En Chile, luchar por los recursos naturales es un peligro

Hoy Latinoamérica es la región más peligrosa para activistas medioambientales, con México, Colombia y Brasil a la cabeza. Chile no es la excepción: amenazas hacia organizaciones defensoras del agua y la tierra, montajes y una fila de suicidios no esclarecidos, como los de Alejandro Castro y Macarena Valdés, hacen que proteger el medioambiente sea un riesgo. 

“Muerte a Verónica Vilches” se leyó en las paredes de la APR de San José en Cabildo el pasado domingo. La terrible amenaza hacia su presidenta se enmarca en el largo enfrentamiento que ha tenido que llevar en contra de grandes productores de paltas, quienes han generado graves problemas de agua para los habitantes de Petorca. Una situación en la que el gobierno no ha sido capaz de intervenir.

Esto no es la primera vez que sucede. El 12 de febrero pasado, la activista medioambiental fue amenazada de la misma manera y, hasta la fecha, no ha habido acciones concretas para identificar a los responsables. Carabineros de Chile no brinda la protección que debería en casos así y las denuncias muchas veces quedan descansando en el Ministerio Público.

¿Cuánto más hay que esperar? Proteger los derechos del medio ambiente no puede suponer un peligro, porque es una lucha que defiende recursos básicos, sin los que la vida no se puede realizar. Petorca pasa por una grave crisis hídrica, de la cual pareciera que no hemos tomado conciencia, y la mayoría de los cuerpos de agua están siendo rellenados, destruyendo ecosistemas a favor del desarrollo. 

Verónica Vilches es presidenta del sistema de abastecimiento de agua potable rural (APR) de San José de Cabildo desde 2015. Fotografía por Noticias La Ligua.

El hecho también se enmarca a días de que Amnistía Internacional lanzara una campaña comunicacional para visibilizar el amedrentamiento que han recibido líderes mujeres de causas medioambientales: además de Verónica, Lorena Donaire y Carolina Vilches también se han visto afectadas por situaciones igual de graves, entre las que se encuentran daños en hogares e intentos de atropellos. Las tres mujeres son parte de Modatima y han protegido el agua por años de las manos del poder empresarial.

En el marco de una grave crisis hídrica, la protección de los recursos naturales hoy debería ser una prioridad para el gobierno, sin embargo, debe recaer en manos de organizaciones sociales a las cuales, además, se les criminaliza por levantar una bandera sustentable, tildándolos de “ecoterroristas” y “rojos vestidos de verde”.

Lo que parece más grave, sin embargo, es que este tipo de hechos crean una delicada sensación de inseguridad constante. El miedo de andar en la calle y que pueda pasarte algo es algo inaceptable en un Estado que se dice a sí mismo de derecho. ya que nadie debería sentirse en peligro por luchar por algo en lo que cree. 

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