Aborto libre: ¿mi cuerpo, tú decisión?

“Haré lo posible para que no se apruebe” fueron las palabras Joaquín Lavín, ex candidato presidencial, en el debate de la coalición Chile Vamos para las presidenciales recién pasadas con respecto a la aprobación del aborto libre en el país.

Instancia en donde cuatro hombres discutieron su posición ante de la interrupción del embarazado de una mujer, chocante escena para un 2021 en donde la idea de la legalización del aborto libre se siente cada vez más cerca. Dado esto me pregunto: ¿cuál es la participación de los varones en estos procesos de toma de decisiones? 

Mario Desbordes; candidato presidencial por Renovación Nacional, Sebastian Sichel; candidato presidencial independiente, Ignacio Briones; candidato presidencial por Evópoli y Joaquín Lavín; candidato presidencial por la UDI. Debate primarias pacto Chile Vamos. Fuente: Emol.cl.

El embarazo no deseado es un hecho habitual en mujeres en edad reproductiva de cualquier condición social. Sin embargo, dentro de un ambiente de vulnerabilidad realizarlo podría tener consecuencias mortales al hacerlo de forma clandestina. Son las mujeres quienes lo vivimos en nuestro cuerpo, quienes cargamos las consecuencias físicas, emocionales y materiales, teniendo que enfrentar exclusivamente las sanciones jurídicas y morales como consecuencia de haber practicado un aborto en condiciones de riesgo.

Desde la perspectiva biológica la disputa se da en que si tener material genético de otra persona dentro de nuestro cuerpo le da o no la potestad sobre nuestra vida o salud. De esta manera, la eyaculación para algunos se convierte en una condición de exclavitud de las mujeres hacia los hombres donde existimos para prestarles servicios, entre ellos, la maternidad.

Es por ello que es importante entender que el derecho a decidir sobre nuestro cuerpo es una expresión de los derechos fundamentales. Es imperativo romper con la subalternidad que las mujeres hemos tenido frente a los hombres durante miles de años, marcados en la tendencia de imponer que nuestros cuerpos le pertenecen a nuestros padres, hermanos, parejas o al Estado. 

No está bien sacar  a discusión la despenalización del aborto dentro de un contexto en donde políticos ajenos a la problemática y que siguen con la idea de la maternidad como mandato social y no como elección atenta con la lucha de millones de mujeres que a gritos en las calles piden libertad y autonomía. 

El aborto es un problema de salud publica, un problema de justicia social y un problema de democracia que debe ser discutido en conjunto a sus protagonistas, las mujeres.

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