Desde hace un tiempo la OMS decidió cambiar la forma en la que la comunidad científica se refería a las variantes del COVID, asignándole letras del alfabeto griego, con la finalidad  de evitar estigmatizaciones a las zonas de donde provienen.

Cepa peligrosa

Una de las cepas más relevantes a la hora de hablar de las distintas variantes del coronavirus es la Delta. Su alto grado de infecciosidad, aumenta la transmisibilidad del virus y genera nuevos síntomas, lo que la convierte en una de las versiones del COVID más difíciles de detectar en instancias iniciales. Además, presenta una mayor resistencia ante las distintas vacunas que se han aplicado en la población.

La variante Delta es la que, en su momento, fue conocida como la cepa india. Recordemos que en la India hubo un pico de contagios, donde el seis de mayo de 2021 se registraron más 414.000 casos de COVID y casi 4000 muertes. Los días siguientes a esta fecha los casos bajaron, sin embargo, los decesos aumentaron hasta llegar a los 4200. Cabe destacar que la India es un país con una gran cantidad de población y con altos niveles de pobreza, por lo que estos datos podrían ser aún mayores.

La preocupación que ha generado la variante Delta en las últimas semanas se intensificó cuando la OMS anunció que dentro de poco tiempo esta cepa se convertirá en la versión dominante del COVID, donde también informan que la evolución del virus no quedará ahí, sino que seguirá mutando a medida que la enfermedad sea transmitida.

La eficacia de las distintas vacunas ha sido cuestionada de cara a la propagación masiva de la variante Delta. Según los estudios, las personas inoculadas con dos dosis de Pfizer reducen su infección sintomática en cerca de un 90%, con dos dosis de AstraZeneca se reduce en cerca de un 60%, siendo estas las vacunas que presentan una mayor eficacia contra esta cepa.

El panorama nacional causa intriga en la población, esto debido a que en las últimas semanas los casos positivos de coronavirus han presentado una baja sostenida. Teniendo como repercusión directa comenzar en cómo se maneja la pandemia, aumentando las libertades individuales de la población.

La enfermera especialista, Claudia Carrasco, quien tiene un magíster en salud pública de la Universidad de Chile y posee el grado de Doctora en Educación y Sociedad de la Universidad Andrés Bello, se refirió a cómo la trazabilidad es la medida que debe ser potenciada en estos casos. “La trazabilidad es no solo una buena forma de contener el avance de la variante, sino que también ayuda a mantener los casos controlados. Por lo mismo es tan importante que se sumen los recursos humanos necesarios para hacer esta gran labor, entonces ese tendría que ser el foco que se le tiene que dar a las medidas y las personas que no se han vacunado tienen que hacerlo, ya pensando de cara a los meses que se vienen”.

Otro aspecto para considerar de la variante Delta, es la incidencia mediática de esta variante en la salud mental de la población, en donde muchas veces los titulares mediáticos causan ansiedad en los lectores y no hacen más que crear pánico en las audiencias. Ante eso, el divulgador científico Christian Castro, quien estudió bioquímica, pero centra su carrera en la popularización de estos temas, hizo un llamado a la población a informarse de manera correcta, buscar segundas fuentes y verificar la información que se ve en internet. “El conocimiento siempre vendrá a dar mayor tranquilidad, pero esto debe traducirse en mayor responsabilidad. Sin duda que quienes tenemos más acceso a la información debemos «contagiar» al resto con lo que sabemos. En definitiva: hay que seguir vacunándose y con las medidas de autocuidado”.

Uno de los recursos actuales más utilizados para validar o descartar información, es recurrir a medios de Fact-checking. Estas son iniciativas que son mucho más mesuradas a la hora de informar sobre estos temas, y se corrobora toda la información que se publica. 

La opinión de los trabajadores del sistema de salud primaria ante el avance de la variante Delta y las nuevas medidas adoptadas por el gobierno, son variadas pero si hay algo en lo que la mayoría de ellos está de acuerdo es que, aunque las cifras son prometedoras, se están tomando decisiones apresuradas y sin pensar en el desgaste que tienen actualmente los trabajadores de los distintos centros asistenciales. 

María José Cuadra es enfermera egresada de la Universidad de Concepción y trabaja en el hospital Las Higueras de Talcahuano, donde ella ha presenciado el desgaste de los trabajadores del área de la salud, “Muchas veces el desgaste mental es mayor al desgaste físico, tener que estar todo el día pendiente de que te puedes infectar es super estresante. y si a eso se le agrega que una como enfermera, trabaja directamente con el paciente es peor. Yo creo que antes las personas tenían conciencia de eso, ahora ya no”.

Aunque suene repetitivo, el lavado de manos, el distanciamiento social, las vacunas y el uso de mascarillas es la única forma de detener al COVID, y si bien es cierto que faltan años para poder eliminarlo completamente de nuestras vidas, por lo menos con estas técnicas podremos sobrellevarlo sin la necesidad de contagiarnos.