La condición de los taxibuses penquistas pone en riesgo a conductores y pasajeros

Dos noticias en solo un par de días respecto a los microbuses de Concepción, generan ruido sobre una temática poco abordada tradicionalmente: las condiciones del transporte público penquista parecen no estar a la altura de las exigencias actuales, más aún, con el contexto de pandemia.

Durante la semana pasada, la autoridad anunció con «bombos y platillos» la renovación de la flota del principal medio de transporte del Gran Concepción. A través del programa Renueva tu micro, se aprobaron mil millones de pesos para que los empresarios de la zona postulen y puedan cambiar los taxibuses del transporte público. “En los últimos años habíamos tenido muy pocos programas, por lo que no se había podido actualizar vehículos con esta modalidad de subsidio”, explicó el seremi de Transportes del Biobío, Jaime Aravena.

Y es que desde 2018 no hay proyectos en la materia, lo que generó que los autobuses envejezcan diez años en promedio, por lo que el seremi asegura que “era absolutamente necesario”. Además, añade que es “una noticia muy esperada por los operadores del transporte público de la región”.

Existen 37 líneas de locomoción colectiva licitadas en Concepción. Fotografía gentileza de Canal 9.

¿Y las mejoras sanitarias?

Apenas 24 horas pasaron desde la proclamación del presupuesto aprobado para remozar las micros, y la línea más importante de la capital penquista, Ruta Las Playas, paralizó sus funciones a causa de la muerte de un conductor por Covid-19. “Los choferes empezaron a sopesar la importancia que significaba tener requisitos mínimos de seguridad en nuestro trabajo”, comenta Milton Herrera, presidente del Sindicato de conductores Interempresa Ruta Las Playas. 

Dentro de la petición hacia el directorio, se encontraban mejoras básicas de higiene y seguridad: más dispensadores de alcohol gel en los taxibuses, disponibilidad de toallas de papel para el secado de manos en baños, entregas de mascarillas suficientes a los conductores y, lo más importante, que la empresa genere los contactos para realizar exámenes PCR preventivos.

Sobre esta nueva opción de financiamiento para poseer una movilización pública de mayor modernidad, Herrera hace hincapié en que “si hay fondos para eso, el Estado tiene que poner más ahínco en las condiciones laborales en que se desenvuelven los conductores”.

El servicio de Ruta Las Playas recorre Concepción, Hualpén, Penco y Talcahuano. Fotografía: Locura Micrera.

Ciudadanía afectada 

No es misterio para nadie que la pandemia ha puesto en evidencia cómo el transporte diario de los trabajadores conlleva un importante riesgo de contagio, principalmente, debido a las grandes aglomeraciones que genera el bajo flujo de “máquinas” en las calles y la alta cantidad de personas que deben continuar ejerciendo labores presenciales, ante las nulas opciones de hacerlas por la vía telemática. En ese sentido, Herrera sostiene que denunciaron “en varias ocasiones ante el seremi de Transportes y el seremi de Salud que los taxibuses no los estaban sanitizando. Yo nunca vi una fiscalización hasta que nos paramos. El día lunes aparecieron mágicamente. Ellos, a través del trabajo que hicieron, constataron 21 faltas a los protocolos Covid, lo que quiere decir que se justifica plenamente la huelga que iniciamos”.

Estos graves resultados muestran que los conductores están en permanente riesgo. Más aún, cuando el dirigente comenta que la licitación de las micros en la ciudad no es tal, puesto que solo existen concesiones. Aquello lleva a que “más del 90% de mis colegas ganan en base solamente a un porcentaje por boleto cortado.  No existe un sueldo base porque el contrato de trabajo de la mayoría es falso”, indica, destacando que esa situación rodea a casi todas las líneas que hoy prestan servicios en el Gran Concepción.

Por ende, no solo está sobre la mesa la salud de los transportistas, casi obligados a recoger pasajeros indiscriminadamente y sin precauciones higiénicas que los amparen. También la propia ciudadanía corre peligro al verse enfrentada a diversos amontonamientos, micros sin el aseo suficiente y envejecidas. Matías Figueroa, joven que utiliza este medio frecuentemente en el trayecto Hualpén – Concepción, repara que “uno como usuario no sabe en qué condiciones está la micro que toma. No sabe si es que fue sometida a una limpieza correcta, si va a tener un desperfecto técnico, ni tampoco hasta qué punto pueden subir pasajeros sin que nos expongamos a un contagio”.

Tareas pendientes

La huelga de “brazos caídos”, como la califican desde el sindicato, tuvo duración de un día, con motivo de no perder mucho tiempo de trabajo. Aún así, esperan ver materializadas a la brevedad sus exigencias para no volver a tener que lamentar otro fallecimiento. Mientras tanto, la seremi de Transportes se desliga de responsabilidades en el ámbito de salud, mencionando que aquello es solo competencia de la seremi de Salud de la región.

Los habitantes penquistas, por su lado, insisten en que aún quedan cosas por hacer si se quiere salvaguardar con seriedad la integridad física de todos los miembros de la comunidad.

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