El brote dará el “apruebo” en octubre

Imagen: Programa de Formación Ciudadana, en referencia al plebiscito 2020.

Contradictorias han sido las decisiones que ha tomado el Gobierno frente a la posibilidad de aplanar la curva de contagios por Covid-19. Y es que, en definitiva, las medidas del Ministerio de Salud, frente a las andanzas del virus por el país, parecen ser parte de una rutina de Stand up comedy dirigida a quienes observamos como público desde la barra de un bar.

En primer lugar, y según información entregada por el Servicio Electoral de Chile, quien esté en cuarentena, y bajo la orden sanitaria de mantenerse aislado, no podrá votar. Asimismo, el Gobierno, a través de su vocero Jaime Bellolio, aclaró que la ley no puede impedir la participación de un portador en el plebiscito, pero de presentarse, arriesgará sanción y detención por romper una norma específica: no salir de casa.

En segundo lugar, posterior a la confirmación de la nueva fecha de votación, y mientras el Ministerio de Salud hacía énfasis en la lucha, a través la distancia social, anuncian la posibilidad de hacer una visita temporal, con un máximo de cinco personas en hogares cerrados, y 10 en abiertos, para el 18, 19 y 20 de septiembre.

¿No le parece al lector un tanto contradictorio fomentar el reencuentro de las personas a través de un permiso en Fiestas Patrias? ¿Poder tener cerca a quienes se desenvuelven día a día de manera completamente independiente y distinta a la suya?

En este sentido, la idea de las autoridades se basa en que, visitar padres pertenecientes a grupo de riesgo, pero en comuna con etapa de transición, no afecta mucho porque, “Fondéate en casa”, significa cuidarnos entre todos al desinfectar, después de cada turno, el único salero del que harán uso los presentes en la mesa.

Pero, ¿qué pasa con los baños? ¿No hubo contaminación cruzada durante el fin de semana?

Suponer que, después de un par de “terremotos”, las personas mantendrán la distancia y sus sentidos intactos, es como confiar la cura al arte de la magia. Lo único certero es que la cifra de afectados para octubre será el doble de las reportadas hoy, pues los síntomas se presentan entre 5 a 14 días, tiempo que demora en incubar el virus en el organismo.

Entonces, hagamos el cálculo. Desde fiestas patrias, fecha en la que reunirnos con la familia está autorizado, hasta que se muestra la presencia de la enfermedad en una persona, nos da como resultado: un plebiscito casi ausente, a causa del miedo al contagio y el impedimento que significa padecer una enfermedad de esta magnitud.

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