Posible suspensión del REC: la «guinda de la torta» del difícil año de los trabajadores de la música Entrelíneas por Christopher Cortez Alarcón - 7 mayo, 202110 mayo, 20210 La séptima versión del reconocido festival REC permanece en incertidumbre. Ante esto, existen posiciones que se enfrentan entre la dura realidad del panorama artístico y la crisis económica del Covid- 19. Durante esta semana, el Servicio Nacional de Turismo (Sernatur) se encuentra entregando alternativas para la realización del festival Rock en Concepción, cuya edición 2021 permanece en incertidumbre tras el llamado del Gobierno Regional a no aprobar los 940 millones de pesos que costaría el espectáculo, considerando sus versiones de este y el próximo año. En posición contraria, el Seremi de Economía, Mauricio Gutiérrez, estableció que el llevar a cabo el REC “se lo debemos a la industria creativa y a la gente en general, que necesita instancias de desahogo y participación”, pero que todo queda sujeto a cómo evolucione la situación sanitaria de la región. Para ello, Gutiérrez aseguró que pidió al equipo técnico de Sernatur “que envíen antecedentes de qué es lo que se está haciendo en otros países del mundo con los eventos masivos, respecto al diseño de espectáculos en tiempos de pandemia con procesos de vacunaciones potentes”. Así, se abre a la posibilidad de efectuarlo con aforo reducido o, como en algunos lugares de Europa, vía “pase verde” y/o examen PCR previo para los asistentes. El festival REC tuvo su primera edición el año 2015. Imagen gentileza REC. El REC no es el único La eventual cancelación del festival no solo gira alrededor de temas operacionales y sanitarios, sino también de laborales por los cientos de trabajadores que viven de la producción de espectáculos culturales. Además de las bandas y músicos, diversas productoras han visto gravemente afectada su actividad debido a la pandemia. De hecho, desde marzo de 2020 se terminaron los eventos presenciales como los conocíamos. Tal es el caso de Plural, empresa creadora del festival homónimo que materializan desde 2015 en Tomé y que, durante mayo, podrá ser disfrutado en formato online. Pese a no haber suspendido nunca su show, sí han visto coartadas sus opciones de involucrarse en otros proyectos. “En esta época, organizar y producir eventos ha sido bastante raro al no tener ese feedback entre público y bandas”, afirman. “De todos modos, sentimos que no nos afectó tanto. Los que peor se han visto son los trabajadores de espectaculos, cultura y patrimonio”, añaden, destacando que de a poco consiguen adaptarse a otras modalidades. Respecto al REC, del cual han sido parte en ocasiones pasadas, sostienen que “se podría haber hecho un gran aporte siendo online, con personas que la han pasado mal y bandas locales que viven de esto. Sería de gran colaboratividad y enseñanza”. En esa línea, son críticos con las decisiones gubernamentales: “Es difícil cuando gente que está bajo la administración de un territorio, no vela por el buen vivir y la cultura la tiene como última opción”. Daniela Díaz, estudiante que asiste tradicionalmente al festival que se monta en el Parque Bicentenario de Concepción, sostiene que “es lamentable que la pandemia nos quite el REC. Se ha transformado en una tradición sobre todo para la comunidad adolescente penquista. Ir a ese evento es más que ver y escuchar a artistas, es toda una experiencia alrededor”. De igual manera, cree fielmente que se debería hallar una fórmula para reemplazar la presencialidad en caso de ser necesario. “Es importante encontrar una forma para que los artistas trabajen. La situación del REC se puede aplicar para todo tipo de eventos culturales, y esas personas necesitan generar ingresos. Ellos deberían ser prioridad esta vez, incluso por sobre el público”, establece. Para las últimas dos versiones (2019 y 2020) se destinaron 967 millones de pesos. Fotografía de TVU. Otro punto de vista Existe una arista que no puede quedar fuera cuando de espectáculos se trata. Es tradición que, casi de forma instantánea con el anuncio del line-up o de la fecha de comienzo de la exposición musical, se critique año tras año el gasto que provoca el desarrollo del certamen penquista. No pocos son los ciudadanos que reclaman el orden de prioridades que tienen en el municipio al financiar el Rock en Concepción. Cercano a esa tendencia, aunque más bien por el contexto actual de crisis socioeconómica, se encuentra Ricardo Palma. “Yo también he asistido en varias ocasiones al REC, pero creo que en estos momentos las prioridades deberían ser otras”, apunta el estudiante. “Si bien los equipos técnicos y artistas necesitan eventos porque llevan mucho tiempo sin ellos, también es cierto que hay otras urgencias sociales por culpa de la pandemia”, añade. En torno a aquel punto de vista, destaca que el certamen debería suspenderse si no será realmente una demostración de calidad para todos los involucrados. “Es complicado el tema, pero considero que, si no se va a hacer el festival como lo conocemos, tiene más sentido destinar los recursos a otros sectores y esperar hasta el próximo año”. En la balanza, entonces, se colocarán elementos como la economía, trabajo, turismo, salud mental y situación sanitaria para determinar una opción. Lo cierto es que las opiniones están contrapuestas mientras que el Rock en Concepción, de aquí a su próxima realización, se transformará en el ícono del duro año que viven las culturas y las artes en el Biobío y el país.