Amar en los tiempos del Tinder Entrelíneas por Bárbara Cartes Valderrama - 23 abril, 202123 abril, 20210 Una aplicación consagrada en el arte de ligar que se ha transformado en una red social más. Hace ya tiempo que el romance convencional y el cara a cara escasea. Conversaciones y salidas que formaban parte del cotidiano se cortaron abruptamente debido a ese virus mundialmente conocido. Meses en los que, tanto solteros en busca de amor como otros han extrañado ese contacto con otros que el confinamiento no les permite alcanzar. Dentro de esta lógica (re)aparece Tinder, una de las muchas aplicaciones de citas que ronda por la internet con más de 80 millones de usuarios en todo el mundo y que gracias al contexto actual aumentó 69 % la instalación de usuarios nuevos (ocasionales y permanentes). Así lo reconoció para Fast Company la CEO de la compañía March.com (responsable de la aplicación), Hessam Hoesseini. A pesar de su dinámica inicial cuya promesa es encontrar una cita con alguien según el rango de edad, sexo y distancia determinados, los intereses de sus usuarios han mutado y demandan mucho más que un encuentro casual, que gracias a las condiciones sanitarias casi no da oportunidades. Nueva realidad, nuevos intereses y dinámicas La cuarentena y esa incertidumbre sobre cuándo será el día en que se podrá interactuar públicamente ha generado que ciertos prejuicios se vayan desmantelando: mientras algunos se entregan a nuevos pasatiempos, otros le dan una oportunidad a esta plataforma. Los usuarios ingresan cada día, ya sea para pasar el rato y saber de la vida de alguien más o para encontrar el verdadero amor online. Esa es la situación de Ignacio, usuario de Tinder desde el año 2018. “Lo que busco principalmente es amistad y pasar el rato con alguien. Como no es mucho lo que se sale hay más tiempo como para estar en las redes y así conocer gente al menos cuando estás aburrido o quieres pasar el rato”, señaló. En la vida online, las personas están forzadas a tomarse las cosas más despacio y a sacar sus mejores dotes para coquetear a través de la pantalla. Fotografía de Unsplash. Un espacio para abrirte al mundo Con la nueva normalidad muchos quieren hablar y desenvolverse como nunca, por ende, los prejuicios hacia este tipo de plataformas disminuyen conforme pasa el tiempo. “También es cierto que a estas alturas la gente quiere puro conocer a otras personas, el encierro igual puede hacer que algunas personas busquen eso como reemplazo de instancias presenciales para conocer gente, como la disco”, comenta Valentín, ex usuario de la aplicación. Ya no es solo con personas de la zona o a nivel nacional que puedes conectar, sino que gracias a su servicio de “pasaporte”, el cual liberan para cuentas básicas de vez en cuando, muchos se aventuran en los dominios del sitio para curiosear y entablar conversaciones con personas de todas partes del mundo para ligar o simplemente compartir realidades. “Me interesa conocer sus culturas, costumbres y cómo se vive esta pandemia en otros lugares. Ha sido interesante, nos mandamos fotos y contamos sobre nuestros países”, señala Valentina. Una encuesta realizada en marzo de este año por la aplicación indicó que un 56 % de los encuestados buscan una amistad como objetivo principal dentro de Tinder. Fotografía de Unsplash. La finalidad puede variar, pero los matches persisten El dilema entre lo positivo y negativo de diversificar una aplicación con una finalidad inicial clara es subjetivo. Aunque el público predeterminado inicial buscaba conocer gente y concretar encuentros enfocados en lo físico y amoroso, es imposible detener la evolución de las redes sociales. Existen opiniones variadas, ya que para algunos la fuente principal de conquista y sexo era Tinder, y ahora que las posibilidades de conectar con alguien cuyos intereses no van más allá de hablar trivialidades es mayor, se considera una molestia. Sin embargo, y como ocurre en la vida real, todo se trata de la presentación y lo que proyectas con tu perfil. Lo anterior está fuertemente ligado a esa pérdida de vergüenza y prejuicios hacia el sitio desde que se lanzó al mercado. Podía sonar bastante intimidante para aquellos que se reservaban su vida amorosa y privada, más con el tiempo y el hecho de que mientras el confinamiento siga no hay muchas otras opciones la mentalidad cambió. “Por mucho tiempo hubo una especie de pánico colectivo a entrar a Tinder. El hecho de crearse un perfil y tener miedo a ser encontrado o descubierto por alguien conocido y ser asociado a una figura de buscar pareja desesperadamente o pobre soltero y convertirse en blanco de burlas o críticas sin fundamentos. Hoy es raro que alguien nunca haya usado Tinder, es casi como nunca haber usado Twitter o Facebook, aunque sea por un tiempo para ver qué tal y saciar la curiosidad”, comenta Emilio (usuario esporádico). Ya lo decían los medios y análisis del tema hace meses. El sexo casual pasó a un segundo plano y la conversación es el gran aliado para la mayoría de los usuarios en redes sociales, por lo que ser claro desde el inicio con lo que se busca y quizás estipularlo en el espacio de descripción ahorrará tiempo y malos ratos a personas con distintos objetivos.