La novela del TPP-11

El Gobierno anunció la renovación de la suma urgencia para legislar sobre el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico, más conocido como TPP-11. En lo que va de mandato, son cuatro las ocasiones en que La Moneda ha solicitado al Senado la tramitación del proyecto.

El TPP-11 tiene su origen en un intento de acuerdo anterior suscrito en febrero de 2016, durante la presidencia en Chile de Michelle Bachelet. El TPP-11 es un tratado de libre comercio firmado por 11 países de la Cuenca del Pacífico que, entre sus características más relevantes, busca rebajar barreras comerciales para facilitar los negocios internacionales, establecer reglas comunes de propiedad intelectual, abordar temas de derecho ambiental y de derecho del trabajo.

El Tratado Integral y Progresivo de Asociación Transpacífico (en inglés: Comprehensive and Progressive Agreement for Trans-Pacific Partnership, CPTPP), más conocido como Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (en inglés: Trans-Pacific Partnerchip, TPP) busca además establecer un mecanismo de arbitraje para dirimir disputas entre inversores y cada uno de los estados.

El TPP-11 vuelve a la palestra

El Gobierno no agacha cabeza y el pasado martes 30 de marzo anunció la renovación de la suma urgencia para legislar sobre el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico.

Pocos temas han generado tanta controversia desde el retorno a la democracia como el TPP-11.  La razón es simple y es que expone el problema cardinal de las políticas públicas. ¿Cómo sincronizar dos lógicas distintas, la del desarrollo nacional y la del capital?

Miradas cruzadas con defensores

Quienes defienden el TPP-11 sostienen que el acuerdo va mucho más allá del comercio tradicional. Para aquellos defensores, el acuerdo se trata de fijar los nuevos estándares para la economía del siglo XXI, establecer reglas comunes para un mercado de 800 millones de personas y dar mayores seguridades al comercio y las inversiones dentro de un orden mundial más cambiante y fragmentado.

“El tratado TPP-11 está vigente desde hace ya 2 años para 7 países y de sumarnos, nuestro país podrá acceder a un mercado de 11 países integrado por más de 512 millones de habitantes. Son más de 3.000 productos chilenos en los sectores agrícola, forestal, pesquero, lácteos y carnes, que ingresarán con arancel cero a mercados como Japón, Vietnam o Canadá. Estas empresas nacionales generan 640 mil puestos de trabajo”, sostiene Ronald Ruf, gerente de la Cámara de la Producción y del Comercio Biobío.

El Gobierno no da su brazo a torcer e insiste con la aprobación del polémico pacto, mismo que descansa en el Congreso desde octubre del 2018. Créditos: Gentileza La Tercera.

Desventajas del TPP-11

Una de las principales características que genera rechazo en una gran parte de la población es que el país será presionado para cambiar su legislación, sus reglamentaciones e incluso sus políticas públicas o deberá aprobar determinadas leyes y regulaciones, con el fin de entregar mayores garantías al capital extranjero. Chile adquiriría el compromiso de hacer numerosos cambios a su legislación y reglamentación actual y futura a fin de “facilitar el comercio y la inversión”.

Otro punto que causa polémica en el acuerdo es que las farmacéuticas se ven con la posibilidad de extender los altos precios sobre medicamentos, porque Chile no podrá otorgar registros sanitarios a medicamentos genéricos, si hay cualquier litigio sobre las patentes relacionadas con un medicamento.

“Cabe reconocer que su potencial aprobación no ha estado exenta de controversias e incertidumbres surgidas desde la ciudadanía en general. Estas incertidumbres se encuentran, en lo general, circunscritas a todo lo que dice relación con materias de patentes y propiedad intelectual vinculable al acuerdo en conjunto a algunas temáticas reglamentarias relacionadas a la solución de controversias que puedan surgir con empresas y agentes económicos”, explicó el economista del Observatorio Fiscal de Corbiobío, Ariel Yévenes.

El TPP-11 ha sido ampliamente rechazado no solo por movimientos sociales, sino que también por autoridades políticas.
Créditos: Gentileza El Siglo.

¿Le conviene al Biobío?

Sandra Ibáñez, directora de Extensión Académica y Servicios Ucsc, sostiene que, en términos de productos, los principales beneficios se darán para la exportación de miel, productos en base a cereales, carne bovina congelada, preparaciones para alimentos de animales, madera contrachapada, tableros de madera, jurel congelado y conservas de pescado.

“Tenemos cerca de 25 mil empresas que se dedican a estas actividades y gran parte de la generación de empleo está ligada a las exportaciones. Los países del TPP-11 representan cerca del 25% de los envíos regionales, por tanto, el contar con este tratado abrirá muchas nuevas oportunidades, permitiendo aumentar nuestra inserción en la zona más dinámica del mundo, el Asia – Pacífico”, explicó Ibáñez, quien además fue directora de Pro Chile.

En definitiva, el TPP-11 es el fiel reflejo del modelo neoliberal. La ratificación de este tratado, más allá de los beneficios comerciales, va en línea con una política de Estado que desata el descontento en la población. El supuesto con el que se ha trabajado en Chile desde las reformas, tanto en dictadura como en democracia, es que ambos intereses -social y capital- son casi prácticamente idénticos. Cada día es más evidente, y con la pandemia más aun, que eso no es así.

Top