profesores en la resolución de conflictos y logren establecer cuáles son las necesidades de los estudiantes y cómo mejorar la convivencia dentro del aula”

El sistema escolar actual ejerce una gran presión sobre quienes están inmersos en él, lo que provoca altos niveles de estrés. Esta situación atenta contra la calidad de vida y salud de quienes se ven afectados por ello. Es un círculo vicioso. Si el profesor está estresado, hay muchos más momentos disonantes en la clase, lo que afecta el aprendizaje de los alumnos. Sería interesante implementar cambios que puedan alivianar la carga tanto de profesores, como de estudiantes. Especialmente, es necesario fortalecer las redes de apoyo y replantear las exigencias académicas y las jornadas laborales.

 

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