Call me by your name, un respiro de alivio para el cine LGBT

Call me by your name llega al cine rompiendo el velo de temor y tristeza que parece arrastrar el género LGBT. Un respiro de aire fresco en medio de un idílico verano entre trajes de baño ajustados y descubrimiento sexual.

Lejos del miedo embriagante por las inminentes lágrimas que comúnmente se derraman con historias de temática LGBT, Luca Guadanino, director italiano y homosexual, lleva a la pantalla grande a Call me by your name en 2017, novela de André Aciman publicada 10 años antes. En esta crea un idílico verano de dos horas y 12 minutos, donde las y los espectadores del largometraje son arrastrados a los recónditos y paradisíacos escenarios de Crema, Italia. 

La envolvente atmósfera de la película ganadora de un premio Oscar por mejor guion adaptado nos resguarda dentro de la naturaleza erótica y sensual de los protagonistas. Elio, hijo del señor Perlman, un arqueólogo que invita a pasar el verano a su casa a diferentes estudiantes cada año y Oliver, el americano elegido en las vacaciones de 1983.  

Difícilmente la película se puede categorizar como homosexual, ya que a través del verano vemos cómo Elio inicia su vida sexual junto Marzia, una joven de su grupo de amigos. ¿No le debe el género también esto a sus espectadores? Por fin un protagonista que no busca descifrarse y castigarse a sí mismo por su interés en ambos sexos.

Timothée Chalamet (Elio) fue el segundo hombre más joven en ser nominado en Los Oscar como mejor actor por su participación en CMBYN | Fotografía recuperada del sitio web Insomniacine.

Call me by your name es una buena película con la que sentirse seguros. Espero se convierta en parte de la etapa de descubrimiento cinematográfico de las nuevas generaciones de la comunidad LGBT. Muy lejos de Brokeback Mountain o Holding the man, donde la represión y la violencia roban el aliento y crean un subespacio en donde amar a alguien de tu mismo sexo siempre termina pareciendo un castigo o algo que necesitas ocultar.  

Elio explora su sexualidad con libertad. A la luz del sol y la luna, a vista y paciencia de sus padres, quienes con miradas inmensamente significativas entienden, apoyan e incluso alientan su enamoramiento. La película resguarda un diálogo de alrededor de cinco minutos, donde el señor Perlman pronuncia las palabras que todo corazón roto quisiera escuchar, incluso dejando ver que él también vivió una experiencia con un hombre, donde sin embargo, siempre hubo algo que lo detuvo. 

Oliver y Elio se enamoran como todos deberíamos enamorarnos alguna vez. Es correcto y necesario que existan películas de amor con parejas homosexuales que dejen fuera el miedo y terminen alojando un ápice de esperanza en que al enamorarte de alguien de tu mismo sexo solo exista el peligro de que te rompa el corazón. 

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