La nueva carrera espacial está cerca Sociedad por Valentina Luza Carrión - 31 julio, 20211 agosto, 20210 Conocer el espacio siempre ha llamado la atención de la humanidad. Gran parte de ello se acentuó cuando se realizaron los primeros viajes al espacio. Aquello abriría un universo de posibilidades para el mundo y la comunidad científica. En estos pasos se encontraría el inicio de una carrera espacial, política y tecnológica. El inicio de la carrera espacial por quién llegaría a la luna en el año Geofísico Internacional (1955) fue una hecatombe entre la Unión Soviética y Estados Unidos. Fueron en los inicios de la Guerra Fría entre estas dos potencias, quienes lucharían por ser los primeros en enviar satélites artificiales al espacio. Demostrando en ello su poder tecnológico y económico. Fueron los soviéticos quienes con el Sputnik 1 se acercarían en primer lugar al espacio. Sin embargo, aquello sería tan solo el comienzo de la Carrera Espacial que se extendería por largos años. Para algunos historiadores, esto no solo se trató de un extenso conflicto político. Sino más bien, en términos simbólicos, se disputaba sobre el poder del ser humano en el espacio exterior. Y llegó el día en que Neil Amstrong arriba del Apolo 11 logró pisar la luna. Estados Unidos obtuvo la victoria al enviar al primer hombre a la Luna el 20 de julio de 1969. Así, los astronautas del Apolo 11 plantaron la bandera norteamericana en la superficie lunar. Al alcanzar nuestro satélite y regresar con éxito, los Estados Unidos daban una señal muy clara. Demostrando el poder tecnológico, militar y económico que llevaba implícito un mensaje muy claro para el resto del mundo: ellos mandaban. Así quedaría demostrado durante los años posteriores en los cuales, mientras los estadounidenses afianzaban su poder en gran parte del globo, la Unión Soviética sucumbió en un periodo de decadencia que condujo a su disolución en 1991. De ello ya han pasado 52 años y las preguntas siguen brotando. Una de ellas es por qué no se ha vuelto a realizar viajes tripulados hacia la luna. Desde la NASA expresan que esto sí ha ocurrido, pero exclusivamente para enviar satélites. Hoy se descubren galaxias casi a diario, cúmulos de estrellas, nebulosas y hasta inéditas imágenes de un agujero negro a cientos miles de años descubrimos en el 2020. El conocimiento científico avanza a niveles inesperados y aquel hecho ha sido el inicio para un amplio interés en las ciencias por parte población mundial. Una carrera privada o el futuro turismo A principios del mes de julio, se vivió lo que algunos denominaron como “una nueva versión de las Carreras Espaciales”. Esta vez, en base al despegue de naves privadas comandadas por multimillonarios. Tal hazaña abrió las interrogantes sobre lo que depararía el futuro. En palabras del astrónomo José Maza, esto en “30 años puede significar un futuro extraordinario” concordando que el inicio de viajes de civiles al espacio puede ser en unos años una costumbre y un lujo. Para la astrónoma chilena, Teresa Paneque, el conocimiento de nuestro universo es fundamental para el desarrollo humano y es un deber que vaya de la mano con una amplia consciencia sobre lo que significa. Al contrario que Maza, para la astrónoma, estos viajes pueden ser más preocupantes que positivos. El doctor en astronomía de la Universidad de Chile, José Utreras es más tajante en su perspectiva y expresa que “la mayoría de estas discusiones son problemáticas que ya existen en nuestro planeta y la idea de que el avance tecnológico por sí mismo resolverá estos problemas, es una de las falacias de los llamados tecno-liberales”. Es decir, más que un avance tecnológico en sí mismo, puede significar la intensificación de desigualdades entre la población. Además de ser iniciativas motivadas desde Por un lado, existe la promesa de un futuro más afianzado en cuanto al lazo de la población hacia las ciencias. Por otro lado, se critica fuertemente las consecuencias medioambientales que dañarían las condiciones estratosféricas de la tierra. Cabe preguntarse cuáles son las motivaciones que existen detrás de quienes se adhieren. Y del mismo modo, como aquello puede potenciar positivamente a la humanidad. Aquella inversión sobre el interés imperante puede resultar un puente amigable hacia nuevas posibilidades.