La Misión De Educar En Plena Pandemia

El ruido del timbre o campana invitando a los estudiantes a ingresar a sus aulas, las numerosas voces que resuenan desde las salas mientras los profesores se acercan a ellas, han sido reemplazadas por una llamada desde alguna plataforma virtual. La cual, muchas veces, suele quedar sin respuesta por diversas problemáticas. Lo anterior, es parte de lo que han vivido quienes integran las distintas comunidades educativas a nivel país durante esta pandemia. 

Por: Valentina Rodríguez Rodríguez

Tras la suspensión de las clases presenciales. Hoy son miles las profesoras y profesores que han adaptado su rutina en favor de la ardua labor que ejercen a diario desde sus hogares durante estos últimos 7 meses.

Si bien, las voces ministeriales opinan y especulan desde el logro de metas. No obstante, al analizar la situación de las y los docentes en esta inesperada crisis sanitaria, es necesario oír la voz de ellos, los líderes educativos en las aulas. Pues, son los más indicados para dar testimonio de los conflictos y desafíos que esta pandemia les ha planteado.

La brecha en el acceso a la educación

Desde el 15 de marzo, la educación en Chile cambió. Las clases presenciales fueron paralizadas, pasando a ser desarrolladas mediante plataformas y herramientas tecnológicas que cada establecimiento educacional adoptó para continuar sin el riesgo de exponer a sus estudiantes y funcionarios al contagio del COVID-19. Sin embargo, las nuevas herramientas han abierto los ojos de la ciudadanía respecto a las condiciones en las cuales las profesoras y profesores han logrado desarrollar sus clases.

Educación a distancia en modalidad virtual. Foto: INFOBAE

Selma Blanco, es profesora en una escuela municipal de Copiapó, la cual tiene un 97% de vulnerabilidad. Por lo mismo, conoce de cerca las problemáticas que esta nueva realidad ha dejado entre sus colegas, estudiantes y apoderados.

 Producto de la implementación del sistema de educación a distancia, Selma ha visto como se ha cimentado una barrera en el acceso a los contenidos. Pues, muchas veces hay factores que inciden en el rol de los padres como es el caso del analfabetismo y en otros, el analfabetismo digital. Por otro lado, están los constantes problemas de conectividad, escasez de recursos económicos y  tecnológicos que han evidenciado la realidad socioeconómica de las familias. Al respecto, Selma comparte que “para los apoderados es súper difícil conectarse. Antes, en la escuela una se adaptaba a las necesidades educativas especiales de cada niño, pero ahora en pandemia, una tiene que adaptarse a los recursos que tiene cada familia.»

Pese a la desigualdad de condiciones en el acceso a la educación, Selma planifica su jornada y la entrega de contenidos de manera flexible, pues es consciente de las demandas y necesidades de sus estudiantes. Por lo mismo, destaca la comunicación entre profesores y apoderados para lograr superar las dificultades de este contexto, pensando siempre en el bienestar de los menores.

La nueva convivencia escolar

Al momento de hablar con los docentes de las dificultades que han afrontado, uno de los puntos más destacados es la disposición y disponibilidad en todo momento. Pues, las fronteras de la convivencia escolar se han adaptado a la realidad de cada persona que integra este vínculo educativo. 

Dinámica de clases virtuales durante la pandemia. Fotografía: EMOL

Marilyn Vicencio, es educadora diferencial y trabaja en una escuela para niños y niñas con condición de trastorno del espectro autista (TEA), quien, además, ha tenido que compatibilizar la crianza, trabajo y las proezas de la escolaridad, para fortalecer los procesos pedagógicos y de retroalimentación de sus estudiantes. “Durante la pandemia nos toca trabajar 24/7, pues no tenemos un horario de trabajo” enfatiza la educadora.

Asimismo, Lorena Rodríguez, profesora en una escuela de la ciudad de Puerto Montt, compartió su testimonio. «Como docente y persona, no estaba preparada. Me enfrente a una situación complicada que me obligó a invadir mi espacio familiar y vida privada, debiendo adaptar un espacio y ambiente para atender a mis estudiantes de manera virtual. Esto a su vez implicó tener un buen medio tecnológico, considerando el computador para hacer las clases y el teléfono para comunicarse con las familias, como también se tuvo que ampliar los planes telefónicos y de internet para cubrir estas necesidades. Los apoderados nos contactan en distintos horarios, y una tiene que acogerlos porque no solo hablan de lo pedagógico, sino que también de lo emocional y social». 

 Al igual que esta docente, sus colegas han trasladado su labor al interior del espacio familiar, lo cual ha repercutido en los hábitos y rutina de quienes componen su núcleo.

A pesar de lo anterior, la vocación y afecto por sus estudiantes y equipo de trabajo, es vital para mantener la conexión y contención que requieren en esta crisis. Tal como señala Lorena Rodríguez, “estar para los estudiantes cuando tienen un problema y que sientan el apoyo es muy importante, al igual que el contacto y compartir con los colegas. Tener el feedback de parte de mis pares es fundamental… Hoy, todo eso se debe hacer por medio de una pantalla en redes sociales o llamada telefónica”. 

En efecto, la vocación de los profesionales de la educación, ha sido la pieza clave para continuar las jornadas educativas de la manera más amena desde la intimidad de sus hogares, buscando cada día la forma de respaldar y ayudar a quienes sienten como parte de su familia, su comunidad educativa, a quienes anhelan volver a ver en ese espacio tan inolvidable de la educación primaria.

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