Dicotomía entre la salud pública y la naturaleza humana de apoyarnos Entrelíneas por Angeles Roxana Arriagada Saavedra - 9 abril, 202112 abril, 20210 Hemos escuchado las cifras de fallecidos por COVID-19 desde hace más de un año, pero se han vuelto un simple acto: solo números. Sin embargo, detrás de esto hay familias, que sufren por no poder despedir a sus seres queridos. La muerte es algo inevitable y hoy, con la pandemia, se han agravado drásticamente sus cifras en nuestro país. No obstante, tras esos números hay familias, personas que no pueden llorar a sus seres amados; no solo porque no es posible que salgan de sus hogares por la cuarentena, sino que también hay quienes ya no tienen a nadie que los despida apropiadamente. La tristeza de perder un padre, una madre, un hijo o un amigo es probablemente lo más doloroso que podemos vivir, por lo que la salud, en ese momento, se vuelve un problema menor: solo al imaginar ese escenario, uno se olvida de lo que está pasando. No es que estas personas sean inconscientes de lo que pasa a nivel mundial; todo lo contrario, ellos son quienes acaban de perder a alguien por la misma causa que ya acarrea poco más de dos millones de fallecidos en el mundo. Son parte de las cifras detrás de los muertos; son los que nunca se muestran, lo que están sufriendo a consecuencia de la perdida. No es impunidad, ni dejar de exigir las medidas sanitarias, que son tan necesarias. Es ponerse en el lugar de quienes hoy no pueden despedir a su familiar; pero no son capaces de contemplar un féretro en una iglesia, solitario y rodeado de cámaras. Tan inhumano cómo suena, solo el sacerdote y la urna fúnebre. Es de humanos tener empatía, por ende, romper medidas sanitarias por un funeral más allá de ser una falta a la salud, es darle un último adiós a un ser humano; que sin importar si fue bueno o malo, por nuestra propia naturaleza, empatizamos y sentimos el dolor de otros. En otras palabras, si la familia no puede estar, muchos serían capaces de evadir las reglas para brindar ese apoyo tan necesario en momentos así de difíciles. Tratemos, por un momento, de no criticar los funerales con una cantidad prudente de personas, porque no es la misma lógica que en uno masivo. Es parte de nuestra condición humana ser seres sociales y empáticos ante el otro; si uno sufre allí estamos. Ya que nadie quiere terminar viendo los restos de su ser querido a través de una pantalla, sin poder darle un digno último adiós. Como ya es costumbre, realizaremos una mirada crítica a lo ocurrido durante la semana. Con temas que van desde las medidas tomadas por el gobierno en plena crisis sanitaria, la situación medioambiental y la pena de muerte.