Sanidad Naval y Ministerio de Salud: dos actores en un sólo escenario

La fiscalización y gestión en aspectos sanitarios ha tomado un rol preponderante durante los últimos meses debido a la pandemia del coronavirus. En ese contexto, el organismo ha tenido que trabajar con diferentes entes para la coordinación de fiscalizaciones y planes de acción, uno de ellos, es Sanidad Naval, bajo el mandato de la Armada de Chile.

Creada en 1996, bajo el amparo de la Ley 19.465, Sanidad Naval tiene como misión ser el servicio de salud de la armada chilena. A 25 años de su creación, el servicio que se rige sujeto a las normas de la Ley N° 18.948, Orgánica Constitucional de las Fuerzas Armadas, se ve con la obligación de trabajar de manera constante con el Ministerio de Salud por la pandemia del coronavirus, con protocolos establecidos y una propia mesa técnica.

Con 13 centros en todo el país, Sanidad Naval cumple un rol importante en la salud del personal de planta de las Fuerzas Armadas, de reserva llamado al Servicio Activo, dependientes de las Fuerzas Armadas y los causantes de asignación familiar del personal. Y según su declaración de intereses tiene como misión: “brindar apoyo sanitario organizado y coordinado con las fuerzas operativas, entrenado y equipado, con el propósito de ser desplegado en apoyo de las fuerzas en tiempos de paz, catástrofes, crisis o guerra”.

Beatriz Pizarro forma parte del equipo de Sanidad Naval, enfermera y encargada de la atención primaria de la entidad, nos cuenta sobre alguno de los protocolos internos y manejo de vacunas dentro del organismo.“Tenemos el área de medicina preventiva, donde hay una unidad de vacunación, con vacunas que compra la armada. Por ejemplo, el buque escuela se va a algún país que requiere a la dotación con algún tipo de vacuna específica, como la fiebre amarilla, tifus, entre otras, y en esos casos, la armada compra a través de una licitación aquellas dosis y se las administra a aquellas personas”, comenta.

Campañas de vacunación contra sarampión, aguas negras, entre otras, se realizan todo el año por parte de Sanidad Naval hacia marinos y personal. Fotografía: Sanidad Naval

También, Sanidad Naval está encargada como organismo de salud, en prevenir y realizar constantemente procesos de vacunación y prevención de enfermedades para las entidades que dependen de ellos. “Esto se aplica en diversos contextos, en el caso de Talcahuano se tienen que trabajar las aguas negras, a ellas se les vacuna contra la hepatitis b, o cualquier enfermedad de la que se puedan contagiar”, aclara Pizarro. 

La dificultad de regulación y el trabajo colaborativo 

Sin duda, una de las aristas importantes a la hora de hablar de ambos organismos, es el trabajo en coordinación para llevar a cabo regulaciones sanitarias, protocolos de emergencia y trabajos en conjunto. En ese contexto, aparecen varios actores, como los seremi, el Ministerio de Salud, la mesa técnica de Sanidad Naval, las empresas que se encuentran bajo el alero de aquella entidad, entre otros.

Mikel Capetillo trabaja en la empresa de Astilleros y Maestranzas de la Armada (ASMAR) hace más de 20 años, es uno de sus líderes sindicales y expresa su malestar respecto los problemas internos de su empresa, debido a los peligros de trabajar con sustancias peligrosas, como el asbesto. “Desde 2005 se han reportado casos de colegas afectados por cáncer testicular y otro tipo de enfermedades letales”, expresa.

En estos casos, Capetillo alega que hay una confusión respecto a los protocolos sanitarios de Asmar. “Hablamos con la Seremi de Salud, y nos comunicaron que no tienen facultades para fiscalizar este tipo de situaciones, es responsabilidad de Sanidad Naval realizar las investigaciones pertinentes. En ese contexto, no existe ningún tipo de catastro respecto a estas enfermedades y el contagio por estar en contacto con el asbesto”, comenta, dejando ver una situación que tiene preocupadas a las familias de los trabajadores y trabajadores. 

79 casos de asbestosis fueron confirmados en Asmar en 2017, la enfermedad fatal se produce por tener contacto con asbesto de manera reiterada durante largos periodos de tiempo. Fotografía: Asmar

En 2017, diversos trabajadores de la empresa presentaron una demanda ante la compañía, por parte del Seremi de Salud del Biobío no hubo mayor acción, debido a que no poseen la potestad de fiscalizar directamente. Este caso dejó 2 sumarios en contra de la compañía, pero los problemas con el uso de materiales peligrosos aún persisten.

