La roja estuvo muy cerca de conseguir un resultado histórico, pero el VAR se lo negó.

Después de tres años la selección nacional volvió a competir por las eliminatorias más duras del mundo, esta vez, contra Uruguay en Montevideo. Con un ambiente atípico sin público, hecho impensado en consideración al apego futbolístico en Sudamérica. Lo cierto, es que Chile cayó con un arbitraje que incidió claramente a favor del conjunto charrúa.

El inicio del camino de la selección hacia el Mundial de Qatar 2022, empezó con muchas trabas en el camino. En primer lugar, el estallido social ocurrido hace casi un año, complicó el trabajo de Reinaldo Rueda con los jugadores del medio local. El director técnico colombiano estuvo a puertas de renunciar por las dificultades que surgieron en ese contexto.

En segundo lugar, la llegada de una pandemia mundial que obligó a suspender todas las competiciones futbolísticas, aplazando las fechas pactadas en marzo para octubre. 

Y la guinda de la torta, las bajas de ocho jugadores a menos de cinco días del inicio de las clasificatorias ante Uruguay.

Un desafío difícil y un panorama anormal para estas instancias, el cual era disputar un partido por los puntos con 16 jugadores debutantes. De esa generación que nos dio tantas alegrías, solo saltarían al campo cinco de ellos.  Zaga defensiva totalmente renovada, un mediocampo con Vidal, Fuenzalida y Aránguiz, y en el ataque los goleadores de siempre Sánchez y Vargas.

Alineación inicial que despertaba incógnitas, por los nuevos jugadores, la crisis del fútbol local, el hermetismo de Rueda y por, sobre todo, el miedo latente de volver a la mediocridad tristemente normalizada del pasado.

No obstante, el equipo ayer mostró garra, hambre de competencia y buen orden táctico. Se notaba un equipo bien trabajado con identidad y personalidad. Por pasajes, Chile dominó a Uruguay en su propia casa. Pero, llegaron los impresentables errores de la tanda arbitral paraguaya que ya todos conocemos. Sensación amarga al saber que se comete una injusticia, la cual siempre inclina la balanza hacia un sector.

A excepción del arbitraje que influyó en el resultado, Chile jugó bien de visita, sigue vivo e ilusiona.  Los debutantes mostraron que tienen las condiciones para desarrollar un papel preponderante en el esquema del director técnico nacional. Mezcla de experiencia y juventud que deja una buena impronta. La consigna seguirá siendo la misma, contra todo y todos.