Nos quedó grande el voto voluntario

La baja participación ciudadana ligada a la poca representatividad de la clase política se hizo notar en las últimas elecciones, lo cual pone nuevamente en la palestra la discusión sobre si el voto debiera ser voluntario o no.

Las elecciones desarrolladas a mediados de mayo nos remecieron a todos quienes creemos legítimamente en la democracia. Quedó más que claro que la política partidista se ha dedicado a descansar en los laureles y representa cada vez menos a la ciudadanía, debido a que el método D’hondt los beneficia considerablemente.

Chile Vamos se ha dedicado a vetar este proyecto en la cámara del senado en las tres ocasiones anteriores que se han intentado dialogar, ¿tendrán miedo de no sacar ningún candidato si las personas van a votar? Luego de las elecciones pasadas, creo que es el miedo de todos los partidos.

El miércoles 26 de mayo la cámara de diputados aprobó en general la restitución del voto obligatorio, con 107 votos a favor. Fuente: latercera.com

 A pesar de esto, le  doy un punto a la clase política por levantar la idea de iniciar esta conversación otra vez, aunque está más que claro que esto ya no da para más. Y les doy otro punto por sobrevivir ocho años con este método a base de la ignorancia y nula educación cívica de nuestra sociedad. 

Esto no debe ser solo un tirón de orejas para la clase política. Como ciudadanos, deberíamos darnos cuenta de lo potentes que podemos ser si existe organización y autogestión. En las elecciones a constituyentes, los independientes arrasaron, demostrando que desde las bases pueden salir personas con diferentes capacidades, habilidades y profesiones, los cuales conectan con las necesidades de todos y así pueden transmitirlas de manera adecuada. 

Para eso también debemos educarnos entre nosotros, aprender sobre deberes y derechos, para aprovecharlos y que no nos quede grande como el voto voluntario. Es inconcebible que el plebiscito haya sido la mayor votación desde 2012 y aun así no logró llegar al 51% del padrón electoral. Como nosotros también descansamos en los discursos simplistas como salga quien salga mañana igual trabajo. Es tarea de todas y todos construir una sociedad mejor, potenciando a personas que realmente nos representen, exigiendo y autogestionando la educación cívica que se nos ha negado de forma curricular.

Recordar que dentro de la democracia nuestro espacio de expresión son las urnas y que la tarea no queda solo ahí, sino de observar a las personas que apoyamos el que nos representen de manera correcta y cumplan con lo prometido.

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