Sí hay algo que se nos ha enseñado desde pequeños es que las noticias son importantes y que gracias a ello conocemos el mundo, pero también a qué no debemos fiarnos de la caja de imágenes llamada televisión.

Las caricaturas nos han hecho ver a medida del tiempo que a pesar de ser transmitidas a diario por la televisión, que está es basura, qué los noticieros son poco confiables y que algunos noticieros solo buscan el morbo antes que la información, el titular más interesante para mantener al borde del sillón en busca de lo tan importante qué tenían que informar y qué al final solo era amarillismo.

Hablando de amarillismo una serie que muestra el “cinismo” de los reporteros es Los Simpson, con Kent Brockman cómo un presentador y a veces reportero oportunista y al menos que no genere un incidente público siempre conservará su empleo, también cada vez que se le ve haciendo periodismo serio es cuando pierde su empleo y en cuanto lo 

recupera de nuevo de parecer acerca de esta idea.

Está idea de la noticia basura también se vio en 31 minutos, en el cual se ve a los títeres actuando cómo un estereotipo demasiado trillado de cómo son los periodistas, incluso en una canción enfocan un canal de televisión nacional y lo tildan de basura. Estos son ejemplos, sin embargo es casi imposible encontrar una serie que no sean de canales que también manejan noticiarios donde a estos no se les trate cómo aprovechadores.

Sin embargo no todo es malo, este estereotipo nos ayuda a entender los errores que podemos a llegar a cometer en nuestra profesión y cómo este incluso nos puede llegar a costar la carrera, sobre todo en un mundo donde la información -y desinformación- están a la orden del día, él no investigar suficiente, el poco empático con una información o el simple hecho de mostrar una imagen equivocada nos puede condenar por completo en las redes sociales. 

Lamentablemente esto tampoco es nuestra culpa, muchos de nosotros nos vemos obligados a seguir órdenes, la edición de una nota no nos corresponde al 100% por lo que se hace aún más difícil poder generar un periodismo televisivo de calidad.

Nuestra opinión puede ser la respuesta, emitir lo que estamos viendo en vivo y en directo cuando hacemos un despacho, no podemos ser objetivos -ya nos han enseñado hasta el cansancio- pero podemos tratar de ser lo más neutral posible a la hora de informar que está pasando y con una generación nueva que está comenzando a surgir con distintos tipos de medios independientes esto podría ser posible.