La máquina de ser feliz la tiene el Estado Entrelíneas por Felipe Almendras - 26 marzo, 202126 marzo, 20210 “La felicidad humana es una disposición de la mente y no una condición de las circunstancias”, así lo decía el filósofo John Locke. Entonces ¿es igual nacer en Chile que en Finlandia? Hace un par de días conocimos el Informe Mundial sobre la Felicidad de la Organización de Naciones Unidas. Tal como si fuera una tabla de posiciones de fútbol, se clasifican más de 149 países según la calidad de vida, bienestar y felicidad de sus habitantes. Para ello, se evalúan diferentes índices como seguridad, combate a la corrupción, enfermedades y hasta relaciones socio-afectivas. Esto sin dejar de lado el PIB de cada país. Es decir, no se considera más feliz al país que da los abrazos más efusivos ni al más risueño. Acá entra Chile en el top 50. Se posiciona en el puesto 43° de la lista, cayendo cuatro puestos con respecto al año pasado. Un descenso dramático en los últimos años si se considera que a inicios de 2019 se ubicaba en el puesto 23° para luego caer al 39° en 2020 ¿Acaso el estallido social desnudó la realidad de este “oasis” latinoamericano?Mientras tanto, en la parte alta no nos encontramos con ninguna sorpresa. Por cuarto año consecutivo, Finlandia logró el anhelado título de ser el país “más feliz del mundo”, seguido por Dinamarca, Suiza e Islandia. Países con inviernos tan helados como la fama inexpresiva y solitaria de sus habitantes. Pero ¿qué más da? el frío no es tan crudo cuando alguien te abraza. Cuando un modelo de Estado te abraza. El país nórdico tiene una población de 5.5 millones de habitantes. Fuente: Getty Images. Pues el denominador común de estos países es el Estado de Bienestar. Un modelo de organización en que el Estado cubre los derechos sociales de sus habitantes. Funciona básicamente así; los ciudadanos pagan impuestos altos para garantizar calidad en salud, enseñanza, pensiones, servicios públicos, viviendas, entre otros. Una red de protección que se sostiene bajo dos pilares fundamentales; la igualdad y educación. Precisamente, esta es la del calve éxito finlandés, que hace 100 años, 3 de cada 4 habitantes vivían en condiciones de pobreza. Y ¡vaya que se entiende por qué es el país más feliz del mundo! Sería lindo levantarse y saber que mis necesidades básicas están cubiertas por el Estado. Sin preocupaciones. A ver, deliremos un poquito ¿cómo sería el despertar de …? un universitario sin CAE, una clase media no endeudada, un paciente enfermo con atención oportuna, un niño saliendo del Sename, una vejez con pensión digna, un cesante con oportunidades, de un subsidiado con una casa que no se llueva, de una víctima amparada por la justicia, un estudiante con óptima conectividad, de un trabajador llegando a las seis a su casa, en fin… sería un despertar feliz.