Pandemia y encierro: el reto de mantenerse físicamente activos Entrelíneas por Mouriel Ignacia Soubelet Del Rio - 4 diciembre, 20204 diciembre, 20200 Todos los años la Organización Mundial de la Salud (OMS) publica una guía con recomendaciones mundiales sobre actividad física para la salud, cuyo principal objetivo es prevenir las enfermedades no transmisibles (ENT). Este es un artículo que cobra especial importancia dentro del contexto de pandemia a nivel mundial. “Hasta 5 millones de muertes al año podrían evitarse si la población mundial fuera más activa”, señala la OMS en su página oficial, lo que pone en evidencia la importancia de la actividad física para la calidad de vida y salud de las personas. Considerando que a nivel mundial, el sedentarismo y sus consecuencias, cuesta aproximadamente US $54.000 millones en atención médica y US $14.000 millones en pérdida de productividad, es que se hace pertinente animar a los países a adoptar las medidas y recomendaciones entregadas en esta guía, y así, apoyar el plan de acción mundial sobre actividad física 2018-2030 que se acordó en la 71° Asamblea Mundial de la Salud en 2018, con el fin de que disminuya la inactividad para el año 2030 en un 15 %. Estando en medio de una pandemia, que nos tiene prácticamente obligados a permanecer encerrados, se tornan vitales ciertas conductas que le faciliten al cuerpo mantenerse saludable. La OMS está consciente de las circunstancias y por lo mismo, las nuevas Directrices sobre actividad física y hábitos sedentarios se realizan teniendo en cuenta la situación que viven las personas el día de hoy. Manteniendo las medidas sanitarias como el distanciamiento social, mascarilla e higiene, se pueden llevar a cabo actividades corriendo menos riesgo. Fotografía: soychile.cl. ¿Qué sugiere la guía? Si bien, antes se recomendaba a los adultos dedicar solo 150 minutos de actividad física -moderada aeróbica- a la semana, hoy el valor es de 150 a 300 minutos semanales, incluidos aquellos con alguna enfermedad crónica o discapacidad. En cuanto a los niños, los valores se han mantenido en 60 minutos diarios de actividades físicas de intensidad moderada a vigorosa. La kinesióloga de la Universidad Mayor, Javiera Povea, señaló: “Hay que motivar a los niños a divertirse, a usar sus juguetes. Dejar el televisor o Tablet y disponerse a hacer actividades que requieran moverse, salir al jardín, bailar. Hay muchas cosas que pueden hacerse en casa, todo aquello, entendiendo que estamos en un confinamiento por el Coronavirus”. Respecto a los adultos mayores, se recomienda que hagan actividades que ayuden a su equilibrio y coordinación. “Esto favorece el fortalecimiento de sus músculos, que en un futuro puede evitar caídas y una posterior dependencia”, indicó Povea. “Lo importante es la prevención temprana, motivar a la gente a hacer ejercicio, y así, prevenir futuras complicaciones”, agregó. Cabe mencionar que para la Organización Mundial de la Salud todas las personas -sin importar su edad o capacidades- pueden ser físicamente activas, y cada acción que se realice, ya sea, jardinear, bailar, actividades de ocio, entre muchas cosas más, van a ser beneficiosas para la calidad de vida. Por otro lado, toda actividad física va a favorecer a la persona, ya sea haciendo deporte, movilizándose, realizando tareas domésticas, limpieza y jardinería. “Si estás todo el día sentado trabajando, deberías realizar algún tipo de actividad física para contrarrestar los efectos del sedentarismo. Hoy existen muchas alternativas para ejercitarse en casa o en espacios reducidos, también hay muchas rutinas en internet que pueden orientarlos”, señaló la kinesióloga. Aun estando en casa se pueden realizar actividades y/o ejercicios acomodando algunos espacios del hogar. Fotografía: laregión.es. Las estadísticas de la OMS exponen que uno de cada cuatro adultos y cuatro de cada cinco adolescentes no se ejercitan lo suficiente, ni mantienen un mínimo de actividad física, lo que puede acarrear graves resultados. Tal como menciona la médica de la Universidad de Talca, Fernanda García: Entre las consecuencias de no mantenernos activos están el desarrollo temprano de patologías crónicas no transmisibles (PCNT) como, diabetes, obesidad, hipertensión, entre otras, que muchas veces desencadenan en una mala calidad de vida y posteriormente la muerte temprana del paciente. Tampoco debemos ignorar el hecho de que dichas enfermedades aumentan los riesgos si la