Rifa de Bono Clase Media: ¿Beneficio o Inversión? Entrelíneas por Alejandro Aranda - 11 junio, 202111 junio, 20210 Tras recibir el beneficio estatal, un joven de Chimbarongo tomó la decisión de vender números de rifa para sortear el dinero del bono. El polémico concurso entregó premios de $500.000 y $100.000. A principios de mayo, el organizador anunció la controversial rifa, donde ofreció números a $3000 cada uno. Tras recaudar cerca de $900.000 en ventas de números, una mujer de Viña del Mar se quedó con el premio mayor, mientras que una segunda persona de Teno logró ganar $100.000. La iniciativa logra beneficiar a más de una persona a partir de un bono estatal que llegó a miles de chilenas y chilenos como Matías Ortíz, quien realizó el sorteo en cuestión. De manera lógica, el caso se viralizó en todo el país y trajo repercusiones de todo tipo. Vecinos de Chimbarongo han enfatizado en la irresponsabilidad de lucrar con dinero otorgado en una emergencia. Creo que, esencialmente, no es la mejor manera de obtener ganancias. Si bien hay dos ganadores que se ven beneficiados, opino que es una forma de hacer dinero fácil y con una clara intención de llamar la atención. Esto mismo ha sido confesado por Matías, quien declaró para TVN que lo hizo porque es músico y quiere tener figuración para su carrera, además de iniciar su propio emprendimiento. En el caso de una persona con problemas económicos, creo que es una jugada inteligente multiplicar el dinero del bono otorgado por el gobierno. Al final, es una bonificación que llega para ayudar a las finanzas de las familias chilenas y busca socorrer en estos momentos difíciles, en los que mucha gente ha perdido sus trabajos o bajado sus ingresos. Sería menos controversial recibir el monto e invertirlo en un emprendimiento inmediatamente, sin la necesidad de crear un concurso alrededor de él. Organizador se mostró tranquilo ante las críticas. Fotografía cortesía de T13. Por suerte, la premiación se realizó de manera correcta y no resultó ser una estafa. Esta iniciativa puede llevar a que se convierta en una práctica usual, en la que nada asegura que realmente se respete el concurso o se juegue con el dinero de las personas, ya que no existe un sustento legal en estas rifas. En esta ocasión, todo salió bien dentro de todo y solo existe el dilema ético hacia la organización. Más allá de las críticas que se pueden hacer, creo que es importante visibilizar las necesidades económicas en los hogares. Seguramente, las personas que ganaron los premios otorgados por el joven de Chimbarongo tuvieron un respiro financiero con la retribución y, aunque no sea la mejor forma, recibieron una ayuda invirtiendo poco dinero. En conclusión, son prácticas que no considero óptimas, pero tampoco son condenables tajantemente.