Todos usamos redes sociales en las cuales se nos publicitan las necesidades que tenemos y debemos llenar, para así engañar a nuestras emociones.

La cuarentena es algo que ha afectado en todas partes del mundo, lo cual ha llevado a aumentar el estrés y ansiedad en las personas, provocando que nuestro cerebro busque alguna vía de escape a estas situaciones. Según el estudio Social Media in 2020, realizado por GlobalWebIndex, el 69% de los encuestados recurrió a Instagram como método para distraer la mente.

Y es en dicha aplicación donde embriagamos a nuestro cerebro de la vida de las personas que seguimos, ya sean nuestros amigos, influencers, celebridades y otros, que en conjunto al fuerte aumento de pymes han hecho la jugada perfecta para ponernos un ideal de felicidad. El cual, sumado al excelente trabajo de los algoritmos, hace que terminemos con recomendaciones de donde obtener lo que tanto ‘necesitamos’ y que pueden hacer llegar a la puerta de tu casa.

En el artículo La Felicidad en la Cultura Consumista, publicado en la Revista de Educación y Futuro Digital en mayo del 2014, se explica que “el dinero puede comprar la felicidad y que, de hecho, lo hace, o por lo menos, y esto es lo más importante, las condiciones imprescindibles para que las personas de carne y hueso (no los ascetas, santos o algún que otro filósofo) puedan alcanzarlas.” Y es que de por si como sociedad estamos acostumbrados a conseguir objetos de valor monetario, el cual supone hacernos contentos debido a que somos lo suficientemente capaces de comprarlo.

Uno de los principales productos publicitados en Instagram son los relacionados a la moda, que debido a que cambia constantemente ha logrado mantenerse presente durante toda la cuarentena. Aun así, este no es el único nicho donde el aumento de ventas se ha visto, ya que al vivir en una época en donde el internet tiene espacio para todos, hace que muchas personas, a pesar de no salir de casa, consideren y compren productos que le den un cambio a su vida.

Pero la realidad es que Instagram es una de las aplicaciones menos transparentes que hay, en el sentido de mostrar la realidad de las personas. Y donde todos queremos idealizar, aunque sea un segundo la posibilidad de alcanzar aquella felicidad material.