Otro aspecto a considerar en cuanto a la colaboración del Ministerio de Salud y Sanidad Naval, el referente a las normas que rigen entre ambas instituciones. Estas diferencias fluctúan desde la contratación de personal hasta los costos de las prestaciones de servicio. En este último caso, según el artículo 6 la Ley 19.465, en cuanto a los valores de los servicios de salud de Sanidad Naval: “El valor de las prestaciones que otorgue el Sistema de Salud de las Fuerzas Armadas será fijado por cada Comandante en Jefe Institucional, de acuerdo a los criterios generales que establezca el Reglamento”. 

Además del tema económico, se puede destacar el financiamiento de Sanidad Naval, que no depende directamente del Ministerio de Salud, sino que de la Dirección de Presupuestos del Gobierno de Chile, que está bajo el alero del Ministerio del Trabajo y Previsión Social, que a través del Fondo de Medicina curativa, entrega el financiamiento a esta entidad. “El Sistema de Salud de las Fuerzas Armadas se financiará con los recursos que contemple el Fondo de Medicina Curativa y el Fondo de Medicina Preventiva, según corresponda”, señala el artículo 28 de la normativa de salud de Ley 19.465.

El problema del coronavirus 

Durante este año, es muy probable que nuestro país siga rigiéndose sobre el nuevo orden social dictado por la pandemia del coronavirus, y sobre todo, en cuanto a protocolos sanitarios, es por eso, que la importancia de la coordinación para la detección, prevención y cuidados de personas respecto al COVID-19.

En este contexto, la población cumple un rol fundamental, ya que el comportamiento de las personas dictamina principalmente el alza o baja en los contagios. Durante los últimos meses, hemos visto cómo los chilenos y chilenas han pasado por alto las recomendaciones de las autoridades, realizando fiestas clandestinas, reuniones y no resguardando su salud.

Paulina Vallejos, Enfermera Fiscalizadora de la Seremi de salud, señala cómo es trabajar en cuanto a la fiscalización de las normas sanitarias. “La población carece de una educación en autocuidado. Los protocolos podrían funcionar bien, pero antes, se deben brindar más herramientas educativas para las personas, para que luego puedan adquirir completamente la forma en que se deben acatar ciertas normas y cambiar hábitos diarios, de otra manera, estamos en una situación compleja”, señala.

El Hospital Naval de Valparaíso fue parte de los 10 centros en recibir las primeras dosis contra el COVID-19. Fotografía: Sanidad Naval.

Pero más allá de las normas impuestas por las autoridades y la conducta de las personas, están los protocolos por los cuales se maneja tanto el Ministerio de Salud como Sanidad Naval. “En el manejo del covid, existe un comité técnico que ve temas como los aislamientos y da las altas médicas, pero es un trabajo en conjunto con la Seremi y el Ministerio de Salud. Nosotros vamos por el mismo carril, pero tenemos procedimientos distintos, por ejemplo, cuando un funcionario es covid positivo no se le da licencia médica sino que una categoría, son pequeñas diferencias”, dice Pizarro.

Claudia Sarmiento, funcionaria del Hospital Naval de Valparaíso, aclara cuales son los protocolos a seguir en caso de que alguien que pertenezca a alguna institución que se encuentre al alero de Sanidad Naval, se contagia de coronavirus. “Los pacientes que son activos de la armada, y que consultan por sospecha de contacto estrecho, pueden realizar los procedimientos en las sedes del Hospital Naval. Nosotros como funcionarios, debemos tener un constante chequeo del estado de salud del paciente, en caso de empeorar su situación o contraer nuevos síntomas, nosotros somos los encargados de realizar cualquier chequeo”, confirma. 

Además, señala que Sanidad Naval también puede atender pacientes que no necesariamente pertenezcan a aquel sistema de salud. “Nosotros tenemos como norma que cualquier trabajador, independiente del sistema de salud, debe realizar exámenes pcr. En cuanto a los familiares de las personas que resultan con resultado positivo, nosotros también podemos realizar monitoreos y muestras para detectar un posible contagio, pero solo en caso de ser cargas del funcionario”, agrega Sarmiento.

Hace tan solo un par de días, funcionarios de las UCI de Sanidad Naval en la Región de Valparaíso, recibieron las primeras dosis contra el COVID-19, siendo parte de los 10 hospitales en la zona en recibir las más de 850 vacunas que recibieron por parte del ministerio. 

Así es como continúa la marcha entre ambas entidades, que están por un factor en común, pero que poseen diferencias administrativas y de protocolo en casos especiales, con contrastes y sombras en cuanto a la regulación, pero con luz verde a la hora de abordar temas como la pandemia y la prevención de enfermedades altamente contagiosas. Dos entidades en carriles distintos hacia un mismo objetivo, el cuidado de la salud de las personas. 

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