Votar sin olvidar el descontento

El proceso eleccionario levanta expectativas y desconfianza, ambas necesarias para asistir a las urnas y no conformarse sólo con el voto ejercido. Hoy más que nunca es esencial que mantengamos viva la organización colectiva y la crítica hacia las figuras en el poder.

Estamos ad portas de uno de los procesos democráticos más grandes de la actualidad. Las elecciones del 15 y 16 de mayo del 2021 no sólo son monumentales por las cuatro papeletas para votar alcaldes, concejales, gobernadores regionales y convencionales constituyentes, sino por la importancia de los últimos dos cargos. Por primera vez en la historia cada región podrá escoger a su representante ejecutivo y a las personas que redactarán la nueva constitución del país.

Sobre estas elecciones recaen las expectativas de un Chile pos estallido social, caracterizado por la amplia movilización de estudiantes, trabajadores y ciudadanos por igual. Es natural que en este proceso se concentren las necesidades, intereses y esperanzas manifestadas en las calles desde el 18 de octubre del 2019. Este fin de semana, el voto nos deja un paso más cerca de construir leyes fundamentales más justas hacia la población chilena y su territorio.

Sin embargo, hay dos puntos importantes a considerar. Primero, existe una desconfianza hacia las votaciones, esta es válida y se fundamenta en una clase política repleta de malas costumbres, ya sea por visiones anticuadas o por la alta influencia que el dinero tiene en el alcance de sus campañas. Segundo, por más históricos que sean estos comicios no podemos conformarnos sólo con sufragar, aún tenemos que mantenernos alerta sobre nuestros futuros representantes y sus decisiones.

Es esencial que no olvidemos el descontento que nos trajo hasta acá y que lo transformemos en un instrumento útil para el desarrollo óptimo del proceso constituyente. Este no puede ser el último paso para conseguir cambios y debemos acompañarlo de reclamos, manifestaciones y organización desde la casa, el barrio, el trabajo o la universidad, manteniendo vivo el legado de la revuelta social.

En esta edición de Entrelíneas resaltaremos distintas problemáticas que continúan aquejando a las y los habitantes de Chile. Bajo una mirada crítica aspiramos a visibilizar distintas realidades, desde situaciones que acomplejan a comunidades locales, el desarrollo nacional en salud y el consumo de alimentos, hasta una lectura actual de las familias chilenas, entre otros temas que merecen un espacio. Esperamos que las necesidades y preocupaciones expresadas en este número sean parte del combustible que impulse un esperado cambio en nuestra sociedad.

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