El pasaporte sanitario de la libertad Entrelíneas por Juan Pablo Vilo Reyes - 28 mayo, 202130 mayo, 20210 Acostumbrar a la sociedad a que el consumo sea sinónimo de libertad no es lo correcto, sin embargo, el nuevo pase de movilidad es más que solo un permiso para ir de compras. Decisiones complejas requieren soluciones complejas. Es necesario reconocer cuando una acción política, por muy cargada que esta pueda estar hacia una dirección ideológica particular, logra apuntar satisfactoriamente al bien común. La idea del nuevo pase de movilidad ha sido recibido tanto por respuestas positivas como negativas. En la siguiente columna se reflexionará en torno a ambas caras de la misma moneda. Primero que todo, a estar alturas hay que ser cínico para no reconocer que el gobierno de Sebastián Piñera tiene como una de sus prioridades a la economía por sobre otras cosas. Bajo esta misma lógica no es sorpresa que el opositor promedio asocie el nuevo pase de movilidad directamente con el consumo capital. No se le puede culpar por hacer tal asociación. Pese a esta interpretación, el pase de movilidad es un incentivo para todas esas personas que por diferentes razones se niega a vacunarse. Ya sea por motivos religiosos o creencias personales, el hecho de no vacunarse es un acto que pone en peligro la inmunidad de rebaño. La vacuna sigue sin ser una obligación, sin embargo, esta misma libertad de decisión es la que nos lleva a discutir incentivos para lograr una inmunidad colectiva. Certificado de vacunación. Fuente: Agencia Uno. Es cierto que no faltarán aquellos que abusarán de la libertad otorgada por el pase de movilidad. Sin embargo, el estrés mental de estar encerrados en los hogares de manera obligatoria tiene exhaustos a muchos, y no es correcto que por la irresponsabilidad de unos pocos la libertad de aquellos preocupados por su salud e integridad física deba ser sacrificada. El problema aquí no es el pase de movilidad, sino la irresponsabilidad e inconsciencia de aquellos que abusan de las libertades otorgadas. Si existiera una conciencia colectiva de cómo usar el pase de movilidad de una manera responsable, las críticas a este último no serían tantas. El pase de movilidad no es un permiso de alienación social, la pandemia sigue siendo un peligro y no por estar vacunado estás exento a transmitir el virus a otra persona. Las precauciones deber seguir siendo las mismas, sin embargo, la libertad no puede ser el precio por pagar por aquellos que no piensan en el prójimo. No hay que acostumbrarse a pedir un permiso para salir, pero tampoco hay que quejarse de intentar generar las condiciones para hacerlo.