ARN: la nueva fórmula para combatir diversas enfermedades a futuro

La comunidad científica parece dar pasos agigantados en el avance tecnológico de las vacunas. Sin duda, la pandemia aceleró ese desarrollo que podría traer grandes novedades a la humanidad.

De todas las enfermedades, el cáncer es una de las más temidas por el dolor y el sufrimiento, no solo del paciente que lo vive, sino también de su núcleo familiar. Pero ese panorama podría cambiar a futuro debido a investigaciones recientes en el área oncológica que dieron luces de relevantes hallazgos, transformándose en un gran faro de esperanza para la humanidad.

Fue así como hace algunos días, durante un encuentro virtual, la Asociación Estadounidense para la Investigación del Cáncer (AACR), anunció que se habría logrado crear una vacuna personalizada contra la enfermedad. El programa desarrollado en colaboración con el prestigioso Hospital Mount Sinai (EE. UU), arrojó resultados positivos en cuanto a la seguridad y beneficios potenciales en tumores de pulmón y vejiga (que tienen una alta probabilidad de recurrencia).

Aunque la medicina moderna ya posee vacunas para prevenir ciertos tipos de cánceres, lo interesante de este nuevo descubrimiento es que se encuentra en las fases clínicas preliminares. “Aunque la inmunoterapia ha revolucionado el tratamiento del cáncer, la gran mayoría de los pacientes no experimentan una respuesta clínica significativa con dichos tratamientos”, indicó Thomas Marron, autor del estudio. 

El Hospital Mount Sinai es el centro de estudios más importantes a nivel mundial. Fotografía: Infobae.

Por su parte, María Gabriela Muñoz, médico de la Universidad Católica del Norte, señala que la noticia puede resultar bastante alentadora en la comunidad científica nacional, porque “si bien existen tratamientos para prevenir el cáncer desde hace un par de años, esta fórmula incipiente podría convertirse en un tratamiento de inmunoterapia destacable en la calidad de vida de los pacientes a futuro”, precisó. 

A la búsqueda de vacunas con ARN 

Hace tres décadas, cuando la bioquímica húngara Katalin Karikó decidió investigar sobre el ácido ribonucleico mensajero (ARNm), que son moléculas genéticas que dan órdenes al sistema celular para crear cierto tipo de proteínas, tuvo serios problemas. Desprestigiada y con un sueldo precario, ella prosiguió con su obsesión de encontrar alguna respuesta y no fue hasta el 2010 que logró descubrir el mecanismo para enviarlas hacia la zona exacta de las células.

Ese mínimo hallazgo fue el precursor de investigaciones posteriores que dieron frutos en la actualidad. Una de las más relevantes fue que, teniendo como base el trabajo de Karikó, se crearon vacunas contra la COVID-19 (Pfizer y Moderna). Básicamente, una vez que la persona es inoculada, el material genético procesado puede entrar a la célula para fabricar una proteína en la superficie con el fin de entrenar al sistema inmunológico al momento de enfrentarse con el virus real.

Pese a los resultados, estas vacunas han debido superar prejuicios de sectores negacionistas que criticaron la fórmula argumentando que podrían modificar el ADN de los vacunados. “Cuando hablamos de ARN, por definición no entra en las células, son los ribosomas los que leen ese mensaje y producen las proteínas. Toda esa maquinaria está fuera del núcleo de ellas, por lo que es imposible que se pueda modificar”, indica Óscar Tirado, en una entrevista al medio El Independiente de España.

Las vacunas de ARN fueron cuestionadas por la comunidad cientifica. Fotografía: BBC.

Pero ¿de qué forma ayudaría el ARNm en otras enfermedades agresivas como el cáncer? La respuesta es sencilla: lograría detener la metástasis. De acuerdo con una investigación, publicada en la revista Nanno Letters, la vacuna con ácido ribonucleico mensajero podría ser el candidato perfecto para la inmunoterapia contra los tumores, puesto que puede codificar antígenos (en el sistema inmune) asociados a células cancerígenas con un excelente perfil de seguridad.

Cáncer como problema país 

Según datos publicados por la Fundación Chilesincáncer, cerca del 25% de las causas de muerte anuales se deben a esta enfermedad. Pese a que existen políticas gubernamentales como las Garantías Explícitas en Salud (GES) y Ley Nacional del Cáncer, estas son insuficientes para cubrir todos los tipos de cánceres. 

Si en el país mueren tres personas cada hora por la afección, una de ellas podría evitarse si el acceso a la red de salud fuera para todos igualitaria (faltan especialistas e infraestructura). Klaus Puschel, académico de la Facultad de Medicina de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC), aclara que cuando “se habla de cáncer, también implica hablar de un trabajo integrado para la calidad y el manejo de vida de los pacientes”, señaló.

Aunque en el extranjero exista un futuro prominente en los avances de la medicina oncológica, los pronósticos nacionales son bastantes desalentadores, puesto que los especialistas prevén un aumento explosivo de personas con cáncer debido al tardío diagnóstico tras la pandemia por COVID-19. Ante eso, solo queda estar atentos a las señales que pueda transmitir el cuerpo y consultar a la brevedad, ya que nadie está libre de esta horrible enfermedad. 

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