El agua en su punto de quiebre Entrelíneas por Patricia Olave - 29 junio, 202129 junio, 20210 En lo que va del año, Chile acumula un promedio de precipitaciones muy inferior al de la media histórica. Así, el Gobierno advierte un grave deterioro en el déficit hídrico, sobretodo en varias regiones de norte como Atacama y Coquimbo. A este paso, el 2021 podría cerrar igual que 2019, la temporada más seca de la historia del país. En la última década, Chile ha atravesado la peor sequía de la que se tiene registros. La disponibilidad hídrica ha ido disminuyendo de manera sostenida, especialmente en la zona centro y norte del país. En la capital, por ejemplo, se han registrado disminuciones de lluvia de hasta el 40 % en promedio. Según los pronósticos de la Dirección de Meteorología de Chile (DMC), «no se vislumbra un vuelco positivo» de la tendencia y todo indica que este año será igual o peor que el 2019, el más seco desde que se tienen registros. ¿Por qué es tan importante esto? Pues, porque la falta de precipitaciones, cuando se produce de forma sistemática por largos periodos de tiempo, no solamente presenta consecuencias inmediatas, sino que traen consigo implicancias negativas para los ecosistemas, la biodiversidad y también la condición de los suelos. Por esto, tenemos que tomar acciones que permitan mitigar y/o aprovechar los nuevos escenarios medioambientales que se están presentando. De lo contrario, la situación tendrá un costo productivo, social, ambiental y político, probablemente irreversible. En Chile, un 47 % de la población que vive fuera de las ciudades, es decir, más de un millón de personas, dependen de ríos, pozos y camiones aljibe para abastecer de agua a sus familias. Fotografía de Lautaro Carmona. No es necesario sacar a las personas de su zona, como se está planteando desde algunos municipios. Se pueden mejorar sus condiciones de vida entregando soluciones innovadoras y de rápida implementación. Existen buenos ejemplo en el mundo, que permiten entregar agua de distintas fuentes, con la calidad y continuidad que merecen las comunidades. Según las proyecciones, Chile dispondrá dentro de poco de energía limpia y abundante, que permitirá abaratar costos que hoy son una limitante en el uso de esta tecnología. La desalación de agua de mar, aprovechamiento del agua del aire y la potabilización, son algunas de las estrategias disponibles, que pueden cambiar la calidad de vida de quienes hoy no disponen del recurso hídrico. Sin embargo, es importante asumir y entender que la solución no debe llegar de un solo bando: la crisis hídrica demanda ser enfrentada con la colaboración del sector público, privado y las organizaciones civiles. Es imposible seguir haciendo más de lo mismo y pretender cambios. Necesitamos atrevernos a innovar y sentarnos a conversar en el mismo espíritu, para dar solución a la falta de agua que aún enfrenta nuestra sociedad y que, en la actualidad, está llegando a su punto de quiebre.