El coronavirus me quitó la pista de baile, pero no las ganas de bailar

Todos los días se tornan iguales, ya no se le da la importancia de antes a los fines de semana. La bohemia se ha quedado atrás, ha dejado a sus clientes a la espera de buenas noticias respecto al covid-19 para hacer algún anuncio que encienda la chispa de los animales nocturnos.

La pandemia del coronavirus ha tomado desprevenidos a diferentes rubros, estos se han visto en la necesidad de cambiar la forma en la que se desarrollaban, de enfrentar lo desconocido, tal como lo menciona David Bowie en su canción Changes. Acostumbrados a hacer todo de cierta forma, las personas se han visto en la necesidad de adaptarse a las extremas circunstancias.

Uno de los campos más afectados por el contexto actual son los locales nocturnos, los cuales eran un destino obligatorio y visitado de manera religiosa los fines de semana. Desde mediados de marzo, estos espacios cerraron sus puertas al público y, hasta el día de hoy, se desconoce que les depara en el futuro.

La fatídica mezcla que van de la mano con estos locales, que se podría resumir en la inexistencia de distancia física y ventilación de los espacios, obliga a despedirse de la pista de baile hasta nuevo aviso. En Concepción, el local La Bodeguita de Nicanor anunció su cierre de manera indefinida luego de ocho años de funcionamiento.

No hay certeza respecto a cuándo será el fin de la pandemia, solo se sabe que nos acompañará por un largo tiempo, por ende, debemos aprender a convivir con el virus en los diferentes aspectos de nuestra vida, y quienes manejan la bohemia deben entenderlo de esta forma.

El humano ha llegado hasta donde está gracias a su creatividad, inteligencia y capacidad de evolucionar y adaptarse a los contextos. La pandemia ha demostrado eso, la creatividad con la que algunos hacen frente a las adversidades que se han presentado, y pienso que el rubro bohemio no puede quedarse atrás.

Discoteque Maldita Sea en Habbo (foto: Jaime Sabando)

Para algunos es una batalla perdida, pero otros no han bajado los brazos y hemos sido testigos de ideas que rompen con lo establecido. Por mencionar algunos ejemplos, la discotequeBlondie de Santiago ha realizado fiestas vía Zoom, con venta de entradas y drag queens animando la transmisión. Otros espacios crearon sus propias versiones de sus locales en el juego virtual Habbo, con música en vivo mediante la plataforma de video en streaming, Twitch.

No es lo mismo que conocíamos, quizás nunca volverá a serlo, pero la disposición de los clientes, asistentes a estos eventos, sigue igual, solo se necesita una instancia en la que las personas se puedan hacer parte para revivir los fines de semana que tanto se añoran.

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