El mejor amigo del hombre

En la actualidad, la crianza de un perro resulta ser toda una travesía colmada de emociones. Para muchos, cuidar a una mascota es un acto de amor familiar, es como tener un miembro más en la familia. No obstante, gran parte de la sociedad desconoce las prioridades de un can, sus gustos e intereses, y no todos saben cómo entenderlos. Desde ese punto de vista, ¿cómo son las relaciones entre un perro y su dueño? ¿realmente existe el verdadero amigo del hombre? Responder a esas inquietudes podría ayudar a que surja una nueva relación entre canes y seres humanos.

En cada etapa de la evolución, los perros han estado al lado del ser humano observando y aprendiendo a evaluar su propia energía. Cuando requerían protección, encontraron la manera de comunicarlo para advertir el peligro que se avecinaba; cuando necesitaban transportación, aceptaron con valentía jalar los trineos y vagones de carga; y cuando exigían compañía, dieron un paso al frente y aprendieron a ser los mejores amigos.

Con el paso del tiempo, los perros han dejado de ser ayudantes para convertirse en compañía, y luego, en miembros de la familia. Ellos tienen una perspectiva de la vida que, además de ser engañosamente simple, ofrece una clara señal a lo que la confianza, el respeto, la devoción y lealtad deberían implicar en las relaciones personales. Por todo esto, resulta lógico que en su siguiente papel evolutivo se conviertan en nuestros más importantes maestros. 

El primer paso

Cuando se trata de criar a un can, la primera señal que se debería tener en consideración es elegir la raza. Dependiendo de eso, hay que dejar en claro el tiempo que se le dedicará. El doctor Javier Martínez, veterinario y especialista en cuidado de perros y gatos de la Clínica Veterinaria Online, asegura que la prioridad siempre debe ser el perro por sobre los intereses del ser humano. “Creemos que, con solo dar de comer, o sacar fotos a nuestra mascota, ya es suficiente. La verdadera importancia radica en el tiempo que le vamos a dedicar a nuestros animales, eligiendo bien la raza y, por sobre todo, ser consciente de la responsabilidad que eso conlleva”, afirma.

Si bien es cierto que la mayoría de las personas desconoce cómo criar bien a una mascota, muchos apuestan a razas pequeñas que podrían generar menos tipo de responsabilidades, incluso en algunos casos con solo tenerlos dentro de un gran patio dentro de su casa. Sin embargo, insiste en los verdaderos intereses que se deberían considerar en estos casos, ya que, si se les cuida como un ser humano, solo generaría egoísmo y falta de empatía. “En mi opinión, resulta ilógico criar a un perro solo porque sea pequeño, sin considerar su autenticidad como animal. Lo que le estamos enseñando a nuestras mascotas es a comportarse como nosotros, a pesar de que ni siquiera tenemos la capacidad de sostener relaciones felices con los miembros de nuestra propia especie”, declara el especialista.

El experto sostiene que el verdadero cuidado está en priorizar los intereses individuales de cada persona, es decir, qué deseas obtener en la crianza de un perro. Si quieres cuidar a un animal, lo primordial es organizar bien el tiempo que se le dedique. “Si quieres conocerte más a ti mismo, primero conoce a tu perro. Después de todo es el animal el que sabe más de ti, tus gustos, tus problemas, absolutamente todo. Si quieres experimentar el verdadero amor entre un perro y su dueño, el can es el fiel reflejo de ti”, acaba. 

Fotografía cortesía de Javier Martínez, en un día de paseo con «Rocky».

Los nuevos maestros

Durante muchos años, la crianza de un perro significó la sobrevivencia de la raza humana. Manadas completas de lobos acechaban a todo lo que se interponía en su camino, con tal de encontrar algún tipo de alimento. Sin embargo, con determinación, fuerza y esperanza, hombres y mujeres de las grandes tribus, formaron crías de lobos para la protección de su propia especie, ¿el resultado? Los perros.

Como bien dice Javier, las manadas de perros pueden convertirse en la clave del crecimiento personal de nuestra especie y del conocimiento de este. La sabiduría de estos animales es una medicina para el alma, sin embargo, los seres humanos viven en un mundo egocéntrico, y con frecuencia se olvidan de prestar atención a estos temas. El etólogo Gaspar Romo, miembro de ASECVECH, Asociación Gremial de Etólogos Clínica Veterinaria de Chile, asegura que el llevar vidas demasiada complicadas en la actualidad, nos hace perder el instinto de nuestra propia especie, alejándonos del verdadero regalo que nos entrega la vida: el presente mismo. “Nos enorgullecemos -con todo derecho-, de lo 

que puede ofrecer nuestra revolucionaria sociedad tecnológica, pero se nos olvida que ésta también puede alejarnos cada vez más de nuestra naturaleza instintiva. Tenemos deberes que cumplir, tareas que realizar, cuentas que pagar, pero nos olvidamos de nosotros mismos”, declara.

Junto con eso, el especialista afirma que el secreto del aprendizaje integral radica en nuestra mascota. Gaspar, con sus más de 5 años de rubro en el área, asegura que los verdaderos maestros son nuestros perros. “El secreto para la paz interior y la felicidad yace en el mundo instintivo, en el que los canes viven las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana. Somos animales igual que ellos, pero no nos damos cuenta, y luego, en un intento desesperado por acallar el ruido y encontrar la plenitud, leemos libros de autoayuda y nos automedicamos con comida, bebidas, drogas, apuestas y compras. El problema es que no nos damos cuenta de que los mejores modelos a seguir viven justo bajo el mismo techo que nosotros”, concluye.

