¿Es tan grande la debacle de los partidos tradicionales?

Tras los resultados de las últimas elecciones se vive un terremoto en los partidos políticos casi de todos los frentes. ¿Se terminaron las fuerzas del “centro”? ¿Se acabó la transición posdictadura?

Las “megaelecciones” del 15 y 16 de mayo dejaron una gran sorpresa. Los partidos políticos tradicionales vieron una avalancha de independientes pasar por encima y repletar la Convención Constitucional, la votación más rimbombante de las cuatro programadas.

El conglomerado Chile Vamos no obtuvo el tercio de los convencionales, cifra a la que aspiraban como piso mínimo para influir en la redacción de la nueva carta magna. Del mismo modo, la centro izquierda, que gobernó Chile en siete períodos tras el término de la dictadura, también sufrió un traspié: 25 seleccionados, dentro de los cuales solo uno pertenece a la Democracia Cristiana.

Aquellos resultados, durante el mismo domingo y los días siguientes, hicieron que nos preguntáramos si se terminó la ex Concertación o, más allá, sobre la posibilidad de dar punto final a la llamada “transición a la democracia”.

La Lista del Pueblo fue el conglomerado independiente más exitoso tras quedarse con 27 escaños en la Convención. Gentileza Radio Duna.

La verdad es que no. La resaca electoral generó que los sectores vencedores sacaran mil y una conclusiones apresuradas. La polémica jornada de inscripciones de primarias presidenciales dejó a la DC, el PPD y el PS a la deriva sin lograr una unión transversal junto al resto de partidos de oposición.

El punto está en lo arraigados que permanecen dichos actores. La Democracia Cristiana se quedó con 46 alcaldías, mientras que Renovación Nacional y la Unión Demócrata Independiente hicieron lo propio con 32 cada uno. Pese a disminuir sus candidatos electos a nivel nacional, siguen siendo los líderes.  

Si bien es cierto que no consiguieron sus metas trazadas para la Convención, es impreciso asegurar que dejaron de ser representativos. De hecho, es esperable que vuelvan a fusionarse con quienes estimen conveniente para mantenerse vivos en el futuro.

Rincón (DC) y Narváez (PS), candidatas presidenciales, apenas suman un 3% de las preferencias según la última encuesta Cadem. Foto: Agencia UNO.

Por otro lado, es injusto considerar que terminó la época de transición a la democracia cuando, a día de hoy, tenemos una población que clama por una profunda refundación a las policías, especialmente a Carabineros, debido a su notorio actuar militar heredado del régimen de Pinochet.

Tal es así, que no es descabellado considerar como “presos políticos” a cientos de jóvenes que están en prisión preventiva desde el estallido social con juicios irregulares y graves afectaciones hacia sus derechos.

Así las cosas, falta mucho camino por recorrer para aseverar que ha finalizado una etapa. A su vez, el trabajo político de la élite no se derrota con una elección.

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