La transitoria nueva forma de aprender

El dilema de los jóvenes de asistir a clases presenciales o continuar de manera sincrónica mediante internet.

Cursar la enseñanza escolar al mismo tiempo que una pandemia sanitaria no es una situación de la que muchas generaciones puedan jactarse. No es novedad que el Covid-19 continúa liderando la agenda de prioridades a nivel nacional. Sin embargo, es importante recordar que a finales de este año ya serán dos las generaciones que darán por terminada la enseñanza media en una situación global extraordinaria.

Pese a esto último, la sociedad en Chile ha ido adaptándose a la situación actual de manera gradual y en el ámbito educacional no es la excepción. Varios han sido los intentos tanto por el gobierno, como también por algunos colegios, de permitir que los jóvenes puedan volver a las aulas como era la costumbre.

Jóvenes atendiendo clase presencial con mascarillas. Fotografía recuperada desde diario La Izquierda.

No es tan fácil para los establecimientos educacionales simplemente hacerlo sin reparaciones, se hace obligatorio que todas las salas de clases que pretendan ser utilizadas deban prepararse de manera óptima para la ventilación y la prevención ante posibles contagios. Lo más importante de la vuelta escolar es brindar las seguridades sanitarias a los alumnos.

Volviendo a clases

En la sexta región, precisamente en Rancagua, tanto liceos como colegios se han preparado para la vuelta a clases de sus estudiantes. Utilizando estrategias similares, todos los establecimientos han tenido que adaptar sus programas educacionales y especialidades.

Maritza Silva, secretaria UTP del Liceo Técnico Profesional José Victorino Lastarria, comentó que “en nuestro establecimiento se imparten carreras de Gastronomía y Enfermería. Lo cual ha hecho muy difícil llevar la práctica para aquellos alumnos que han aprendido mediante clases en línea. Los jóvenes de enfermería deben aprender a inyectar, tomar presión arterial y muchas otras cosas que deben realizar al momento de egresar de Cuarto de enseñanza Media”.

Entre las mejoras realizadas al liceo está la modificación de sus salas de clases, las cuales ahora reciben un máximo de doce alumnos distanciados por un metro de distancia cada uno. Además de la instalación de alcohol gel en pasillos y la instalación de nuevos lavaderos de mano en distintos puntos del establecimiento.

A diferencia de la educación pública, los recursos de algunos colegios privados han permitido instalar en las salas tecnología que permite compartir, en tiempo real, las sesiones de clases presenciales con estudiantes que continúan tomando clases desde sus computadores.

Pía Muñoz, Coordinadora de Enseñanza Media y Convivencia Escolar del Colegio Javiera Carrera, agregó que “hemos instalado un sistema audiovisual de cámaras en diferentes salas, micrófonos, monitores de 35 pulgadas y también la instalación de un internet robusto de dos compañías. Además, siguiendo el protocolo sanitario, hemos delimitado los espacios del patio y las salas con marcas que ayudan a orientar el distanciamiento social”.

Otro establecimiento educacional que siguió una estrategia similar es el Colegio Ayelén. Tras cumplir con los requisitos sanitarios exigidos por las autoridades, la administración del colegio procuró preparar al personal de trabajadores de limpieza con equipamiento sanitario especializado además de orientarlos a través de una capacitación protocolar de emergencia actualizada al contexto de pandemia.

Sofía Cajas, psicóloga y Coordinadora de Equipo Cultura de Estudiantes del Colegio Ayelén, compartió que “creamos un sistema de rutina para que todos los protocolos de limpieza se efectuaran lo mejor posible. Nosotros le enseñamos a los profesores y ellos después a los niños, como la rutina de almuerzo, utilizar la mascarilla correctamente, la manera de entrar y salir del casino, el que fue adecuado por completo con tal de que los estudiantes tengan el menor contacto posible. Todo esto para provocarles un sentimiento de seguridad a los niños como a sus familias”.

