El gran error del Servel en el plebiscito

El proceso electoral llevado a cabo el pasado 25 de octubre no estuvo exento de polémicas. Esta histórica jornada estuvo marcada por la alta afluencia de personas, con una cantidad que excedió a la de todos los comicios desde el retorno a la democracia, logrando un nivel de participación electoral sin precedentes.

Según cifras del Servicio Electoral (SERVEL), más del 50% del padrón votó en las elecciones de este domingo para decidir sobre el futuro de la Constitución. Miles de personas con movilidad reducida y discapacidad visual asistieron a sus locales asignados, sin embargo, mientras que muchos pudieron ejercer su derecho a sufragar sin problemas, otros tuvieron dificultades para hacerlo.

A pesar de que el secretario general de la presidencia, Cristián Monckeberg, anunció un plan de voto asistido para estos casos, varias quejas de los votantes se hicieron presentes durante la jornada tanto en los despachos televisivos como en redes sociales.

De acuerdo con un estudio del Servicio Nacional de Discapacidad (SENADIS), se estima que en Chile existen al menos 2,7 millones de personas con algún tipo de necesidad especial. Mientras que una encuesta aplicada por la Fundación Chilena para la Discapacidad (FCHD) arrojó que un 60% de estas personas ejercen su derecho a voto. Esto nos da luces sobre lo fundamental que es mejorar la inclusión en el país y educar sobre lo valioso que es construir una sociedad íntegra en esta materia.

Foto cortesía de Cooperativa.cl

La investigación realizada por la FCHD también arrojó cifras que dejan al descubierto la deuda que tiene el Estado con este grupo de la sociedad, ya que un 70,3% consideró que el Gobierno no cumple con las normativas que garantizan una inclusión efectiva de las personas discapacitadas en la ciudadanía.

La falta de papeletas en braille, vocales de mesa no capacitados en lengua de señas y la poca accesibilidad al interior de los locales de votación fueron los problemas que marcaron la jornada.

El triunfo del Apruebo no solo da paso al proceso constituyente, sino que abre las puertas a nuevas oportunidades. La nueva Constitución debe respaldar y garantizar los derechos de las personas con necesidades especiales e incorporar sus demandas sociales, tales como: mejoras en el sistema de salud en materia de discapacidad y reformas al funcionamiento de las instituciones que los acogen.

Si bien, es el Estado el organismo que debe resguardar y velar por la inclusión, son los pequeños gestos los que cuentan y es tarea de todos los ciudadanos construir una sociedad en la cual podamos desenvolvernos de manera plena y segura.

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