El desafío de la parentalidad durante la pandemia del COVID-19 Entrelíneas por Antonia Paz Morales Mansilla - 6 noviembre, 202010 noviembre, 20200 La pandemia producto del COVID-19 ha implicado que muchos adultos tengan que compatibilizar el teletrabajo con la crianza generando momentos desafiantes, de estrés, pero sobre todo de aprendizaje. Antonia Morales Mansilla Miles de personas se han encerrado en sus hogares debido a la pandemia del COVID-19, todas ellas han tenido que generar cambios en su rutina y adaptarse a este nuevo estilo de vida. Muchos padres han tenido que compatibilizar el teletrabajo con la crianza y cargar con los temores propios de una pandemia, el miedo a perder un ser querido o la incertidumbre que conlleva estar encerrado en el hogar. Ante esto la psicóloga infantil, Katherine Eisele comenta “Por un lado estamos enfrentados a una crisis que ha tenido una injerencia clara en la salud mental de todos y todas, por otro lado el emplear el mismo lugar para hacer múltiples roles es un poco caótico (mismo espacio para estudiar, comer y jugar)”. Imagen contextual de padre ayudando a estudiar a su hijo | Getty Images Otro punto para considerar en estos tiempos de pandemia es que los padres han tenido que apoyar a sus hijos en las actividades escolares. Esta tarea no ha sido para nada fácil “Los padres están pasando tiempo con sus hijos, que antes no veían. Los niños iban largas horas al jardín o al colegio y era poco el tiempo con ellos. Hoy con la pandemia, están conociendo de nuevo a sus hijos. Esto, además, ha implicado hacernos cargo de temas que habíamos externalizado (aprendizajes formales). Por lo tanto, tener que compatibilizar los roles, ya sea ser madre, dueña de casa o profesora es sin duda complejo”, agrega Eisele respecto a los roles que los padres han tenido que adoptar frente al encierro producto a la pandemia. Por otra parte, gritos, risas e incluso llanto, es un día normal en la casa de Graciela Pacheco, quien tiene dos hijos, Maximiliano de 9 y Esteban de 16. Para ella estar todo el día en casa se ha vuelto complejo, puesto que debe conciliar su trabajo con la crianza de los niños. “Tener dos hijos con tanta diferencia de edad es bien difícil, a Maximiliano le diagnosticaron Asperger hace poco y se me hecho bastante complejo lidiar con eso y otros problemas que tengo a raíz de la pandemia, la mayoría del trabajo lo dejo para la noche, ya que durante el día estoy pendiente de los niños.” cuenta con voz agotada Graciela Pacheco, educadora de párvulos realizando teletrabajo desde su hogar. Madre con signos de estrés por realizar teletrabajo | Getty Images Madres y padres, como Graciela, han tenido que adaptar sus horarios de trabajos para que estos se acomoden a las necesidades de sus hijos, quienes también se sienten abrumados con lo que está ocurriendo. Para ellos es extraño no poder salir, ir al colegio y compartir con sus amigos, así lo comenta Carolina Lavín, Directora del Jardín Infantil Milla-antü, quien añade “Yo también soy mamá, es por eso que entiendo cuando me dicen que no han podido realizar cierto trabajos por estar cuidando a sus niños. Intento ser lo más flexible posible, puesto que estamos en un proceso de adaptación que nunca habíamos realizado.” explica Lavín, quien también agrega “para nosotros, como jardín infantil, ha sido un doble trabajo. Tenemos que estar atentos a nuestros hijos y darle tips a los padres con los que trabajamos para que ellos puedan sobrellevar la pandemia sin ningún inconveniente y sus hijos se sientan bien”. Finalmente, la psicóloga infantil, Katherine Eisele se refiere a la situación como “una tremenda oportunidad para reivindicarnos en nuestra labor como padres y estar con nuestros hijos. Lo importante es poder desarrollar vínculos de apego con ellos, esto quiere decir, poder atenderlos y contenerlos ante sus problemas emocionales cotidianos. Es un desafío reconectarnos con ellos, porque los adultos también estamos más estresados, pero es una deuda que tenemos y solo nosotros podemos saldarla, hoy es el momento”, la psicóloga hace una pausa, suspira y continúa con un tono de tristeza “hace unas semanas, estaba escuchando a mi hijo en sus clases virtuales hacer una pregunta a su profesora. Escuché la respuesta de esta y de cómo lo ridiculizó frente a sus compañeros, algo que obviamente provocó que mi hijo se pusiera a llorar y no quisiera seguir en clases. Yo me pregunto si esto no hubiese ocurrido en casa ¿me habría enterado? Probablemente mi hijo en el colegio hubiera llorado, pero no habría podido acompañarlo y contenerlo. Justamente esto último es lo que significa el apego, una gran deficiencia de nuestra sociedad moderna”: Los padres tienen derecho a no saber cómo enseñar, es normal sentir miedo en situaciones como esta, es normal no poder lidiar con las emociones, es por eso que deben empatizar con los niños y jóvenes que han tenido que dejar el mundo allá afuera y desprenderse de todo tipo de interacciones que realizaban en el ambiente escolar. No olvidar que el hogar debe ser un espacio de contención, donde los hijos pueden sentirse protegidos, escuchados y cuidados.