La misoginia como parte del deporte

Una forma más de ejercer poder sobre el género femenino a lo largo de la historia ha sido el controlar su imagen, no debería sorprendernos que esto siga pasando.

Como se esperaba con la llegada de los Juegos Olímpicos 2021, los portales de noticias se han llenado de novedades y detalles de cada movimiento de quienes participan. Sin embargo, lo que más ha llamado la atención, y es actualizado día tras día, son las notas que tienen relación a la polémica por la vestimenta de las deportistas.

Tanto el equipo de balonmano de Noruega como las gimnastas alemanas han decidido salir de lo convencional, dejando de lado los bikinis y haciendo uso de indumentaria que les permite desempeñarse en sus disciplinas con libertad y comodidad. Si bien esto parece un acto inofensivo y de nula controversia, el problema surge con la reacción a esta decisión.

Los titulares se llenaron de palabras relacionadas al término “rebeldía”, pero ¿por qué algo tan simple y básico como la búsqueda de confort termina siendo una gran temática para los medios? La respuesta es simple: la misoginia sistémica que prefiere que los juegos se rijan por lo convencional en vez de lo que es práctico para estas mujeres.

Se da a entender que prefieren verlas en trajes atractivos y brillantes, vestimentas que muestran un montón de piel y hacen que las jugadoras se sientan incómodas, incapaces de realizar sus labores con tranquilidad. Pero no son rebeldes ni rupturistas, tan solo están cansadas de cumplir con lo que les ha sido impuesto, así que decidieron alzar la voz y tomar acción ante medidas que no tienen sentido.

Equipo femenino de balonmano de Noruega.

Esto quedó más que demostrado con la multa impuesta a las noruegas por parte de la Federación Europea de Balonmano, que las obliga a pagar por cada jugadora y cada partido en que participe el equipo. Sin embargo, ellas ya se lo esperaban, el sexismo había llegado a perjudicarlas a modo de advertencias cuando el cambio de indumentaria aún no era realizado.

¿Por qué el género femenino debe seguir lidiando con este tipo de situaciones? ¿Por qué exigir un trato digno y justo sigue siendo considerado como rebeldía? En vez de sorprendernos al ser testigos de estas injusticias, de pensar que las mujeres que luchan son revolucionarias, tenemos que darnos cuenta de que se están esforzando por ser respetadas en un mundo que sigue siendo misógino.

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