Una estrategia política que no dejó satisfecho a nadie Entrelíneas por Patricia Olave - 4 junio, 20214 junio, 20210 Tras entregar su última Cuenta Pública, el presidente Sebastián Piñera sumó una ola de críticas tanto de la oposición como de los partidos de Chile Vamos. La idea de acelerar el proyecto de matrimonio igualitario generó gran revuelo, siendo acusado por parte de ambos sectores como populista. «No se puede quedar bien con Dios y con el Diablo», dicen por ahí. Y de eso se le ha acusado mucho al presidente Sebastián Piñera últimamente. Este martes se realizó la última Cuenta Pública del mandatario, en la que –entre sus anuncios- destacó que pondrá urgencia al proyecto de ley sobre el matrimonio igualitario, en un intento fallido por desviar la mirada de la serie de deudas que ha dejado durante su gestión. Así, se perdió una gran oportunidad de mejorar varias cosas. No dijo nada sobre el IFE. No hubo mención a algo que beneficie a las pymes, que han sido afectadas por la crisis económica. También omitió hablar sobre la crisis hídrica que viven miles de chilenos. En vez de eso, centró su discurso en un proyecto que no presenta más que contradicciones en relación a su persona. Ante sus declaraciones, desde distintos sectores de la oposición expresaron su descontento con el jefe de Estado, asegurando, entre otras cosas, “es muy patudo”, que “sorprende su nivel de hipocresía” y que “lo mejor de esta Cuenta Pública es que es la última”. El Mandatario también subraya que hay que fortalecer la democracia y advierte que «la demagogia, el populismo, las falsas promesas, pueden alcanzar popularidad en el corto plazo, pero generan siempre frustraciones, dolores y pobreza a corto andar». Fotografía de CNN Chile. Por otro lado, el oficialismo quedó totalmente dividido ante sus declaraciones. Además de criticar muy duramente lo del proyecto de matrimonio igualitario, que significó un verdadero quiebre dentro del sector, los comentarios de parlamentarios de Chile Vamos apuntaron a medidas más concretas para los adultos mayores y el mundo agrícola. Pese a las diferencias de opinión, en algo convergen ambos bandos: la estrategia política del jefe de Estado no dejó feliz a nadie y no fue más que un recurso populista. Sin lugar a dudas, el presidente ha demostrado más errores que aciertos en su gestión. Y ahí está la trampa de querer complacer a todo el mundo: contentar siempre al otro es no contentar a nadie y eso es un descuido político. Y esto es lo que lo que buscamos en Entrelíneas: analizar estos descuidos, proponiendo un debate con altura de miras. Por esto, en la edición de esta semana, diferentes temáticas se tomarán la agenda. Desde las repercusiones de la pandemia en áreas como la salud, trabajo y vida social, hasta tópicos referentes a los nuevos proyectos de ley que se anunciaron durante los últimos días. Todo esto, desde una pluma ágil y siempre crítica.