Una pregunta que no cesa: ¿dónde están?

Un pueblo sin memoria, es un pueblo sin futuro. El compromiso con la memoria es una deuda histórica con las víctimas de desaparición forzada, cuyos restos aún se buscan.

Como todos los años desde 2006, cada 30 de agosto en Chile se conmemora el Día Internacional de la Detenida y el Detenido Desaparecido. La instancia propuesta por la Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenidos Desaparecidos (FEDEFAM) busca fortalecer y reconocer la importancia de concientizar mundialmente sobre la desaparición forzada de personas por parte de los Estados.

La desaparición es catalogada por la Organización de los Estados Americanos (OEA) y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como un crimen de lesa humanidad. Por ello, esta fecha de reflexión busca el compromiso y la preservación de los derechos humanos que los Estados deben garantizar. 

En Chile, son 1.197 las víctimas de la dictadura militar de Augusto Pinochet. Personas que, tras el golpe de estado ocurrido el 11 de septiembre de 1973 hasta la fecha, no han obtenido justicia ni reparación, al igual que tantos otros/as detenidos/as desaparecidos/as producto del uso sistemático de esta violenta práctica, muy característica de las dictaduras cívico-militares.

El compromiso con la verdad es una deuda histórica con la familia de detenidas/os desaparecidas/os. Cortesía de: Javier Bauluz, Periodismo Humano.

Las conmemoraciones impulsadas por las agrupaciones de familiares y de la sociedad civil constituyen un aporte a la memoria histórica del país, junto al reconocimiento de las víctimas del golpe de estado que llega a contrarrestar el negacionismo tan propio del contexto político chileno.

La persecución a mujeres, hombres, jóvenes, trabajadores y militantes reconocidas en el Informe Rettig de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación creada en 1991 es una de las tantas deudas que, como nación, se tiene con las víctimas de desaparición. 

Conmemorar un hecho tan trágico en nuestra historia es un acto de memoria y denuncia contra la sistemática represión y violación a los derechos humanos. La búsqueda incesante por la verdad y la justicia llevada por los familiares nunca tendrá fin y será una herida constantemente abierta si la impunidad no deja de predominar.

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