Fotografía cortesía de Gaspar Romo, miembro de ASECVECH

La ciencia de la confianza

De acuerdo con la publicación Journal of Personality and Social Psychology, el simple hecho de tener un perro puede fortalecer la confianza en los seres humanos. En un ensayo titulado “Friends With Benefits: On the Positive Consequences of Pet Ownership”, el investigador Allen R. McConnell, describe que han demostrado que, además de ser conscientes y extrovertidos, y de sentir menos miedo y preocupaciones que la gente sin animales, los dueños de mascotas tienen una autoestima mayor, mejor condición física, y una tendencia menos marcada a la soledad. En un segundo experimento en el que se utilizó solamente a propietarios de perros, se descubrió que estas personas tenían una noción todavía de pertenencia, autoestima y posesión de una existencia significativa de sus dueños.

Bajo la confianza que entregan los animales, resulta imprescindible hablar sobre el tema. Valentina Gutiérrez, de 27 años, es la actual dueña del Centro de Rehabilitación Canino de Yungay. Con su familia, lleva más de 5 años cuidando y protegiendo a perros de la calle, atendiendo a cientos de ellos en el patio de su enorme casa. Junto con eso, la joven activista es abogada y trabaja en el Juzgado de Policía de la comuna, por lo que su trabajo y su vida libre, resulta ser toda una travesía colmada de compañía y amor. “Es maravilloso el afecto que te entregan los animales, sobre todo los perritos. Desde que comenzamos este proyecto familiar, la vida de todos los integrantes tuvo un cambio radical. Ahora no solo pensamos en nosotros mismos, sino que también en ellos”, sostiene.

Igualmente, no todo fue de color de rosa para Valentina. Desde una temprana edad demostró no tener mucha confianza en las actividades que realizaba constantemente. Sin embargo, gracias a su determinación y el poder del amor canino, la joven agradece enormemente la seguridad que estos animales le han brindado. “Desde que inicié mi carrera sentí miedo por enfrentarme al público, sabía que eso generaría algún problema, pero lo que hice fue entregarme completamente a los animales. Ellos pueden entrar a un lugar y dirigirse hasta la persona más infeliz que ve, la que menos ríe, la que menos brilla, y extender su patita para que la estreche. El hecho es que los perros son tan abiertos y dispuestos a ser amados y a exponerse, que terminé viéndome en ellos y admirándolos por cada paso que dan. De esa forma me siento completa y parte de la vida” comenta.

Paseos en tiempos de confinamiento

En la actualidad, resulta imperativo cumplir con las normas sanitarias para el cuidado de las mascotas. La llegada de la pandemia del COVID-19, ha generado varias repercusiones a nivel nacional respecto a los paseos y exposiciones de los animales al aire libre. Cada persona debe cumplir una serie de normas regidas por el MINSAL para poder escapar del confinamiento por un par de horas. No obstante, no para todos resulta familiar el hecho de acceder a este tipo de documentación. Para algunos es un tema engorroso, inútil e incluso innecesario, mientras que para otros el dilema reside en la falta de orientación cibernética. Catalina Herrera, una joven estudiante de 21 años, que actualmente vive con sus dos perros, Charlie y Donattelo, asegura que el proceso es fastidioso e insignificante, donde solo se pierde tiempo por algo que requiere una consciencia superior. “El hecho de que pida permiso para sacar a mis perros lo encuentro tonto, yo necesito mucho más tiempo del que me entregan los permisos sanitarios, ya que con treinta minutos es imposible que mis mascotas puedan liberar la suficiente energía”, concluye.

No obstante, a los problemas que podría generar el permiso para algunas personas, los requerimientos son necesarios a la hora de salir a pasear con la mascota. Según las normas sanitarias, se deben adquirir autorizaciones temporales para pasear a mascotas o animales que estén bajo el cuidado de las personas, con desplazamientos reducidos dentro de las dos cuadras a la redonda del domicilio o residencia. El permiso tiene una vigencia de 30 minutos, y no es válido en horario de toque de queda. Bajo ese punto, la teniente Camila Rodriguez Tessini, que actualmente ejerce en la primera comisaría de Los Ángeles, comenta que es imperioso acceder a estos permisos en el caso de que sea fiscalizado por algún miembro del Seremi de Salud. “A mí también me encantan las mascotas, me siento profundamente agradecida porque estos animales existen, pero las reglas son las reglas, si tu no cumples, no pidas que nosotros tampoco, porque no podemos hacerlo”, declara.

Fotografía cortesía de la teniente Camila Rodriguez

Queda prácticamente de manifiesto que los perros no convierten a las personas en seres perfectos. La gran mayoría tiene problemas en la familia, en el trabajo, con sus amigos, etc., sin embargo, el mérito predomina en los mismos perros, porque ellos comienzan la vida con la perfección que otorga la simplicidad, y si tan solo el ser humano le brindara un lugar seguro y estructurado para que puedan llevar a la plenitud a ese ser que llevan dentro, su carácter se ocupará de sí mismo. La felicidad, la libertad y la sencillez que puede ofrecer el hecho de tener una conexión con estos seres, son el obsequio más valioso que puede existir. 

El primer paso

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