La importancia de la salud mental

La salud mental de los niños ha sido uno de los principales factores a tomar en cuenta después de los súbitos cambios en el sistema educacional provocados por la pandemia. Sofía Cajas, señaló: “He visto varios cambios, me llamó la atención que muchos niños han subido de peso, algunos han tenido problemas de sueño y otros pasan mucho tiempo utilizando aparatos tecnológicos, pegados ante la pantalla todo el día atendiendo sus clases y luego jugando videojuegos. Esto último creo, será lo que más costará volver a acostumbrarse, sobre todo en los niños más pequeños”.

Hay muchas familias que todavía no sienten la confianza de enviar a sus hijos a clases presenciales, por lo que las clases híbridas son el modelo que más se ha repetido en los establecimientos educaciones. La estrategia consiste en trasmitir en vivo las clases presenciales y que aquellos alumnos que decidan quedarse en sus hogares puedan asistir de manera sincrónica mediante una conexión por internet.

Otro factor importante para tener en cuenta es la cercanía de la actual generación de alumnos de Cuarto Medio frente a la PTU. Si bien no será la primera generación en rendir esta prueba, las dificultades que la pandemia puso sobre la educación de esta generación de jóvenes sin duda tienen un efecto en su estado de ánimo y nervios ante el desafío que significa poder ganarse un lugar en las universidades de Chile.

Jóvenes en clases manteniendo distanciamiento social. Fotografía recuperada desde diario El Heraldo Austral.

Este nuevo panorama ha develado una nueva manera de educar que tiene divididas las opiniones acerca de su nivel de efectividad. Si bien rompe con el modelo tradicional de enseñanza, los jóvenes, en especial aquellos terminando de cursar la enseñanza media, han gozado de una libertad en la manera de abordar sus materias como ninguna otra generación había podido.

En efecto, si el apoderado a cargo de un alumno decide entregarle la elección al joven con respecto de asistir o no a la escuela, la responsabilidad de esta elección desencadena en la mente del estudiante una problemática que no es común. Por lo que es esperable que algún tipo de secuela psicológica pueda presentarse su mente tras su compleja situación académica.

La estudiante de enseñanza media de iniciales M.C. comentó que “mi salud mental ha sido la más afectada, porque al principio no sabían cómo manejar la situación y nos llenaban de guías y trabajos en todas las materias. Recuerdo los ataques de frustración que me daban porque no sabía cómo organizarme ni con qué empezar. Siento que es muy difícil tener que haber convertido mi espacio personal en un lugar para estudiar. El mismo sitio en donde llegaba a relajarme de un momento a otro tuvo que convertirse en mi propia sala de clases”.

A modo de contraste, el joven estudiante de enseñanza media de iniciales M.L. agregó que “tengo una libertad mucha más grande, tengo la opción y quiero volver a clases presenciales, pero hay días en los que no lo encuentro necesario y simplemente no voy, lo bueno es que puedo asistir desde la casa y no me afecta, tampoco creo que sea algo malo a largo plazo”.

Estudiantes atendiendo clase en línea. Fotografía recuperada desde Ciper.

La modalidad de clases en línea pese a sus debilidades como depender de la calidad de conexión y la pérdida del nivel comunicacional entre alumno y docente, logró despertar en la conciencia de los jóvenes la capacidad de autoconocimiento intrapersonal que muchas veces la educación tradicional pasa por alto. Los jóvenes que asisten a clases sincrónicas disponen de tiempo extra para reflexionar sobre ellos mismos, sus necesidades, metas, gustos y objetivos. Disponer de este tiempo extraordinario de su propia juventud es una oportunidad que otras generaciones no tuvieron para indagar acerca de sus propios intereses personales.

A pesar de esto último, es notable como la preferencia se dirige a retomar las clases presenciales, sin embargo, tanto funcionarios de la educación, como apoderados y alumnos conocen los peligros que esta actividad puede generar de realizarse masivamente y de manera irresponsable. Por lo que, la modalidad de clases híbridas de manera sincrónica ofrece lo mejor de ambos mundos mediante la libertad de decisión del apoderado y estudiante. La joven estudiante M.C. comentó a modo de cierre “teniendo en cuenta el tiempo que pasé encerrada, más ganas tenía de volver presencial. Ir a clases se volvió más relajante que estar en la casa, porque el ambiente es distinto, el ambiente es óptimo para estudiar”.

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