Baja participación y el posible regreso del voto obligatorio Sociedad por Aníbal Torres Durán - 30 junio, 20213 julio, 20210 Desde el retorno a la democracia hasta las últimas elecciones, la participación electoral ha ido constantemente decayendo. Con algunas excepciones, como el plebiscito de octubre pasado. Las cifras de la elección de segunda vuelta de gobernadores fueron realmente preocupantes, con un promedio de un 19,61%. A pesar de que la descentralización se ha posicionado como una demanda ciudadana. Entonces surgen las interrogantes: ¿Cuáles son las razones de esta alta abstención? Es difícil saberlo con certeza. No obstante, se pueden identificar una serie de posibilidades. Algunas son la desafección con la política partidista, desconfianza en las principales instituciones políticas. Asimismo, la percepción de alta desigualdad socioeconómica que redunda en una de influencia, poca renovación en la política, insatisfacción con el funcionamiento de la democracia. Voto obligatorio: ¿la solución? A raíz de lo anterior ha vuelto con mayor fuerza la propuesta de volver al voto obligatorio. El proyecto ha avanzado ya a su segundo trámite un proyecto de reforma constitucional en este sentido. Se trata de una conversación y discusión esencial de tener y que probablemente también sostendrá la Convención Constitucional cuando delibere sobre el diseño institucional del sistema democrático. No está claro, hasta ahora, si el registro en el padrón seguirá siendo automático al cumplir la mayoría de edad. Aquello dependerá de unaa discusión futura. De aprobarse en el Parlamento, resulta improbable que alcance su vigencia para las elecciones de parlamentarias y presidenciales de noviembre. Con el voto obligatorio, en las elecciones entre 1989 y 2009 la participación se mantuvo entre 87% y 58% (sobre los inscritos). El sufragio voluntario debutó en las elecciones municipales de 2012, luego de un acuerdo político transversal. El error que agudizó la baja participación La clase política apostaba a incentivar la participación de los jóvenes, pero pronto se percató de que se trataba de un error. Lo reconoció la propia presidenta Michelle Bachelet, en cuyo Gobierno se promulgó la ley. En las siguientes municipales de 2016 se alcanzó un récord de baja concurrencia, con un 36%. El actual Parlamento fue electo en 2017 con sólo una 48% de participación. Mientras que en las presidenciales de 2017 hubo un 48% en primera vuelta y un 50% en el balotaje. Aquel sufragio fue en el que resultó electo el presidente Sebastián Piñera. Fenómeno Plebiscito 2020 Luego de las revueltas sociales de 2019, la abstención no ha variado mayormente, por lo que los especialistas la califican de estructural. En el plebiscito de octubre pasado, donde los ciudadanos decidieron redactar una nueva constitución, acudió a las urnas el 50,9% de los habilitados para votar. No fue un mal número, a pesar del contexto pandémico que obligó a posponerlas en una ocasión. La participación que se alcanzó hace siete meses era el piso mínimo para estas elecciones de mayo, pero hubo un millón menos de votantes. Hoy existen altos índices de vacunación (7,8 millones de personas vacunadas con dos dosis) y se organizaron las votaciones en dos días para evitar aglomeraciones. No obstante, casi seis de cada 10 chilenos optaron por quedarse en su casa y no participar de unas elecciones históricas. Voces de las autoridades “El voto obligatorio es un mínimo exigible en un largo camino de tareas, como la paridad y educación cívica. Reponer este voto obligatorio es un mínimo y no la solución”, indicó en la discusión el diputado Gabriel Boric, candidato presidencial del Frente Amplio. En la misma línea, la diputada comunista Camila Vallejo aseguró “Tengo la convicción de que la democracia no es un juego ni una opción. Sino que es una responsabilidad de los ciudadanos y las autoridades electas”. Asimismo, el diputado Leonidas Romero (RN) sostuvo que “no es posible que Chile tenga autoridades elegidas con el 40% del 40% que fue a votar”. Las autoridades electorales, en paralelo, han apuntado a la necesidad de complementar el restablecimiento del voto obligatorio con otras medidas. “Hay que modificar además las normas de derecho público que restablezcan un solo domicilio electoral. Que definitivamente cambie la formación de las mesas por el domicilio y no por el Rut. Esto que permitiría asignar locales más cercanos”, aseguró Patricio Santamaría, abogado y consejero del Consejo Directivo del Servicio Electoral. En Chile, a diferencia de países como Bolivia, en muchas ocasiones para votar hay que recorrer grandes distancias para sufragar. Participación según locación Marcela Ríos, del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, sostiene que el voto voluntario aumenta la desigualdad en el ejercicio de los derechos. En los comicios múltiples de hace dos semanas, las diferencias se produjeron entre las regiones. Mientras en el extremo norte del país, Arica, participó un 36,79%, en la región de O’Higgins alcanzó un 47,33%. También hubo grandes distancias en la concurrencia a las urnas en comunas acomodadas y las populares. Mientras que en Vitacura participó un 63%, en zonas sencillas como La Pintana llegó solo a un 36%.