Contra viento y marea: ser político en tiempos de revolución

Pareciera ser una causa perdida, declarase como parte de un conglomerado político es un arma de doble riesgo, con una desconfianza en las instituciones por parte de la población debido a una larga lista de deudas pendientes hacia la ciudadanía, pero aún existen personas que quieren dar una nueva cara y luchar por un camino tradicional hacia la democracia y un mejor país.

El pasado domingo se vivió en pleno una fiesta de la democracia, en un plebiscito que llevó a más de 7 millones de personas a las urnas, pero que está dentro de un contexto de desapego a los partidos políticos y a las personas quienes pertenecen a estos. Siendo más ciudadana, con un roce social como no se ha visto en años, los partidos están en declive según diversos estudios, y también por las cifras de inscritos en estos mismos, que según estadísticas del SERVEL, en Chile tan solo hay 890.220 militantes de partidos políticos, menos de un 10% del padrón electoral.

Imagen: Cadem. En diversos estudios se ha dado muestra de la desaprobación a la gestión de los partidos políticos en su mayoría.

Sin embargo, existen jóvenes que luchan y sueñan por el camino tradicional, siendo líderes y referentes en el Biobío, confiando en que existirá un recambio y un nuevo encanto por parte de la ciudadanía en la política tradicional.

Tal es el caso de Eric Riquelme Sanhueza, joven militante de Revolución Democrática. “Toda mi vida he vivido en una población donde mayoritariamente vive gente de mayor vulnerabilidad social y de escasos recursos. Mi padre era un maestro de la construcción y mi madre trabaja en los quehaceres del hogar. Por años he vivido en carne propia las injusticias de este sistema, de la falta de oportunidades, falta de una cancha pareja donde todos podamos estar en igualdad de condiciones, de segregación social”, comenta, y además agrega las razones por las que está inmerso en el mundo de la política. “Lo de estar en política yo creo que es hereditario, mi padre fue presidente de la junta de vecinos de la población y yo en mi etapa universitaria fui vicepresidente de la Federación de estudiantes, 2016 estuve entre los 30 jóvenes líderes de la región destacado por el diario El Sur, actualmente soy presidente regional de Revolución Democrática, y digo lo anterior, ya que, creo la política hasta hace poco era mayoritariamente para la élite, personas que provenían de colegios privados etc. Pero actualmente eso ha cambiado y personalmente lucho día a día por aquello, para que más personas como yo, de escasos recursos, o que vivan la realidad de los sectores vulnerables, puedan acceder a los cargos de representación” finaliza.

Imagen: SERVEL. Menos de un 10% del padrón electoral está inscrito en algún partido político.

En el otro lado de la vereda, pero en una misma etapa, se encuentra Jase Arriagada, presidente de la juventud de RN, quien cuenta sus motivaciones para estar en la política. “Lo mío con la política partió hace varios años atrás, cuando me di cuenta que tenía la capacidad de liderar grupos en la educación media. Luego de diversas invitaciones por parte de algunos partidos, opté por RN, ya que fue el que más calzó -y calza- con mis ideales. Mis motivaciones en el área política siempre han estado en enfocar la política en el beneficio de la comunidad”, declara, destacando la razones del sentir popular en cuanto a temas relacionados con la política “tradicional”. “La gente está desencantada porque se aburrió de lo mismo de siempre, esto se volvió un juego de poderes para beneficio propios o de familias. En el Biobío tenemos casos claros de ello, especialmente en Concepción donde se ha dedicado a venderle humo a los ciudadanos en época electoral y luego si te he visto no me acuerdo o al momento de llegar al poder solo dilatan y entregan soluciones parche sin mayor gestión”, expresa.

Victoria Abarzúa, militante de Evópoli Biobío, comenta sobre el actual contexto de desconfianza en cuanto a los partidos políticos, pero también su mirada sobre la participación en el plebiscito recién pasado.  “Sin duda vivimos una de las épocas de mayor desafección con los políticos en particular, pero la reciente participación histórica en el plebiscito del 2020, demuestra que la distancia no es con la política en sí, que los chilenos hemos entendido que hacemos política todos los días y que las decisiones nos impactan a todos”, dice. 

Abarzúa también argumenta que los partidos y grupos políticos son necesarios para organizar a una sociedad. “A pesar de lo impopular de los partidos políticos, me parece que estos son el vehículo natural que tiene la sociedad civil para organizar sus intereses. Para mí, el cambio no empezó en octubre del 2019, sino que cuando me di cuenta que siempre eran los mismos, de los políticos no estaban conectados, empezó cuando decidí involucrarme y cuando escogí a Evópoli como mi casa”, aclara.

Al parecer en este camino todavía existen personas que creen que un partido político es la mejor opción para formar comunidades y un país entero, veremos que nos trae esta nueva etapa en la que se encuentra Chile.

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