persona se llega a infectar con el virus”. Por otro lado, el sedentarismo influye mucho en la salud de los músculos y huesos, pues, como señala el kinesiólogo de la Universidad de las Américas, Maximiliano Vargas: “Nuestro cuerpo necesita cierto movimiento semanal, ya sea caminar, andar en bicicleta o hacer algún ejercicio con gasto energético. Si se es una persona sedentaria, no oxigena bien los pulmones -y tanto músculos, como huesos, se nutren de oxígeno- por lo que no realizar actividad física, puede ocasionar patologías musculoesqueléticas”. Mente y cuerpo sanos Aún existen más consecuencias negativas del sedentarismo, porque no todo es físico, sino también mental, sobre todo en medio de una pandemia que ha modificado nuestro estilo de vida por completo. El ejercicio permite reducir los niveles de ansiedad, estrés y mejora la concentración, así como también facilita la liberación de endorfinas, las que aumentan el estado de bienestar y disminuyen la sensación de dolor emocional, además, libera dopamina y serotonina, hormonas que permiten sentirse más feliz y con sensación de bienestar, por lo que ayudan a hacer mas llevaderos los cambios y desafíos de vivir en una pandemia. Debido a la pandemia por Coronavirus las personas han debido estar confinadas en sus hogares, con tal de no contagiarse con el virus. Fotografía: elnuevodía.com. La psicóloga del Centro de Vida Saludable de la Universidad de Concepción, Marcia Stuardo, comenta: “Nuestro cuerpo necesita moverse para sentirse bien, por lo que la inactividad hace que nos sintamos apáticos, más decaídos, tristes y con menos ganas de hacer cosas, lo que impacta en la autoestima y en la sensación de autoeficacia, y que -finalmente- se transforma en un círculo vicioso”. Además mencionó que puede hacer que las relaciones con otras personas se vean afectadas, e incluso la relación con uno mismo, lo que podría hacer que se caiga en estados de ansiedad y depresión, lo cual, para algunas personas puede ser severo. “Debe tenerse en cuenta que si la persona no esta acostumbrada a realizar ejercicios, posterior a ellos puede agotarse y en consecuencia desmotivarse después de realizarlos. Por lo que se recomienda que empiecen de manera gradual, cumpliendo metas y estableciendo rutinas”, agregó. No puede ignorarse el hecho de que el deporte, el mantenerse en movimiento, se relaciona con la prevención e incluso el tratamiento de distintos problemas psicológicos, he ahí su importancia. Ejercicio y alimentación Pero todo lo anterior no es suficiente si no se balancea con una buena alimentación. La pandemia ha aumentado la ansiedad de las personas, lo que trae como consecuencia distintas reacciones, ya sea desmotivación, pérdida o aumento del apetito, y cada uno de esos factores -a largo plazo- pueden causar muchos problemas a la salud de las personas. La obesidad es un tema importante de considerar, ya que se estima que dentro de un 70 % y 80 % de la población chilena -sobre todo niños- podrían estar por sobre la media de sobrepeso, lo que trae muchas complicaciones. “Por ejemplo, genera factores inflamatorios, lo que produce radicales libres de sustancias que se asocian a la generación de algunos tipos de cáncer como colorrectal, de estómago, etc. Las personas le temen mucho a esta enfermedad, pero no asimilan que una de las causas es la inflamación debida al sobrepeso”, señaló García. Por lo tanto, es muy importante complementar el ejercicio con una buena alimentación, porque ayuda a mantener un equilibrio energético entre ingesta y gasto. “Este balance permite acercarse a un estado nutricional saludable, que previene enfermedades crónicas como diabetes o hipertensión”, comentó la nutricionista de la Corporación de Ayuda al Niño y Niña y Adolescente Diabético, Carla Pilar. “La idea es consumir una cantidad de calorías que vamos a gastar diariamente, para que así haya un equilibrio. Se puede comer de todo, pero en su justa medida, balanceando ejercicio y alimentación”, agregó. En conclusión, los efectos de llevar una vida activa son mucho mayores de lo que a simple vista se ve, más aún, viviendo la incertidumbre de una pandemia. Y es que en medio de esta situación, se hace cada vez más importante el dicho que reza: “mente sana, cuerpo sano”. No solo por un tema netamente estético, sino que por un tema de salud física y mental. Por lo que es imperativo seguir las indicaciones de la OMS, para mantener un estilo de vida, lo más saludable posible.