Tráfico ilegal de vida silvestre: más cerca de lo que creemos Cultura por Alejandra Herrera Mora - 30 junio, 20212 julio, 20210 La extracción de 20 ejemplares de monitos del monte de la Universidad Austral sorprendió a la comunidad científica el pasado 3 de junio. Estos marsupiales -que se encuentran en peligro de extinción- estaban en una estación biológica como parte de una investigación. Este hecho coloca en la palestra una problemática que se vive a nivel internacional, de la cual Chile no está exento: el tráfico ilegal de vida silvestre. Se trata del cuarto crimen organizado más lucrativo a nivel global, superado sólo por crímenes como el narcotráfico y la venta ilícita de armas. Esta actividad delictiva es capaz de mover hasta 23 000 millones de dólares cada año, de acuerdo a las cifras entregadas por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Se suele creer que América Latina está libre de esta problemática, aunque no es así. El director de la ONG Traffic para Sudamérica, Bernardo Ortiz von Halle, afirmó a BBC Mundo que se trata de un fenómeno no tan notorio, del cual nos vemos afectados. «Es que en Sudamérica, por ejemplo, no tenemos una especie carismática como el rinoceronte o el oso panda. Por eso, nuestros problemas de tráfico de vida silvestre no son visibles en el mundo», describe. El continente se ve afectado al contar con cinco de los diez países con mayor diversidad del planeta (México, Ecuador, Colombia, Brasil y Perú). Además, también posee uno de los mayores compradores del mundo en la materia (Estados Unidos). La gerente senior de la ONG Peta Latino, Alicia Aguayo, señaló a El Comercio que “el tráfico de vida silvestre es una crisis mundial. Ya sea el tráfico de pericos en Brasil, monos capuchinos capturados en Centroamérica, peces payaso robados del océano Pacífico. Hay animales en todo el mundo que están sufriendo por esta industria ilegal”. «LA CADENA DE LA IGNORANCIA» Junto con la destrucción de los ecosistemas, el tráfico ilegal de especies constituye una de las principales amenazas de la flora y fauna nativa. Investigaciones señalan que el punto de inicio de la cadena de valor comienza en la captura de cazadores furtivos. Luego, los ejemplares son vendidos a poderosas mafias internacionales, de acuerdo a los datos entregados por la WWF, donde comienza su comercialización. La Oficina de Asuntos de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito señala que esto no solo representa peligros para la naturaleza, sino también para el Estado de Derecho por su potencial para alimentar otros conflictos. El tráfico de armas y drogas, el terrorismo y las guerras son algunos ejemplos de ello. La mascotización, la industria farmacéutica, alimenticia y los artículos de moda son los principales mercados de los animales exóticos que son comercializados. Mientras que como principales destinos figuran los países de Europa, Asia y Estados Unidos. La WWF detalla que España es un hot spot y la puerta de entrada a Europa de gran parte del tráfico ilegal de especies procedentes de África y América como reptiles, aves y pequeños simios. ESFUERZOS INTERNACIONALES El 1 de julio de 1975 entró en vigor la Convención sobre el Comercio Internacional de especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES). Un acuerdo internacional con el propósito de regular el comercio de estos ejemplares para que no constituya una “amenaza para la supervivencia de las especies”. La CITES protege a casi 6 000 especies animales y casi 33 000 tipos de plantas contra la explotación excesiva por el comercio internacional en más de 180 países adscritos, entre los que se encuentra Chile. Sin embargo, la ONU enfatiza en la importancia de la legislación para enfrentar el tráfico ilegal de especies silvestres. Un aspecto en el cual se está al debe, un ejemplo de ello según Mongabay Latam es Brasil. Allí se prohíbe la venta de animales salvajes pero se permite la crianza en cautiverio, un vacío legal que es aprovechado por traficantes. Lo anterior se traduce en más de mil criadores en el país y la mayoría no cuenta con regulación ni monitoreo. VICUÑAS, QUIRQUINCHOS Y LOROS CHOROY: ALGUNAS VÍCTIMAS CHILENAS La Brigada Investigadora de Delitos Contra el Medio Ambiente de PDI (Bidema) ha registrado cifras preocupantes en los últimos años. En 2016 hubo 2 759 casos de tráfico, mientras que en 2018 la PDI incautó 597 ejemplares. Un aspecto alarmante si consideramos que, de acuerdo a un estudio de CODEFF, de cada diez animales traficados, solo uno llega vivo a su destino y los que sobreviven muchas veces quedan en mal estado de salud. A lo anterior se suma la preocupación por el incremento a nivel global del tráfico de especies por la falta de recursos y fiscalización producto de la pandemia. Según el Instituto Jane Goodall Chile, los cazadores furtivos continúan capturando especies endémicas y nativas del país para su comercialización. Las vicuñas, las arañas pollito y los quirquinchos son algunos de los animales afectados. CIBERTRÁFICO El Informe Mundial sobre los Delitos contra la Vida Silvestre y los Bosques de la UNODC afirma que estos delitos se están digitalizando. El uso de plataformas en línea y mensajería encriptada ha facilitado el contacto entre traficantes y potenciales compradores. Sin embargo, la institución afirma que el comercio en línea es difícil de combatir por «la falta de transparencia, los marcos normativos inconsistentes y la limitada capacidad de aplicación de la ley”. Sin embargo, organizaciones internacionales se han vinculado para enfrentar este desafío impulsando la Coalición Global para Terminar el Comercio de Vida Silvestre. A ella se han vinculado Google y Facebook. Además, investigaciones del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) han permitido adoptar nuevas medidas contra los comerciantes en las plataformas digitales. La UNODC afirma que la covid-19 demostró la necesidad de fortalecer las medidas contra el tráfico de fauna silvestre para evitar enfermedades zoonóticas, ya que “cuando los animales salvajes son sustraídos de su hábitat natural, masacrados y vendidos ilegalmente, aumenta el potencial de transmisión de patógenos que se propagan a los seres humanos”.